miércoles, 30 de octubre de 2024

DOS BESOS LLEVO EN EL ALMA por PILAR PEDRAZA




Cuenta la leyenda que el Día de Difuntos de cada año se les aparece a la Llorona y a su hijito a la hora de la cena el espectro del marido, joven soldado muerto durante la Revolución. El mozo no llegó a ver vivo a su niño, nacido en doloroso parto el mismo día en que él murió alcanzado en el corazón por una pinche bala de los federales.

Durante la cena el espectro canta a la viudita entre vaso y vaso de oloroso mezcal del Santo Gusano de Oaxaca y genuino tequila de Jalisco, unas coplas de amor y nostalgia a lo mariachi occidental, coreado por otros difuntos compañeros suyos caídos en combate. Cada uno viene condecorado con una medalla militar de rubíes que recuerda la herida que recibió en la balacera, y alguno con sus pedazos sangrientos recompuestos por una deidad habilidosa tras la explosión o cañonazo que lo jodió. La mejor copla dice así:

“Dos besos llevo en el alma, Llorona,
Que no se apartan de mí:
(bis)
El último de mi madre, Llorona,
Y el primero que te di.”

La Llorona llora de tiernísimo amor hacia su esposo y toma de él entre sus dedos gordezuelos como de niña un encendido clavelón de la China naranja y amarillo que en náhuatl se llama cempasúchil y está consagrado a los muertos. El se lo tiende con sus manos consumidas y purificadas de difunto enamorado que ha pasado por las cinco capas del Mictlán y ha ido dejando atrás la podredumbre de la carne que recubre los mondos y puros huesos que gustan a los dioses.

La flor parece un sol. El niño, asustado, esconde la cara en el terso y moreno cuello de su madre, que huele a humo y a piel de ángel, pero enseguida se repone y dedica a su padre una sonrisa que rezuma vida e inocencia.

Todos los buenos difuntos se reúnen esa noche bajo la protección y guía de las Cihuateteo. Son estas las diosas que acompañan al alma de las mujeres fallecidas al dar a luz y a los héroes caídos en combate, que para el pueblo y para los sabios y chamanes vienen a ser lo mismo. Los que se fueron y solo vuelven en su día de muertos tienen culto y el respeto de la gente, que les llora y les canta y se ríe con la risa de las calaveras.

Esta muerte, como la que une a la Llorona jarocha y su soldadito que tanto se aman, es más dulce que el San Muerte, o la Virgen de los Olvidados, que son avatares del arcángel Azrael en el vaivén popular, entre la fecundidad y la osamenta.

El beso a la novia viva y a la difunta madre son el mismo y mejor de la vida que comienza y termina. Pero, ojo, que de un tiempito a esta parte rondan los demonios de las sectas y de los cárteles de la droga, que tanto poder tienen y establecen sus propios oscuros cultos al santo rojo de la guadaña.

Las Cihuateteo son amables con los muertos y las muertas, pero suelen acechar a los caminantes en las encrucijadas para devorarlos, por lo que en tales sitios los fieles colocan ofrendas que les son gratas a esas diosas o espectras, como unos bizcochos que ellos saben hacer y yo no, y así no se comen a la gente, contentándose con la golosina.

Fray Bernardino de Sahagún llama a las cihuateteo Cihuapipitln y dice que son diosas de cara blanquecina como si estuviese frotada con polvo como de hueso mondo molido, y lo mismo los brazos y las patas, porque no tienen lindas piernas como las mujeres, sino que sus cuerpos acaban en pezuñas como los de los mulos. Llevan pendientes de oro, los cabellos recogidos delante en forma de cuernecillos, en la coronilla un ramillete de cempazuchitl o clavelones de Indias amarillos como el astro rey y su rubio regente Tonatiuh. Visten huipil de ondas negras y enaguas polícromas muy lindas. A veces en el Día de Muertos, se mezclan con las muchachas emperifolladas, cuanto más acicaladas mejor, y se llevan alguna por delante a sus cubiles siniestros para sorber su juventud.

A lo primero, el hijo de esta Llorona veracruzana que dijimos y del joven soldado muerto aparecido que la cantaba con amor, se asustó el pobre chiquitín de toda aquella caterva de muertos huesudos y desarrapados que venían con él a hacer coro, pero luego se acostumbró y de mayor se hizo dibujante de calacas literarias o calaveras y esqueletos que adornaban las revistas satíricas, y se las pagaban bien, como a su maestro don José Guadalupe Posada sus calaveras garbanceras.

Pilar Pedraza


martes, 29 de octubre de 2024

YO, INTERIOR, CUERPO: Miriam Reyes.





No soy dueña de nada
mucho menos podría serlo de alguien.
No deberías temer
cuando estrangulo tu sexo,
no pienso darte hijos ni anillos ni promesas.

Toda la tierra que tengo la llevo en los zapatos.
Mi casa es este cuerpo que parece una mujer
no necesito más paredes y adentro tengo
mucho espacio.:
ese desierto negro que tanto te asusta.

*

Mi vientre es mi mundo interior:
el espacio vacío
de todo lo que fui dejando por el camino.

El mejor lugar donde buscarme.

*

Déjalo estar
tú no eres capaz de mantener con vida ni aun cactus.
No necesitas casa y semental
suéltalo y echa a andar de una vez.
Aquel amante tuyo tenía razón
para ti, las personas son accidentes:
de pronto te suceden.

*

A lo mejor era tu cuerpo
lo que me unía a ti 
y no algo más abstracto.

A lo mejor imaginé todo lo demás.

*

Diluida en lo cotidiano
huyo tan despacio que
parece que me quedo.


Miriam Reyes, de Yo, interior cuerpo. Antología poética (Festival Internacional de Poesía de Córdoba, 2013).

domingo, 27 de octubre de 2024

LIBROS PARA MORIR EN MIEDO EN HALLOWEEN


CINE QUE DA ESCALOFRÍOS

Halloween es un buen momento para ver cine de terror o leer sobre él. Underdog Ventures acaba de publicar Películas que erizan la piel, un ensayo que incluye 217 reseñas con los títulos de terror favoritos del escritor leonés Vicente Muñoz. Tras sus volúmenes Cult Movies: Películas para llevarse al infierno y Cult Movies: Películas para la penumbra, el escritor leonés vuelve a la carga con un libro imprescindible para los amantes del género, escrito en clave muy personal, con las dosis suficientes de crítica y la pasión irrenunciable de un cinéfilo empedernido. Muñoz es el director del festival Híbridos, que en su última edición, celebrada en junio, contó en la sección ‘Maestros del horror’ con dos de los más destacados exponentes del género en este país: Jesús Palacios y Óscar Fábrega.




sábado, 26 de octubre de 2024

TOCAYU: David Mardaras.



Lejos de tratarse de un poemario o colección de poemas, Tocayu es un libro de poesía acaecido en torno al pensamiento de la figura, la obra, la poética y los temas del poeta David González (1964-2023). Narrativo, ensayístico y reflexivo, no elude críticas ni dulcifica percepciones y recuerdos. Tampoco puede sustraerse de las circunstancias y acontecimientos que rodean y afectan el devenir de su escritura o de la propia poesía de quien lo firma. Parte de registros formales característicos de la obra de David y dialoga, en el poema y en el libro, hacia formas más propias de su tocayu. Pero, sobre todo, y en primer lugar, es un homenaje al poeta.


viernes, 25 de octubre de 2024

DE CUYA VIDA: Loida Ruiz



Cuando la palabra es el vínculo que necesitamos con todo lo que somos, incluso antes de haber sido, ¿cómo comunicarnos con nuestros padres, ya muertos, para seguir manteniendo nuestras raíces de pita ancladas a un suelo sin agua que nos deja costra de sal? De cuya vida explora magistralmente el camino de la incertidumbre ante el fin de la infancia que supone la muerte del padre, de lo último que nos ancla a algo sólido.


jueves, 24 de octubre de 2024

LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.



La labor del Terminato
r, como cualquiera intuye, no es otra que la de su propia supervivencia. Y en este libro de poemas hay mucho de eso, la persecución de semejante fin, aun con la distorsión del reflejo en lagunas oscuras, por momentos serenas en sus orillas, aunque en verdad tempestuosas desde profundidades que bordean la autodestrucción, propia y común, a la que estamos asistiendo cada cual desde su lugar tranquilo del mundo. Pero a pesar de los sumarísimos juicios, del helor al que parecemos condenados de antemano, hay esperanza, siempre la habrá mientras la luz rompa la noche y el aliento se articule en palabras, más allá del aullido. La poesía en sí misma es ya un acto de fe, quizá el mayor de todos.


viernes, 18 de octubre de 2024

REDESCUBRIR UN CINE DE CULTO CASI OLVIDADO por JAVIER MATEO HIDALGO



Redescubrir un cine de culto casi olvidado:
Películas que erizan la piel,
de Vicente Muñoz Álvarez

miércoles 16 de octubre de 2024,

Cuando parece que resulta imposible realizar un libro sobre cine original por innovador, que no trate una vez más las películas que ya conocemos desde perspectivas manidas o con conceptos ya aportados —en mi propia experiencia al escribir el libro De la llegada en tren a la salida en caravana: 126 hitos de la historia del cine (1895-2021) tuve que enfrentarme a ello—, llega un deslumbrante libro pleno de “sangre fresca” —nunca mejor dicho—. Nos estamos refiriendo a Películas que erizan la piel, de Vicente Muñoz Álvarez, publicado este mismo mes por la editorial Underdog Ventures. Impulsado por Javier Campelo y Jorge González del Pozo, el recién nacido sello pretende, como el contenido del volumen, amparar títulos literarios que por su contenido no suelen encajar en los cánones establecidos. El propio logotipo, con esa apariencia de entrada cinematográfica, refiere precisamente a su originalidad y naturaleza cinematográfica. No obstante, en la editorial caben otros ámbitos además del fílmico, como la música o el arte. El nombre de “underdog” —según los propios editores— “lo dice todo”, siendo “el perro que en una pelea no tiene muchas posibilidades de imponerse en nada”; por su parte, “Ventures” alude a lo “arriesgado de la empresa”. Campelo y González fundan esta empresa tras el éxito de Editorial Páramo. Ahora, Underdog Ventures se inaugura con la reedición “ampliada y remozada” de este genuino libro de Muñoz Álvarez, que vio la luz por primera vez en Canalla ediciones hace cinco años.

Además de ser, más que un cinéfilo, un “cinéfago” —palabra que él mismo emplea—, Muñoz Álvarez es también poeta —al igual que este servidor—, y eso se nota en su forma de encajar la escritura, haciéndola personal, de una particular estética y, sobre todo, profundamente sincera. Pasión y poesía se encuentran entreveradas, logrando un producto único en su especie, donde se nos habla “del tú a tú” pero sin perder por ello el rigor y los niveles de criterio crítico que una obra de estas características precisa.

Con todo, no se trata del primer libro cinematográfico emprendido por Muñoz Álvarez, pues previamente había brindado a los lectores Cult movies. Películas para llevarse al infierno (Eutelequia, 2011 y LcLibros, 2018) y Cult movies. Películas para la penumbra (Excodra, 2015 y Literaturas Com Libros, 2018). Guarda este tercer ejemplo de su literatura sobre séptimo arte un denominador común con los anteriores que fácilmente podemos percibir ya desde sus títulos: la selección de trabajos que pueden considerarse “raras avis” por tratarse de films de culto; considerada por el propio escritor una de sus “grandes pasiones”, de este género continúa dando cuenta en su descripción desde el prólogo: “filmes que, por uno u otro motivo, a lo largo del tiempo más me habían impactado”. Aquí establece una apreciación clave, pues no se trata de “las mejores” películas “de la historia del cine” —esas “las conoce ya todo el mundo y no hace falta recomendarlas”). La intención del autor es, “por el contrario, descubrir otro tipo de cine, de culto, independiente, marginal, subterráneo, de serie B o como se le quiera llamar, menos conocido y que merece la pena reivindicar”.

Se trata, por tanto, de un libro inédito en su propuesta y en sus títulos elegidos, en su enfoque en la elección de películas a analizar y en el tipo de análisis. En ocasiones, existirá una delgada línea roja entre la obra maestra o el “bodrio indigesto” —como explica Muñoz, corresponderá al espectador juzgarlo, no siendo siempre fácil—. El cine de autor se mezclará con un cine más comercial, el erotismo con el gore, el drama con la comedia —negra, mayormente—, el simbolismo con lo explícito, lo fantástico con lo realista. Eso sí, todo ello tendrá como denominador común una temática fuera de lo cotidiano, a camino entre el misterio, el suspense, el thriller o el terror: “Al infierno […] se puede descender […] por muchos y muy diversos caminos. Esta guía de películas está especializada en indicaros algunos, o en balizar al menos ciertas trampillas de acceso”, dirá al inicio de uno de los textos.

Aquí cabrán todas las épocas —del cine mudo a la actualidad—, si bien el autor confiesa su predilección por el cine de culto anclado en las décadas de los 60 y 70. De ello da cuenta la portada, plena de gritos femeninos en unos colores pop warholianos. Existirán también cineastas que se repitan en sucesivas ocasiones, siendo predilectos de Muñoz —casos como los de David Cronenberg, Roman Polanski, Mario Bava, José Ramón Larraz o Bigas Luna—. No renuncia en la elección de títulos que “videar” —término casi perdido en las nuevas generaciones y empleado con soltura y gracia por el escritor— a cineastas y títulos emblemáticos como Freaks de (Tod Browning, 1932), Vértigo o Psicosis de Alfred Hitchcock (1958 y 1960), ¿Qué fue de Baby Jane? de Robert Aldrich (1962), Furtivos de José Luis Borau (1975) o El resplandor de Stanley Kubrick (1980). Ofrece a su vez la oportunidad de redescubrir panoramas perdidos, como el cine de terror mexicano —con Rafael Baledón a la cabeza—; también otros que parecen actualmente vivir una resurrección —aunque aún quede mucho por hacer—, como es el caso del cine español de fantasía y terror o “fantaterror —autores olvidados como Pedro de Liza (Bohemia perdida, 1967), Raúl Artigot (El monte de las brujas, 1972), Claudio Guerín (La campana del infierno, 1973), Miguel Madrid (El asesino de muñecas, 1975) o Carlos Puerto (Escalofrío, 1978)—.

Habrá filmes que serán prácticamente inencontrables para ser visionados, y esto será tal vez lo más penoso para el lector, pues Muñoz consigue despertarnos el apetito hacia algo casi imposible de visionar —y se entiende en parte, pues más que una guía “Michelin” (para que quien la lea pueda degustar a posteriori los platos que en ella aparecen) se trata de una auténtica reivindicación enciclopédica de determinados films, corroborando que existieron y demostrando su valor—. El ejemplo más claro lo encontramos en Tumba de Luismi García (1977), única reseña a la que el autor dedica más de una página por el contenido sentimental que encierra —pudo ver el film en casa del cineasta en super 8, tiempo antes de que García muriese en un accidente de tráfico “y su película, por desgracia, se debió perder con él para siempre”. Por ello dirá: “Esta sí que es una película maldita y de culto, aunque me temo que imposible de localizar… […] Ojalá algún día alguien la encuentre, si es que aún queda alguna copia, porque helaba como pocas la sangre en las venas…” Otro ejemplo no menos ilustrativo por su casi imposibilidad de poder ser revisitado, será Dimorfo (de Manuel Rodríguez, alias “Rodjara”, 1979): “Extraña, muy extraña pero fascinante película, injustamente olvidada y prácticamente inencontrable en la actualidad”.

Ese es el milagro de este libro: la posibilidad de rescatar del universo cinematográfico lo que ni se sospechaba que existía. “Que uno, después de décadas de cinefilia obsesiva, descubra todavía maravillas de las que nunca había oído hablar”. Queda, por tanto, “seguir buscando tesoros (aunque para encontrarlos, haya que remover mucho en el fango)”. Ese es el valor y el mérito de Muñoz Álvarez, su ilusión y paciencia para recuperar, como el Indiana Jones de las reliquias fílmicas, auténticas maravillas que siempre debieron permanecer en la luz… a pesar de existir por sus propias tinieblas.

Javier Mateo Hidaldo, en el Imparcial.




sábado, 12 de octubre de 2024

NO HAY VALIENTES EN EL PARAÍSO: MJ Romero.



Mujer con girasol cuando oscurece para la tormenta 
mujer sin botas por la alambrada cuando piensa en la cena 
          de la última noche del año 
mujer con perrito blanco con collar de cristales brillantes 
          al cuello (del perro) 
anciana con bolsito dorado pidiendo limosna en medio 
          de la acera 
joven vigilando a dos metros de distancia a la anciana 
          con bolsito que pide en la acera 
hombre sentado sobre el peldaño de la oficina que vende 
          pisos en construcción 
casi acabados mendigando porque está sin trabajo 
          y es padre de tres hijos 
mujer caminando deprisa empujando la silla donde
          su nieta va dormida 
mujer con bolsas de plástico del supermercado 
mujer esquimal con un pollo de plástico en la mano 
          derecha y un cuchillo en la mano 
izquierda 
mujeres zurdas las imaginadas y las reales 
mujeres imaginarias de cartón 
una larga fila.

*

He olvidado Los Cantos de Maldoror, los que me parecieron 
tan bellos, los que sangraban dentro de mí y renacían 
sobre un campo de flores muertas y buscaban tu nombre 
para mecerlo sobre la ciénaga más putrefacta.

*

Recordar la náusea, el mareo de los años sin heridas, el 
olor a hierba seca, las papeleras 
llenas, un juego de palabras creado para la ocasión 

el volumen aumentado de las cosas, los objetos no definidos, 
la nitidez perdida de las imágenes 

los papeles bajo la lluvia, la tinta azul de algunas cartas 
y hasta un lazo azul que mis manos anudaron. 

*

La soledad es un puente para encontrarte, dijo antes de 
irse. Lo dejó escrito con su sangre sobre uno de los cristales 
de la galería. 

Puentes para atravesar ríos 
puentes para adentrarse en soledades 

puentes colgantes de la vida 
puentes enterrados bajo la nieve en pleno invierno en medio 
de un frío gélido.

*

La gente en la que creciste como si fueran dioses y que 
con las tormentas se diluyeron como barro 

los que creíste humanos y fueron demasiado humanos 
hasta llegar a ser corazón de piedras 

los que fueron al final un guijarro en el zapato y cada vez 
que caminabas se restregaban en palabras contra la planta 
dolorida de cualquiera de tus pies 

pero los poemas de amor eran para ti


MJ Romero, de No hay valientes en el paraíso (Tigres de papel, 2024)


jueves, 10 de octubre de 2024

EL RESPLANDOR LITERARIO DE VICENTE MUÑOZ


Underdog Ventures reedita en versión ampliada
‘Películas que erizan la piel’,
libro del leonés Vicente Muñoz Álvarez.
MARLUS LEÓN

Underdog Ventures reedita ‘Películas que erizan la piel’, 
217 reseñas de cine de los «terrores favoritos» del autor leonés

Pacho Rodríguez, Diario de León, 10.10.2024

Amplia panorámica

‘Películas que erizan la piel’ reúne 217 reseñas
de películas de terror de todos los tiempos

Casi siempre hay un buen resplandor aunque venga de lo underground en todo lo que hace Vicente Muñoz Álvarez, escritor leonés que viaja en los márgenes de la literatura local de relumbrón pero que asoma con trabajos que le ponen en el mapa tanto de su generación como del resto. Regresiones es un buen ejemplo. Y luego sus facetas de poeta o novelista. Pero del libro que viene a hablar hoy es Películas que erizan la piel. Es decir, cine, que, por otra parte, es otra de sus pasiones, o tal vez la más cotidiana, porque no todo el día se puede estar escribiendo libros o leyéndolos. Su sala de cine es su salón, cuenta, y en él disfruta de sus «terrores favoritos», como él mismo dice emulando a Chicho Ibáñez Serrador.

En Películas que erizan la piel Muñoz Álvarez retoma este ambicioso proyecto que contaba con doscientas reseñas de películas de terror, míticas, de serie B, más acertadas o fallidas y de todo pelaje, y le suma casi una veintena más para inaugurar Underdog Ventures, una editorial de nuevo cuño, regentada por expertos, eso sí, que reclamaron del leonés ser el primer autor que publicara bajo el sello. «Es un honor que te llamen para algo así. Estoy muy agradecido. La verdad es que yo soy un escritor que no se ha comido mucho, pero siempre he tenido un trato muy bueno por parte de los editores. Ahora me han ofrecido esta oportunidad de recuperar un libro que ellos conocían de su otra editorial y que creo que puede interesar como libro de fondo. De culto. Además, hemos aprovechado para ampliar las reseñas. También tiene cuarenta fotos a todo color de carteles de las películas. Y una portada y diseño que creo que está muy bien», relata el también autor de Mi vida en la penumbra.

En cuanto al contenido, Vicente Muñoz ha querido ofrecer una panorámica del cine de terror que se ajuste a sus propias características. Por supuesto que hay títulos incontestables e imprescindibles, pero la propia naturaleza del género demanda, para que el libro sea significativo, títulos de serie B, poco conocidos y que sólo los muy cafeteros del terror conocen. En el caso de Muñoz es una garantía puesto que a su condición de cinéfilo empedernido suma su pasión por aquellas películas ‘de miedo’ y que él ha escudriñado hasta conseguir lo que resume a la perfección: «Creo que es el libro que me hubiera gustado encontrar hace 30 años. Hay una buena criba entre todas las que he visto. Y he buscado por todos los lados títulos que hace años serían imposibles de encontrar. El género de terror, tanto en cine como en literatura, siempre ha estado entre mis favoritos», relata.

Así, está El resplandor, como no podía ser menos. Pero desde La caída de la casa Usher, cine mudo de terror de los años 20, a La matanza de Texas, uno de los filmes de cabecera del escritor leonés, el repertorio es amplio y diverso.

«Vicente Muñoz Álvarez, en su brevedad, más necesaria hoy que nunca, condensa ese punch-line constante que ofrece sin necesidad de vivir en las redes sociales. Aglutina en este texto —recorrido esencial por muchas de las caras menos conocidas de la cinematografía mundial— la visión personal con el análisis más profundo, a veces cáustico, de una serie de piezas dignas de revisión, de alabanza, de enfatización y de recuperación para el imaginario popular», señala en el prólogo Jorge González del Pozo.

Como enganche, ya el propio Vicente Muñoz propone: «Este manual que tienes ahora en las manos, querido lector, es la tercera entrega de una serie de libros que en los últimos años he ido dedicando al cine de culto, una de mis grandes pasiones. Películas para llevarse al infierno (Eutelequia 2011, LcLibros 2018) y Películas para la penumbra (Excodra 2015, LcLibros 2018) fueron los dos primeros, y en ambos di buena cuenta de muchos de los filmes que, por uno u otro motivo, a lo largo del tiempo más me habían impactado. No exactamente, como ya en su día dejé claro, los que yo considero los mejores de la historia del cine, sino otros mucho menos conocidos (no sé si mejores o peores: juzgad vosotros mismos) que es también necesario y justo reivindicar».





miércoles, 2 de octubre de 2024

PALOMAS por NATACHA G. MENDOZA



En la casa de tus padres hay cuadros inmensos que llenan las paredes hasta casi rozar el techo. Todo está aquí, menos tú. Sigo buscándote en los sitios a los que perteneciste. Intento, desesperadamente, encontrar nuevos recuerdos. Tu dormitorio de niña es un escaparate, como si tu madre hubiera querido mostrar a una hija que no tenía. Supongo que los padres se sienten con derecho a seguir creándonos. En esta casa, nada me habla de ti, de la mujer que conocí una tarde en la plaza del centro, en el escándalo de las palomas asustadas porque, tan despistada, te cruzabas entre sus arrullos. Esta casa no conoce tu olor, ni la voz que derramabas en mis ojos, no tiene la menor idea de cómo besabas. No sabe del calor que desprendía tu vientre cuando, en esos días, te retorcías de dolor.

Me queda toda tu muerte para recordarte, esta ausencia que va devorando cada célula de mi cuerpo. Intento seguir en pie como te prometí, regreso a la plaza, en una búsqueda absurda de ese viento, aquel que inventaron las palomas escapando de ti.

Natacha G. Mendoza


martes, 1 de octubre de 2024

REFLEJO DE PROXIMIDAD por ALEXANDER DRAKE



Lo he buscado en Google y parece que este término no existe, de modo que lo acabo de acuñar yo mismo. Exactamente el 2 de agosto de 2023, a las 19:34 h. Reflejo de proximidad: Dícese de la discriminación automática, negativa y arbitraria a cualquier pieza artística por la única razón de que su lugar de procedencia sea cercano a la persona que la está juzgando. A mayor proximidad, mayor carga negativa del juicio de valor. Ejemplo de pensamiento común: "Si es de mi país no puede ser bueno. Si es de la otra punta del mundo, sin duda será mucho mejor". Lo he visto mil veces con respecto a grupos de música, con películas, con libros, con todo tipo de creación en general… ¿Recuerdas aquel dicho popular que dice que "Nadie es profeta en su tierra"? Ése es justo el concepto. Y ahora, además, ya tenemos el término que lo describe.

¿Qué ocurre? ¿No te termina de convencer el nombre? ¿Si lo hubiese inventado un tipo británico, estadounidense o japonés, te gustaría más?

Alexander Drake