SUSPIRO. El culo acomodo
en la taza y, al mear,
hago
un ruido de mil demonios.
¿Una pausa? Sí. Las cosas
no mejoran
con el grifo
abierto y los pantis a la
altura de los tobillos.
Nada
como contemplarse
una misma a una misma.
Miro hacia mi
ventisquero
luminoso. Dentro hace
frío. No tengo remedio
me
digo
abocados están mis días
a tardes de intravenoso
y cruel
arrepentimiento.
¡Santa, puñetero Santa,
nunca sabrás dónde está
mi
clítoris ni qué hacer con él!
Poema extraído de 'Santa Claus va a Rehab'. Baile del Sol. 2013.
http://www.bailedelsol.org/index.php?option=com_booklibrary&task=view&id=619
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