jueves, 29 de julio de 2021

POÉTICA II por MARCOS MATACANA MARTÍN



"Nem me reveles teus sentimentos"
-Carlos Drummond de Andrade-


"Cuando siento no escribo", dijo Bécquer
en una de sus Cartas literarias
a alguna de sus chorbas del momento.

Y aunque no entiendo bien si se refiere
a versos, a poemas o a poetas
(tengo que releerla, y qué pereza)

habló también de alas transparentes,
de nervios que se agitan, de quimeras,
de fibras y de gases desprendidos

(de gases inflamables, de la llama
con que los prendería en los combates,
supongo, con Campillo y con Nombela…),

y en eso sí he de darle la razón:
no hay nada más hinchado que un poeta.
Normal que suelte gases como un géiser.

Por eso si has pensado en liberar
tus céfiros cautivos, deja que antes
te dé algunos consejos al efecto:

si lo quieres petar con un poema,
evita ser sincero, porque a nadie
le importa tu verdad (si no es la suya);

simula, disimula, pontifica
con la humildad soberbia de los genios,
y siembra omnipresente un mar de niebla

que desdibuje líneas y perfiles,
que dé al silencio peso y dé volumen
a la abstracción inocua de lo huero;

finge profundidad, que no se entienda
qué coño estás diciendo, y sobre todo,
disfraza tu interés de compromiso;

apúntate a una causa (qué sé yo,
la paz, el veganismo…) y vende humo
(no vayas a apartarte del rebaño);

escóndete en la bruma y ten presente
que igual que la pelusa de tu ombligo
son para los demás tus sentimientos.

Marcos Matacana Martín


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