Uno de los films más sugerentes y atípicos del maestro Louis Malle, hipnótico, surrealista y polémico donde los haya, Black Moon (traducido al español como El unicornio, 1975), conserva intacto su mensaje insurgente e iconoclasta y sigue fascinando con su bella fotografía, sus elegantes guiños psicoanáliticos y sus muchas secuencias bizarras.
Como una especie de Alicia en el país de la maravillas (los paralelismos con la narración de Carroll son evidentes), Black Moon nos introduce de la mano de Lily, la protagonista, en un mundo inquietante y absurdo, escatológico e imprevisible, por el que circulan ratas que hablan, plantas que lloran, unicornios sabios, serpientes, ovejas y pavos, efebos jugando con cerdos y jóvenes amamantando a ancianas, con una guerra sangrienta de fondo y múltiples conflictos añadidos de conciencia y de género.
La entrañable mansión donde se desarrollan los hechos, las actuaciones emotivas de todos los personajes, y en especial la presencia exótica de Joe Dallesandro (actor fetiche del tándem Warhol-Morrissey), añaden la guinda definitiva al pastel.
Quizás un tanto espesa y críptica, pero al mismo tiempo magnética y cautivadora, ideal para videar acurrucado en el sofá en estos gélidos atardeceres de invierno.
Black Moon in You Tube
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