soy un exalcohólico al que retiró una prematura lesión de hígado... esa puta mierda truncó mi brillante carrera... todos lo decían: se me veía en los ojos...
derroté por K.O a varias generaciones y aspiré al título unificado... para ello me bregué durante años en circuitos secundarios... pocos asaltos me duraban... estaba todo preparado para dar el gran paso... hasta que ocurrió...
aún así, aunque hice alguna exhibición en primera línea, no me arrepiento de pasear mi arte por los circuitos alternativos... allí era donde de verdad sentía la vibración, el sudor, el aliento, los escupitajos de la gente al gritar: "¡machácalo, mátalo... no dejes una puta gota de su sangre!"
fui un gran fajador, de los mejores... besé las lonas de colillas y esputos muchas veces, tantas como me levanté sin apoyarme en la barra, vomitando sangre... y pedía más y más hasta que se confiaban y de un directo cerraba el garito... y amanecía sobre carteles que cantaron asaltos, bragas y esputos en el cubo de su culo...
conocí la gloria que asciende las escaleras de muchos portales... pasé frío en mis riñones mientras la muerte y la vida me cabalgaban...
siempre me salvó la mano izquierda cuando me falló el crochet del crédito...
mi cara fue la portada de muchos paseos matutinos de esa gente que, más tarde, contarían mis hazañas de arrabal en los medios y mentideros de la vida...
si fui un dios con la izquierda, mi derecha era el diablo que no se hacía notar pero siempre aparecía... y cuando el otro se percataba ya estaba vendido el percal, el suyo, en el suelo donde la cuenta era pa él, toda, y le lanzaban la toalla pa limpiar la vomitona de su fracaso...
¿gachís?... las que quise... siempre las había que estaban ya fuera de toda cuenta... en esta y sucesivas vidas...
... pero los años han pasado... y, hoy, todavía algunos me reconocen cuando libro, solitario, combates con mi sombra... pero he perdido el juego de piernas en la lona, el reflejo en las cuerdas de la barra, ese juego de cintura que me hizo famoso y muchas probaron...
son horas bajas, sí... pero de cuando en cuando todavía tenso los músculos como antaño y lucho... para ganar...
por si acaso, no te cruces en mi camino...
no tengo nada que perder
derroté por K.O a varias generaciones y aspiré al título unificado... para ello me bregué durante años en circuitos secundarios... pocos asaltos me duraban... estaba todo preparado para dar el gran paso... hasta que ocurrió...
aún así, aunque hice alguna exhibición en primera línea, no me arrepiento de pasear mi arte por los circuitos alternativos... allí era donde de verdad sentía la vibración, el sudor, el aliento, los escupitajos de la gente al gritar: "¡machácalo, mátalo... no dejes una puta gota de su sangre!"
fui un gran fajador, de los mejores... besé las lonas de colillas y esputos muchas veces, tantas como me levanté sin apoyarme en la barra, vomitando sangre... y pedía más y más hasta que se confiaban y de un directo cerraba el garito... y amanecía sobre carteles que cantaron asaltos, bragas y esputos en el cubo de su culo...
conocí la gloria que asciende las escaleras de muchos portales... pasé frío en mis riñones mientras la muerte y la vida me cabalgaban...
siempre me salvó la mano izquierda cuando me falló el crochet del crédito...
mi cara fue la portada de muchos paseos matutinos de esa gente que, más tarde, contarían mis hazañas de arrabal en los medios y mentideros de la vida...
si fui un dios con la izquierda, mi derecha era el diablo que no se hacía notar pero siempre aparecía... y cuando el otro se percataba ya estaba vendido el percal, el suyo, en el suelo donde la cuenta era pa él, toda, y le lanzaban la toalla pa limpiar la vomitona de su fracaso...
¿gachís?... las que quise... siempre las había que estaban ya fuera de toda cuenta... en esta y sucesivas vidas...
... pero los años han pasado... y, hoy, todavía algunos me reconocen cuando libro, solitario, combates con mi sombra... pero he perdido el juego de piernas en la lona, el reflejo en las cuerdas de la barra, ese juego de cintura que me hizo famoso y muchas probaron...
son horas bajas, sí... pero de cuando en cuando todavía tenso los músculos como antaño y lucho... para ganar...
por si acaso, no te cruces en mi camino...
no tengo nada que perder
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