lunes, 28 de febrero de 2011

Green Manalishi y Unknown Force , por Gonzalo Aróstegui


No ha sido así en el pasado, pero en los últimos años es evidente que el mejor rock está condenado a moverse en terrenos minoritarios. El ejemplo de Green Manalishi no puede ser más paradigmático. Si el anterior grupo del guitarrista y cantante Txetxu Brainloster, Mermaid, había dejado muy alto el listón con el estupendo Red Led Or Death, difícil era suponer que el homónimo debut de Green Manalishi (que toma su nombre de un tema de Fleetwood Mac versionado por Judas Priest) alcanzara tamañas cotas de excelencia.

Registrado en Pamplona durante el verano de 2004, pero publicado en 2005 por la pequeña discográfica catalana Rock On! (gracias), Green Manalishi se merienda a todas esas bandas con las que día sí, día no, la prensa musical inglesa (sobre todas) quiere salvar el rock and roll, como si éste necesitase ser salvado o las bandas a las que se promueve pudieran salvar nada. No tiene Brainloster la desfachatez de dar gato por liebre, no inventa la música del diablo, pero la calidad de las canciones es tal que sí parece reinugurarla en cada una de ellas. Nos encontramos al escucharlas con Blue Öyster Cult, Black Sabbath, Grand Funk Railroad, AC/DC, Pink Floyd (periodos Barret y Waters), los Who, UFO, Led Zeppelin o Thin Lizzy, pero lo que se regurgita —sin negar sus orígenes— es inmenso, pues inmenso es el talento de Brainloster. No quiero destacar ningún tema: los doce cortes que contiene Green Manalishi son fabulosos, pero es al escucharlos juntos cuando uno se da cuenta de lo que su variedad (gana el hard rock, pero también hay pop, baladas e instrumentales) aporta al álbum completo, de ésos que no admite escuchas parciales. Y no sólo las canciones: las guitarras y voces de Brainloster, la batería de Johnny Wildthin y los teclados de Félix Sola están tocados con gusto, garra y, sobre todo, precisión. Sé que algún lector me tachará de exagerado, pero no exagero lo más mínimo. Llevo cinco años escuchando este disco y el tiempo no hace sino confirmar mi opinión.



Sin resultados tan espectaculares, pero también muy estimulantes, Unknown Force (2007, GP Records) mantiene las coordenadas de su predecesor, quizá aquí más explícitamente cercanas al hard rock FM de los setenta (Cheap Trick y Boston son los primeros nombres que vienen a mi mente), como se puede comprobar escuchando el título que abre y da nombre al disco; al mismo tiempo que ciertos riffs tienen bastante de stone (Sweet Damnation, Take The Money And Run) y alguna estructura vocal puede recordar a los Beatles (Fear Alive, Just Like A Richman). Estamos hablando, que quede claro, de un pedazo de disco igual de bien interpretado (¡qué voces!) que Green Manalishi (Sarri se ocupa del bajo que tocaba Brainloster en el debut), pero cuyas canciones —Happy On My Knees, Before You Say Goodbye y Endless Beach claman por desdecirme— no son tan exageradamente buenas como las de su debut.


"Hay que estar bastante colgado para esto, tanto si eres músico, como si organizas conciertos o llevas un sello. Hay que tener cierta inocencia, de algún modo de eso trata el rock and roll", decía Txetxu Brainloster en una entrevista concedida a Indyrock a raíz de la publicación del primer trabajo del grupo navarro. Inocencia y más paciencia que un santo, quiero añadir, al ver a tanta medianía triunfar y que (casi) nadie sepa de tu excelente trabajo. Los que tenemos la suerte de conocer los dos álbumes que Green Manalishi ha editado hasta la fecha (y de haber disfrutado del grupo en directo) lo sabemos muy bien. Un diez daríamos a la banda si en Ragged Glory pusiéramos nota. Pero la perfección no existe (¿o sí?) y hace tiempo, por fortuna, que dejamos el colegio.


Extraído de Ragged Glory

AL OTRO LADO DEL ESPEJO en Madrid.

MARTES 1 DE MARZO
20:00 HORAS
LIBRERÍA 3 ROSAS AMARILLAS
MADRID

ORFEO CAMINA POR EL LADO SALVAJE DE LA VIDA por Joaquín Piqueras.



Orfeo saca brillo a su Telecaster
cada noche antes de salir al escenario,
adora su tierno simbolismo,
su femenina perfección,
los fulgores de su pecho,
sus conjuros contra el paso del tiempo...,
ni los misterios de Isis tienen parangón
con la magia que brota
de las seis cuerdas bien templadas.
de su Fender,
porque la respuesta, Dylan, no está en el viento,
está en la música,
que hace tambalear los pilares del infierno,
que nos sumerge en una muerte
dulce a manos de enfervorecidas fans.
Orfeo quiere morir joven
y hacer de su cuerpo un bonito cadáver,
como Morrison, como Vicious, como Hendrix
como Joplin, como Curtis, como Kobain,
porque la vida corta e intensa
es extensa en emociones,
el ritmo frenético de la sangre,
de las drogas y el alcohol,
el lado salvaje de la vida,
el arte del suicidio prolongado,
la creencia de ser Narciso
en el acto de pensarse a sí mismo,
sin proyecciones morales,
sin educaciones para la ciudadanía,
sin planes de pensiones… .

Orfeo saca brillo a su Telecaster
cada noche antes de salir al escenario
de la vida.


Joaquín Piqueras, de Los infiernos de Orfeo, 2010.

viernes, 25 de febrero de 2011

BEATITUD: Hoy en Madrid.

Viernes 25 de febrero,
19 h Casa del Libro - C/Hermosilla, 21.
Madrid

Intervendrán
Vicente Muñoz Álvarez (antólogo)
David Vicente (editor)
& varios autores del libro

Os esperamos

ROBERT CRUMB ILUSTRA A BUKOWSKI


Babelia adelanta las ilustraciones que hizo el genial artista del libro 'Tráeme tu amor y otros relatos' que Libros del zorro rojo edita por primera vez en español

ÁLVARO PONS 22/02/2011

Tres décadas después de su edición original en Estados Unidos, se publican por primera vez en España los relatos de Charles Bukoswki ilustrados por Robert Crumb: Tráeme tu amor y otros relatos (Libros del Zorro Rojo). Aunque los textos no son inéditos, sí lo son los dibujos que Crumb creó para ellos entre 1975 y 1984. Una obra de colección, cuyas ilustraciones ofrece hoy Babelia en primicia en esta edición digital. El libro llegará a las librerías a finales de esta semana.

Es fácil dejar volar la imaginación y pensar en el impacto que causarían en un joven Robert Crumb la lectura de los primeros poemas publicados de Charles Bukowski en la década de los 60. Aunque no tengamos referencias directas de que así ocurriese, son tantas las coincidencias y relaciones que se pueden establecer entre estos dos autores, que es difícil evadirse a la tentación de unirlos de forma unívoca: ambos evadidos de una existencia gris hacia la creación como única forma de subsistencia, ambos incómodos testigos y notarios de la realidad que les circundaba, provocadores hasta la extenuación de aquellos que sobreviven atados a la corrección política. Unidos también en las recurrentes acusaciones de misantropía y misoginia, pero también en ser referencias ineludibles hasta poder ser clasificados, sin temor a mucho error, en dos de los autores más influyentes e importantes de la cultura del siglo XX. Prolíficos hasta la extenuación y rabiosamente autodestructivos en su retrato personal, pero también voz rebelde de los perdedores y olvidados de un sistema y una sociedad que aplasta como un rodillo.

Demasiadas coincidencias que, paradójicamente, apenas tienen puntos en común: sólo unas ilustraciones, unos pocos dibujos que Crumb realizó para unos relatos cortos de Bukowski. El trazo sucio y recargado del dibujante se adapta, no hay sorpresa, como un guante a unos relatos donde Bukowski practica su ya conocido realismo descarnado y sórdido. Sin embargo, es curioso observar cómo Crumb se aleja de la irreverencia de sus historietas para ilustrar con cuidada exactitud las palabras de Bukowski, casi evitando interpretar, dando lugar a una imagen que respeta el texto con tanta fidelidad que parece caer aparentemente en la redundancia. Pero no hay tal apariencia: Crumb consigue articular un discurso paralelo al de Bukowski, un diálogo entre el texto y el dibujo que se retroalimenta como pocas veces, demostrando que las coincidencias existen, pero también matizando las diferencias sutiles existentes entre estos dos grandes genios. Los primeros tres cuentos de Bukowski ilustrados por Crumb, todavía inéditos en España (el cuarto, El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, fue publicado hace unos años por Anagrama), son recopilados ahora por Libros del Zorro Rojo en Tráeme tu amor y otros relatos.

LETRA Y PUÑAL: Hoy en Gijón.

No hay fronteras para letra y puñal. Tras dos presentaciones del fanzine nº4 (Oviedo y Avilés), el ejercito de la letra impresa no quiso pasar sin debutar en la ciudad gijonesa. Además contarán con la inestimable colaboración del poeta y amigo David González. Todo ello se celebrará el jueves 24 de feberero a las 21 horas en el café Trisquel (Marque de San esteban, 30). Si quieren descubrir que la cultura en Oviedo es posible y que no existen fronteras ni barreras para dar a conocerla, no se pierdan el debut del fanzine en Gijón.
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LA PROTAGONISTA por Begoña Leonardo.


Contaminada por su propia invención, abotargado el ánimo; sintió que la narración se le escapaba.
Pensó que era normal, que le estaban pasando factura los excesos.
Durante más de una semana, había deambulando por garitos infectos, relacionándose con seres del inframundo, derrochando encanto, perversiones y comprando diálogos que poder utilizar. Los crímenes más abyectos era lo que mejor sabía retratar. Se metía tan de lleno en sus novelas que apartaba por completo su vida real. Se dejaba seducir por el mundo caótico y peligroso que desarrollaba en sus historias. Pero esta vez, lo que creía una resaca, no le permitía construir nada coherente. No era capaz de asimilar la información que llegaba a su cerebro correctamente. Algo grave sucedía.
Levantó la vista del ordenador y un torrente de sensaciones invadió su cuerpo. Lo que contemplaba a su alrededor, le era desconocido, a sabiendas de que se trataba de su casa, de su escritorio, de su ordenador...
Observó cambios en su cuerpo, tocó su cabello, le había crecido exageradamente. También notaba un olor en el ambiente agrio, que se le agarraba a la garganta. Sintió sed. Vio un vaso con agua, o eso le pareció, y dio un sorbo, pero qué va, era un líquido que le supo a rayos y que escupió inmediatamente.
Sacudió la cabeza en un intento por despejarse. La confusión comenzaba a minar su consciencia. Con gran esfuerzo regresó al pensamiento origen, volver a la novela, acabarla...
Pero no controlaba las palabras, frases que no dominaba se sucedían. Estaba ante una auténtica rebelión.
En ese momento descubrió que la protagonista no aparecía, sintió pánico. Se detuvo y dirigió su mirada unas páginas atrás. Aquella no era la novela que estaba escribiendo, no encontraba su voz, ni sus palabras. Como una bofetada, de repente, se encontró con los acontecimientos en primera persona de las noches anteriores, nada era ficción. Las personas a las que había variado sus nombres, características físicas, acentos... Quedaban retratadas tal cual, con una veracidad aterradora.
Quiso levantarse, pero petrificada, pegada a la silla no podía mover ningún músculo ...
¿Quién estaba realmente escribiendo la novela?
Escuchó como se abría la puerta de la calle. Alguien saludándola cariñosamente le recordaba su nombre, Beatriz.
Pero ella, no se llamaba Beatriz.

Begoña Leonardo, del blog Dad al aire mi voz.

martes, 22 de febrero de 2011

ACANTILADOS DE HOWTH


Cuando en el siglo XV nuestro gran poeta Jorge Manrique escribió sus «Coplas a la muerte de su padre», ya nos legó unos versos inmortales sobre la esencia humana: “cómo, a nuestro parecer / cualquiera tiempo pasado / fue mejor”.

Y es que siempre que evocamos alguna etapa anterior a nuestro presente, especialmente si hace referencia a cuando éramos más jóvenes, el paraíso se extiende por nuestros recuerdos, borrando lo peor e idealizando los buenos momentos. Estas evocaciones comienzan a hacerse habituales, sobre todo, cuando pasamos la barrera psicológica de los 30 años.

Esta es la base sobre la que David Pérez construye esta novela. El viaje interior que realiza Ricardo, el protagonista, tras un momento de crisis (el abandono de su mujer apenas un año después de haberse casado) ilustra ese situarse frente al espejo para empezar a comprenderse a uno mismo, pues, lo que en un principio podría resultar un problema se convierte, casi sin darse cuenta, en una liberación.

Porque Ricardo acude a su memoria para encontrarse, y por encima de todos sus recuerdos, está Irlanda. Buscando entre sus experiencias en Irlanda, en un ir y venir que se refleja en los títulos de cada capítulo (que hacen referencia a las ciudades donde transcurren), Ricardo se da cuenta de lo que quiere:

"Fue algo gradual. Isabel no estaba en casa y yo me evadía, sobre todo al irme a dormir en la cama agrandada; y, como otros cuentan ovejas, yo contaba los días en Dublín, unos días edulcorados tal vez por el paso del tiempo” (p.178).

Y a esto ayuda también el recuerdo de la cima de su felicidad irlandesa, la mañana de domingo en los acantilados de Howth, pues aquella mañana supondría el culmen de la alegría y el inicio de un final.

Así, lo que en un principio podría considerarse una historia pesimista, a veces trágica, otras emotiva, se transforma en un mensaje positivo y optimista, que recuerda a aquel otro de Albert Einstein que consideraba las épocas de crisis como oportunidades para evolucionar. El “cualquier tiempo pasado fue mejor” pasa a ser un “lo mejor está por venir” en la vida de Ricardo.

Novela perfectamente en sintonía con su tiempo, que refleja de forma minuciosa y efectiva una parte de nuestra sociedad actual muy interesante, el lector que acompaña a Ricardo se ve forzado a realizar las mismas auto-reflexiones del protagonista, algo que siempre resulta saludable.


Raúl Rubio Millares, de La Biblioteca Imaginaria.

EN OLLEIR LAS LLAMAS por Luis Miguel Rabanal.


Escucha, encontrarás a quien una tarde quiso robarte la niñez sin nada ofrecerte a cambio, pero existe el perdón y contemplas su rostro envejecido, y crees haber regresado a los días de júbilo enorme y de tenaz pesadumbre, ya sabes.

Como él, también tú pronuncias esas palabras terribles que significan daño y pereza, te ata las manos la memoria y sueles confiar aún en la vida, pues si no qué ligaduras habrías de romper, qué conocimiento podrías ofrecer a tus contrarios para salvarte, o qué amores llevarte a la boca como si fuese un veneno más dulce este propósito tuyo de contar el tiempo, y de excluirlo.

No debes volver, te dices a ti mismo cuando sufres el mal incurable del desánimo, ya las llamas se llevaron tu ropa de muchacho enfermo y las cenizas las guarda un hombre triste que nada ya recuerda. No debes volver, y que los años que fueron la red donde caías sin mancarte te asombren ahora con su guiño horrendo, como hace la sacavera y el pájaro muy gris de Montecorral, y que la noche nos utilice para entorpecer todo cuanto amas.

De cualquier manera ya crece el espliego donde ayer jugabas a morir a manos de un atemorizado gladiador llamado Isi y te enfurecen sus gritos de socorro. Qué importa el cuenco donde su sangre se espesaba y parecía mentira.


Luis Miguel Rabanal, de Casicuentos para acariciar a un niño que bosteza (Ed.Leteo, 2010).

lunes, 21 de febrero de 2011

VISCERALES: Mañana en Madrid.

Martes 22 de febrero a las 18:30 horas
Fnac - Preciados n° 28
28013 Madrid
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Os esperamos

NARRANDO CONTRACORRIENTE

ANTOLOGÍA DE CUENTO Y RELATO
AL OTRO LADO DEL ESPEJO
(Narrando Contracorriente)

Ed.Escalera 2011

Es una colección de textos que cuenta con una riqueza narrativa incalculable, de la que se desprende una prosa exquisita, múltiple y variada; una manera diferente de contar, en cualesquiera de los hechos narrados, en los más extensos y en los más breves; en los más duros y dolorosos; en los más jaraneros y optimistas; todos ellos, limpios y cristalinos, sin trampa. Literatura en estado puro, esa es la fortuna con la que se encontrará el lector.

El ALCOHÓLICO by Pepe Pereza.


Se despertó tirado en el suelo del váter con la espalda empapada de orina y vómitos. Nada más abrir los ojos notó que algo raro pasaba. Se percató de que el silencio era absoluto, cosa anormal en aquel garito. Se incorporó como pudo y salió del baño. El local estaba a oscuras, tan solo se colaba algo de luz a través de la vidriera de la entrada y de la claraboya del techo. Se dirigió hacia la puerta e intentó abrirla. Estaba cerrada. Le habían dejado encerrado. En un primer momento se inquieto un poco, pero pronto se dio cuenta de que tenía todo el bar para él solo. Un sueño que siempre había querido cumplir y que ahora podía disfrutar. Lo primero que hizo fue poner el morro debajo del surtidor de cerveza. Bebió hasta que su estomago estuvo a punto de reventar. Se lo había visto hacer a Homer Simpson en algunos capítulos y no se resistió a imitarlo. Se sintió cojonudamente. La cosa no había hecho más que empezar. Se metió en la barra y desfiló por delante de las estanterías seleccionando unas cuantas de las mejores botellas: rones añejos, whiskies de doce años, grandes reservas, en resumen: lo mejor de lo más caro. Bebió y saboreó cada uno de los licores. ¡Joder! Estaba claro que no era el garrafón al que estaba acostumbrado. El licor seleccionado entraba en su estomago sin abrasarlo, dejándole una amalgama de sensaciones únicas en paladar y cerebro. Para que fuese del todo perfecto necesitaba algo para fumar y un poco de buena música. Conectó el equipo, asegurándose de que la música no se escuchase desde la calle. Rebuscando en un cajón encontró la caja de los habanos y se encendió uno, el mejor. Así debía de ser el paraíso, pensó, un bar para él solo. Se acomodó en un butacón con un vaso de Chivas etiqueta negra. Caprichos del azar, aquella tarde se había bebido los cuatro cuartos que le habían pagado por descargar un camión de congelados. Sin dinero la noche se presagiaba dura y al raso. Sin embargo, allí estaba él, disfrutando de todo lo que se le podía antojar. La suerte era su amiga, al menos esa noche. Degustó el Chivas despacito, sin el agobio habitual. Sabía que había cientos de botellas esperándole y que esa noche su insaciable sed sí sería saciada. Por una vez no tendría que preocuparse por la falta de bebida. Para celebrarlo llegó hasta el surtidor de cerveza, lo abrió y bebió a morro hasta hartarse. La cerveza se saboreaba mucho mejor así. Homer sabía lo que se hacía.

A la mañana siguiente la mujer de la limpieza lo encontró tirado debajo del surtidor de cerveza. Estaba en medio de un gran charco de bebida fermentada. Al parecer, se quedó sin aire debajo del chorro del surtidor. Tenía el estomago tan hinchado como una pelota de playa. Aun así, su cara mostraba un evidente gesto de satisfacción.

Pepe Pereza, del blog Asperezas.

sábado, 19 de febrero de 2011

BEATITUD EN MADRID

Viernes 25 de febrero,
19 h Casa del Libro - C/Hermosilla, 21.
Madrid

Intervendrán
Vicente Muñoz Álvarez (antólogo)
Ignacio Escuín Borao (antólogo)
David Vicente (editor)
& varios autores del libro

Os esperamos

NO QUISE ESCRIBIR ESTE POEMA (pero ahora sí) by Gsus Bonilla.


…ey, ey gsús, fuera
aléjate, esa no es tu guerra.

deja de mirar a los ojos
del músico ambulante.

limítate a la caridad.

deposita una moneda en su sombrero;
sonríe, de mala gana.

como mucho tararea, sin que se note,
la dignidad de su canción.

alude
a la prisa de tu reloj

y márchate.


Gsus Bonilla, poema inédito.

viernes, 18 de febrero de 2011

DISFRACES, por CRISTINA REQUEJO


Al principio no resulta fácil, pero con el tiempo, uno va adquiriendo destreza. Podemos empezar por el pelo, otro color, incluso una peluca, cualquier cosa vale para poder alejarnos.

El maquillaje también es importante, labios más gruesos, pómulos exagerados. Si es necesario, recurriremos a alguna cirugía que nos regale una ficción. En ocasiones, es necesario hasta cambiar de ideas, incluso de latitudes.

Todo sería perfecto si no fuera por ella, por esa mirada que, insatisfecha, nos dice ante el espejo que aún nos reconoce.


Extraído del blog
Desde mi luna

'SIMPATÍA POR EL RELATO' HOY EN ZARAGOZA


18:30 H PRESENTACIÓN EN FNAC (PLAZA ESPAÑA)
21:00 H FIESTA CONCIERTO EN ARENA ROCK CON INSOLENZIA, LILITH Y EXPERIMENTOS IN DA NOTTE

VISCERALES EN MADRID


Martes 22 de febrero
a las 18:30 horas Fnac - Preciados n° 28
28013 Madrid

Presentación de
VISCERALES

Intervienen Mario Crespo, José Ángel Barrueco, Eduardo Riestra
& los autores Déborah Vukusic, Carlos Salem, Alberto Haj-Saleh,
Adriana Bañares, Gsús Bonilla, Francesco Spinoglio, Julio Valdeón Blanco, Sonia Fides,
Iñaki Echarte Vidarte, Esteban Gutiérrez Gómez,
Ana Pérez Cañamares, Alfonso Xen Rabanal, Inma Luna, Marta Fernández La Bohe, Marcelo Luján & Roxana Popelka.

VISCERALES: El corazón en las manos.


Tengo ya latiendo en mis manos desde hace días Viscerales, recién salido de imprenta y aún calentito.

Lo voy saboreando poco a poco, a pequeños sorbos, como los vinos de las cepas más viejas, y me reafirmo en la idea de que, por muy diversos motivos, será, es ya un libro de referencia y de culto.

Mario & Jab se han dejado en él la sangre y la piel, han creado ambiente de equipo, generado expectación y mimado a los autores y cada detalle al máximo, haciendo de nuestras (y sus) vísceras un estandarte y convocando a un montón de escritores de genio y talento para la causa.

La labor de los seleccionadores y antólogos es frecuentemente ingrata, a menudo son más los recelos de los que se sienten injustamente excluídos que el apoyo de los que están dentro... Pero es, desde mi punto de vista, necesaria y básica para la oxigenación del sistema, para configurar nuevas corrientes y unificar criterios, para dar a conocer nuevas tendencias y voces, para renovar estéticas y modos de escribir, pensar y sentir.

Mario & Jab han hecho con Viscerales, sin duda alguna, un trabajo impecable, creando un libro con espíritu y fuerza (con dos cojones, como ellos dirían), con el que me identifico plenamente, como escritor y antólogo, y del que me siento orgulloso.

Algunos de los (a mi juicio) mejores narradores españoles de la actualidad y otros casi inéditos (pero no menos valiosos) han volcado sus vísceras y obsesiones sobre el papel a petición de Mario & Jab, por y para ellos, alumbrando este libro magnífico e imprescindible, lleno de relatos palpitantes y buenos latidos.

A vuestra salud
compis
con el corazón
en las manos


Viscerales
Edición: Mario Crespo y José Ángel Barrueco.
Viscerales es sobre todo rabia, sinceridad, corazón, hígado, riñones, calor y desnudez: un libro que contiene cuarenta ejercicios de honestidad literaria, cuarenta desahogos, cuarenta vaciamientos, cuarenta vomitonas. Diferentes estilos, diferentes tendencias, diferentes etiquetas, diferentes generaciones, diferentes autores, pero un único denominador común: la visceralidad sobre el papel.

I WANNA BE SEDATED por Camila Méndez Burgos.


Me aburrí de pensar en la muerte.
Me aburrí de las experiencias de todos.
Me aburrí de a veces querer ser otro.
Me aburrí del sol.
Me aburrí de querer otra cosa y de que nada me baste. Nada es suficiente nunca.
Me aburrí del café de la tarde y de pensar en cómo me sucumbe el vacío.
Me aburrí de vivir del recuerdo. De ver cómo todo queda en una simple imagen.
Me aburrí de querer escribir y lamentarme por no hacerlo.
Me aburrí de esperar que una idea me ilumine. Ya no hay ideas.
Sólo quiero vivir. Ver el viento e irme.

Camila Méndez Burgos, del blog Al otro lado.

Photo: Save your Mind by Jul.

jueves, 17 de febrero de 2011

¿PARA QUIÉN SE ESCRIBE? por Aldo Luis Novelli.


Empecé a escribir en la pubertad para mí mismo, encerrado en mi pequeña torre de marfil, una miserable pensión de una ciudad nefasta.
Un día abrí la puerta y salí al mundo y descubrí que nadie me conocía, que el mundo era inmenso y ajeno, entonces regresé a mi buhardilla y me puse a escribir para el mundo. Salía a caminar, hablaba con desconocidos y escribía sus historias de fracasos y deseos irrealizables.

Hasta que un día, el mundo entró en mi habitación y me empujó afuera, entonces ya no era el mismo mundo, tuve que ganarme el pan y encontré hombres y mujeres que no tenían pan en su mesa. En esa época, golpeado y pisoteado por las patas salvajes del mundo, empecé a escribir para cambiar ese mundo, empuñé un arma cargada de futuro y salí a luchar por maravillosas e inalcanzables utopías.
Hasta que el mundo con sus golpes me laceró el cuerpo, me encerró en una cueva oscura y me gritó: “perdiste estúpido idealista, nosotros ganamos”, entonces, en ese oscuro hueco me puse a escribir para salvar mi propio culo.
Después los años sucedieron a los días y cuando me detuve a mirar para atrás, vi el camino lleno de pozos y sucios charcos, el camino que ya no se puede volver a pisar.

Hoy, con más derrotas que amores, escribo únicamente para el verdulero de la esquina, mi amigo Andrés.
Cada vez que edito un libro, al primero que se lo llevo es a Andrés.
Él no lee poesía, ni literatura, ni nada que no sea el diario cada mañana, dice que allí está todo: novelas policiales, dramáticas, amorosas, históricas, política y religión, humor y fantasía, belleza y obscenidad, vida y muerte y que no necesita más, y tiene razón.
Pero yo igual le llevo mi precario librito.
Él lo abre y lee el primer poema, si lo entiende y le gusta lee el segundo, en cuanto encuentra uno que no le gusta, cierra el libro y lo coloca en el único estante de la verdulería que oficia de biblioteca.
Nunca más lo abre.

No sé bien cuánto ha leído de mis libros. Una noche de asado y truco, abarrotados de bestias y ahítos de vino, me confesó secretamente que un libro lo leyó completamente, otro lo puso en el estante después del primer poema.
No sé cuáles son, y nunca lo sabré seguramente, pero yo me siento bien con este pacto entre escritor y lector que hemos desarrollado.
Además, como él dice, su biblioteca de un solo estante, tiene únicamente mis libros, y agrega socarronamente, los libros del mejor poeta que conoce, del único que conoce.

Es para mí, un orgullo personal que ningún otro escritor puede darse.
Todos mis fracasos están allí, y ese es mi gran éxito, único, imbatible, frente a todos los escritores y poetas del mundo!.

Por lo tanto amigos y poetas, les comunico en este instante que seguiré escribiendo hasta que me muera, para mi amigo Andrés, el verdulero de la esquina.

aldo luis novelli /poeta sudaca y laburante.
Un abrazo impetuoso.

aldo luis novelli/ desde los bordes del desierto.-
http://www.otros-fluidos-virtuales.blogspot.com
http://www.la-sed-infinita.blogspot.com
La poesía es un oasis luminoso en medio del desierto. El poema es la sed.

NO HAY PROSA


Carmen Luisa Contreras
& Andrés Ramón Pérez Blanco,

introducción: Mery Larrinua.
prólogos: Kutxi Romero y Sor Kampana.
ilustración portada y contra: Gsús Bonilla.
fotografías del interior: Ángel Muñoz Rodríguez.
ilustraciones interiores: Julio Vegas.
corrección del texto: David González
y supervisión del mismo: Ana Patricia Moya.

Descarga gratuita (AQUÍ Y AQUÍ)

miércoles, 16 de febrero de 2011

LAS CHOLITAS VOLADORAS


Las Cholitas Voladoras, Bolivia: Lucha Libre" , obra del fotógrafo italiano Daniele Tamagni
2º premio en la categoría de "reportaje gráfico de Arte y Entretenimiento" en la 54ª edición de los premios World Press Photo

martes, 15 de febrero de 2011

KUTXI & SOR KAMPANA & LA BANDA DEL ABUELO


Las moscas lo devorarán todo (extracto)

La banda del abuelö | Myspace Music Videos


Salud y ruido

Os invitamos a visionar un extracto (2 minutos) del recital que Kutxi Romero y Sor Kampana dieron con motivo de la presentacion de: Las moscas lo devoraran todo. Un libro firmado y recitado por ambos poetas y musicado para la ocasión por La banda del abuelo.

Para verlo gratis: www.myspace.com/labandadelabuelo

Para adquirir el libro: www.lasmoscas.net

LINKALO LIBREMENTE

EN BREVE GRATIS EL RECITAL COMPLETO

CONCURSO DE MICRORRELATOS BEATITUD


Como ya sabes, el libro homenaje a la generación Beat, Beatitud. Visiones de la Beat Generation, ya se encuentra en las librerías.

Queremos que también tú nos aportes tu particular visión de la generación Beat. Envíanos para ello un microrrelato de no más de 250 palabras que de un modo o de otro refleje tu experiencia con la Beat Generation. Cuéntanos lo que quieras y bajo la fórmula que tú quieras.

Iremos colgando cada día tanto en el blog de la editorial(http://edicionesbaladi.blogspot.com/) como en el del libro:http://beatitudvisionesdelageneracinbeat.blogspot.com/ los mejores textos.

El 15 de marzo elegiremos entre todos los seleccionados los 3 ganadores y les haremos llegar un lote de 5 libros de Ediciones Baladí.

Participa y cuéntanos lo que quieras sobre la Beat Genaration.

Envíanos tu texto a info@edicionesbaladi.com



HAY QUE COMERSE EL MUNDO A DENTELLADAS por Alberto García Teresa.


HAY QUE COMERSE el mundo a dentelladas.

Hay que sacar los dientes, pulirlos,
clavarlos con ahínco y rabia.

Hay que comerse la vida a dentelladas;

con mordiscos secos, intensos,
de puro y reluciente hueso.
Con bocados de corazón hambriento.

Hay que defender el mundo a dentelladas.

Hay que danzar entre rechinar de espadas;
de espadas a pecho descubierto.
Hay que vivir en permanente guardia,
defendiendo la vida cuerpo a cuerpo,
defendiendo la vida cara a cara.

Hay que descubrir la vida a dentelladas.

Hay que desenterrar estrellas de la arena,
hay que dibujar trazos de arco iris con los dedos
machados por la rutina, el trabajo y el tedio.
Hay que apartar niebla de las cabezas
con gritos de silencio y de conciencia.

Hay que sumergirse en el mundo a dentelladas.

Hay que escurrirse de las sombras sonoramente,
con estruendo de ideas y palabras.
Hay que escurrirse sonoramente
con redobles de actos y pasiones,
con puños de carcajadas.

Hay que atacar la vida a dentelladas;

caminar en la penumbra precaria,
caminar frente al poder y las pirañas.
No ceder terreno nunca al terror y la ignorancia.
Levantar la vista ácida hacia el mañana.

Hay que acariciar la vida a dentelladas;

arrebatarles el tiempo robado cada jornada,
esparcir abrazos entre timbres y pagas,
regalar ternura y devolver pedradas.

Hay que comerse el mundo a dentelladas.

Hay que comerse el mundo a dentelladas.


Alberto García-Teresa, de Hay que comerse el mundo a dentelladas, Baile del Sol, 2008.

RECITAL POÉTICO HUMORÍSTICO


El jueves 17 a las 19:30 horas recital de humor
de Dani Orviz, Rafa Sarmentero y Pepe Ramos
en el Café Libertad 8.

AVISO: Es posible que lo pasemos bien.

Más info en el cartel adjunto.

Besos y abrazos.

SUR O NO SUR by Damego.


Todos hemos oído hablar del Sur,
ese paradójico lugar
del que tantos quieren escapar
y al que unos pocos sueñan con llegar...
 
Celia me lo dejó bien claro: nunca te enamores de una mujer porque al final puede ser que ella gane algo, pero tú siempre saldrás perdiendo, las mujeres somos así, apostamos a ganador para salir adelante, no nos queda otra, y cuando al pavo se le afloja el futurante adiós si te hemos visto no me acuerdo.
Yo trataba de embaucarla con carantoñas y algún pase de mano, como para hacerle sentir la piel y que no todo es polilla y comegén en la vida, pero ella estaba muy ensimismada en su siento que me jodes la vida o te la jodo yo y no pude disuadirla un poquito. Le dije pero qué importa si dura un buen rato y eres feliz nomás mientras tanto...
Mira, Dany, yo sé que tú juegas a ser un buen tipo y por eso te respeto un poquito más que a los otros, pero sabes que en esto no me puedes ayudar un carajo. Hay leyes que están por encima de los papeles y las jodiendas de abogados y jueces que acá os defienden como sirvientes bien organizados. A mí me tocó nacer del otro lado y vivir en un mundo donde la ley se escribe con sangre en la piel del que no cumple las normas. Y no me estoy preocupando de mi propia piel. Te hablo de otras pieles con mi misma sangre.
Que les jodan, ¿de verdad crees que se van a molestar en ir a por tu familia si te pierden el rastro?
Por supuesto, no los conoces, es su negocio, irían hasta el fin del mundo, pero no lo necesitan, tienen allá la gente necesaria para que yo siga siendo rentable. Mira, en verdad te digo, aléjate de mí, sólo soy un problema que añadir a tu vida. Te digo esto porque te amo, eres el único hombre que me ha hecho sentir una mujer en este tugurio de mierda. Sólo porque estás loco.
Bien, analicemos mi locura: ¿me llamas loco por estar enamorado de ti como un perro ciego, crees que me voy a quedar impasible y muerto de miedo mientras te mantienen alejada de mí porque has de terminar tu "contrato" y no tengo dinero para cancelarlo? ¿eso es lo que esperas del amor, Celia, eso es lo que has aprendido en tus jodidos treinta años de jinetera revolucionaria?... ¡Joder, eres una licenciada en filosofía, ¿en qué absurda esquina del parnaso te bajaste las bragas para siempre jamás?!
Eres un maldito chiquillo, sabes que me conmueves con tu preocupación pero se acabó el tiempo, ya tienes tu polvito y he de bajar a la barra a por otro cliente. Me vendrían bien un par de ellos esta noche, para cubrir la flojera de ayer, parece que hubo un partido de fútbol importante, pero otras dicen que fue la noche, el menguante, en este país de vencedores le temen a la luna cuando mengua.
Déjame acariciarte un poco más... tu piel es como agua, me recuerda el rocío en las hojas al amanecer, cuando salíamos de caza, mi hermano y yo, ya te he contado, las liebres, los ratones, al final todo lo que se moviera. Aún siento la suavidad del metal, como piel, y de las hojas húmedas en el amanecer... las confundo... tu piel es una más, una extensión de aquello que sentía, y me duele tanto dejar de tocarte, pensar que otros te tocan...
Dany, Dany, Dany... no sé cómo explicártelo, adoro tu romanticismo, me halaga tu candor... ¡¡pero no eres un puto futurible para mí, no sin graves problemas!! Creo que será mejor que busques otra chica para aliviar tu soledad.
Si no me quisieras no dirías eso... me la quiero jugar por ti, ¿pasa algo? ¿acaso un hombre no tiene derecho a darlo todo por la mujer que ama?
Estás loco, mira, ya llaman a la puerta, ese es el tiempo que nos toca soñar, loco, loquito de mi corazón...
 
Apoyado en la barra del bar, le pido a Luis una cerveza, no quiero irme. Sé que mientras no tenga un nuevo cliente seguirá a mi lado, hablándome del mar, de las caracolas que buscaban para los turistas en inmersiones fugaces, de las ostras que sacaban al mediodía, cuando aún eran púberes felices recolectando en las tranquilas aguas los aperitivos de los turistas tostándose al sol implacable en las hamacas, bajo los parasoles de hojas de palma, descifrando para ellos el sortilegio del molusco crudo repeliendo la lima con un gesto de contracción íntima, dolorosa a su vista. Y luego me contará los saltos pretenciosos de los aborígenes desde el acantilado, y después...
¿Tú de qué coño vas, asturiano? Aquí se viene a follar y dejar la plata. Me parece que te estás equivocando con la Celia.
¿Tú crees? ¿te parece que se la meto de medio lao?
Me parece que confundes meter con poseer. Aquí los únicos que poseemos algo somos nosotros. Te voy a contar una anécdota que le pasó a uno como tú. Venía para acá en su hermoso cochecito y antes de cruzar la entrada le pasó un tractor por encima. Ya sabes, el hombre venía de noche de abonar una finca. Al otro lo sacaron los bomberos de entre los hierros con la mierda hasta las orejas. Tuvo suerte que la cara le quedó así, como de mártir, y su mujer lo pudo reconocer en la nevera.
¿Me estás amenazando, Roger? ¿acaso te permiten perder los papeles con un cliente habitual?
Sabes que me caes bien, no me lo permitiría si no me hubieran pegado el toque los que mandan. Y para ellos no es nada personal tampoco, sólo vigilan sus inversiones. ¿Tienes nueve mil euros? Eso es lo que debe la chica en este momento. A partir de ahí podemos empezar a hablar.
Y si saco el machete del maletero, podemos hablar de otra manera.
Joer, con el pelao, estás hablando muy fuerte. Y si en vez de atropellarte te dejamos seco de un tiro en el estómago y que lo rumies? Cualquier cuneta es buen para morir.
¿Qué te apuestas, cabronazo, a que me la saco de aquí esta noche y no nos tocáis ni un pelo?
¿En serio crees que se iría contigo sabiendo lo que le espera a su familia en Cuba?
¿¡¡Quieres que te parta la botella en la cabeza, coño madre!!?
Vale, vale, tú sigue así y verás cómo acabas.
 
¡Eh! Qué son esos gestos, ¿ya estás otra vez salvando a tu dama?... Quiero que te vayas, Dany, así no puedo trabajar.
Trabajar con quién, si aquí no hay casi nadie, otras pueden hacerlo.
Necesito el dinero, Dany.
Puedo darte un poco más.
Ufffff... cariño, me estás volviendo loca, es mi trabajo y tú no puedes librarme de él, y aunque pudieras no estoy segura de aceptarlo. Estoy harta de deberles dinero a los hombres, tampoco te lo quiero deber a ti.
Lo dices porque no lo tengo.
No, Dany, lo digo como lo siento. Cuando acabe con esto no quiero deberle nada a un hombre jamás, jamás, ¡jamás!... ¿Lo entiendes?
Yo soy diferente, en mí puedes confiar.
Sólo porque estás enamorado. Hoy estás enamorado... ¿y mañana? ¿crees que podrás soportar todos los cuerpos que se me echan encima a diario? ¿todas las poyas que pasan por mi boca?
¡¡Calla!!... cómo puedes ser tan cruel...
Mi amor, necesitas un psiquiatra, nunca debiste enamorarte de mí.
El amor es así, como un perro rabioso que se te echa encima y te muerde y a partir de ahí todo es enfermedad y mala sangre y uno quiere morder aunque sea a su puta madre, sobre todo a esa, que nunca lo protegió del perro, ni siquiera le habló de él. Voy al coche a por el machete. Y tú te vienes conmigo.
¡¡Estas loco, loco, borracho, loco, ni se te ocurra Dany!!
 
Salí del local, eché una buena meada sobre el mercedes del jefe, ya le tenía echado el ojo, y abrí el maletero del fiesta para extraer el machete del fondo, debajo de la manta roja que uso como enmoquetado. Es un viejo machete de cortar caña que me traje de uno de mis viajes al sur, un viaje de trabajo que me había dejado cierto rastro de resentimiento con el mundo y conmigo mismo. Quizá tan sólo porque esperaba algo más de él. Pero los viajes son tan sólo eso: itinerarios que uno resuelve con mayor o menor fortuna.
Me lo puse a la espalda, envainado en el forro de tela que mi exmujer me había confeccionado cuando regresamos (¿o quizá fue mi exsuegra?) y entré de nuevo en el puticlub como un arquero de la edad media, sin arco y con sólo una flecha, sólida, bien afilada, de unos setenta centímetros de largo por doce de ancho en la curva delantera, donde rompe la línea para atacar con eficacia el tallo.
 
Roger era un buen secureta, aplicado en el gimnasio y con cierta mezcla de artista marcial indefinible, pero él mismo me había comentado en una ocasión que ante un arma de esas proporciones lo mejor es salir corriendo. Y eso fue precisamente lo que hizo cuando me vio desenvainar el arma con una mirada de suicida.
Celia no daba crédito a lo que estaba sucediendo, pero cuando la sujeté firme por la cintura mientras blandía el machete cortando el aire entumecido por el humo del tabaco, no opuso resistencia.
Luego me contó que en ese momento le vinieron a la mente ciertas historias infantiles de príncipes azules rescatando princesas de la torre, aunque sabía que en esta ocasión la torre era muy baja, y se dejó llevar como en un vuelo hacia la libertad de la calle suburbial, como en un trance hipnótico, fuera de su razón, embriagada por el gesto heroico del guerrero.
Subimos al fiesta y nos alejamos del lugar sin mediar más palabras que un estás loco, Dany, mi amor, estás loco...
 
Damego

domingo, 13 de febrero de 2011

EL ESTRANGULADOR DE RILLINGTON PLACE


Pocos serial killers de la historia del cine resultan tan convincentes, grimosos y repulsivos como Richard Attenborough en El estrangulador de Rillington Place (1970), de Richard Fleischer.

Ya en la impresionante Plan siniestro, de Bryan Forbes, Attenborough había demostrado sus extraordinarias dotes interpretativas, su talento reposado y oscuro y su empatía con personajes atormentados, pero es en este thriller de Fleischer, El estrangulador de Rillington Place, basado en hechos reales, donde verdaderamente estremece y repugna, encarnando al infame psicópata John Reginald Christie.

Sin efectismos de ningún tipo ni truculencias vanas, Fleischer rubrica un film de apabullante tensión dramática, objetivo, sobrio y aséptico, duro como el cemento armado, que se distancia de casi todos los clichés del género y, cuarenta años después de su estreno, sigue asqueando y poniéndonos los pelos de punta.

Junto a Attenborough, el también grandioso John Hurt, manipulado como una marioneta, comparte escenario y miserias, haciendo de esta película una de las más sólidas y desasosegantes propuestas del cine de asesinos en serie del pasado siglo.
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Aterradora, imprescindible y tremenda.


10 Rillington Place in You Tube

viernes, 11 de febrero de 2011

BEATITUD: Prólogos.


Tuve la suerte de leer por vez primera a los beat hacia los 20 años, en plena fase de búsqueda y rebeldía, con el mundo por montera y la capacidad de asombro intacta. Si lo hubiera hecho después, pongamos en vez de a los 20 a los 30, supongo que nada hubiera sido igual (estoy convencido de que cada libro necesita no sólo un lector, sino también un momento concreto). Pero afortunadamente los descubrí en el punto y tiempo adecuado. Y su filosofía caló hondo en mi corazón.

Por aquel entonces yo era un joven inconformista e inquieto, decepcionado por casi todo lo que me rodeaba y había aprendido, y necesitado de valores, lecturas y experiencias nuevas. No me gustaba lo que me habían vendido (o al menos de la forma en que lo habían hecho), ni la educación, ni la política, ni el capitalismo, ni la religión, ni el consumismo, ni el bienestar: no me satisfacía el sistema. Y menos aún la mayor parte de la literatura que había leído hasta ese momento (y había leído ya mucha), que se me antojaba anacrónica y ajena por completo al mundo real.

Por todo ello, descubrir a los beat (y a Céline, Carver, Lowry, Miller, Bukowski, Genet y muchos otros que sí hablaban del mundo real - al menos del mío) fue un revulsivo y una revelación: el jazz, el blues y el rock, la calle, la noche, la búsqueda y la carretera, el movimiento, las puertas, los límites, el misticismo, la evasión, la locura y el sexo, la sinrazón, la rebelión, la desesperación, la frustración, la exaltación, la iluminación y la perla... todo estaba allí, en sus libros, al fin retratado, tal cual yo lo captaba y sentía, escrito para hacerme/nos entender y amar el mundo.

Leí primero a Kerouac, En el camino, uno de los pocos títulos beat que por aquella época se podía encontrar sin demasiada difilcutad en las librerías, y a continuación, rebuscando ya algo más y tirando del hilo, Aullido, de Allen Ginsberg, y El almuerzo desnudo, de William S. Burroughs. El primero me deslumbró, el segundo me estremeció y el tercero (como a casi todo el mundo) casi me vuelve loco... Pero ya de esa primera toma de contacto salí transformado. E inmediatamente, compulsivamente incluso, comencé a buscar en catálogos especializados y librerías de viejo más obras suyas: Los subterráneos (la novela que más veces he leído en mi vida), Los Vagabundos del Dharma y Ángeles de desolación, de Kerouac, Yonki y Nova Express, de Burroughs, Gasolina y otros poemas, de Gregory Corso, El primer tercio, de Neal Cassady (estos dos últimos de la mítica Star Books) o Kaddish, de Ginsberg, fueron llegando escalonadamente a mí, empapándome de beatitud y convirtiéndose en una parte imprescindible de mi educación.

Desde entonces he seguido leyendo (aunque en cada fase de mi vida, es cierto, con ojos distintos) todos los libros suyos que han ido cayendo en mis manos, también de Di Prima, Ferlinghetti, LeRoy Jones, Peter Orlovsky, etc, además de ensayos, biografías, antologías y estudios sobre el tema de muy diversa índole.

Desde entonces, también, he recorrido miles de kilómetros y andado muchos caminos, escrito mis propios libros, me he buscado, reencontrado y perdido, y he renacido docenas de veces de mis propias cenizas...

Nada nuevo, en cualquier caso, bajo el sol. Al menos entre el círculo de buscadores que a mí me interesa.

La cuestión, llegados a este punto - mostradas ya mis credenciales y devoción por los beat -, es el modo en que todo este legado de lecturas y escritores ha influido en las últimas generaciones de narradores españoles.

Conozco desde hace años a muchos de los autores que integran la nómina de este libro y puedo asegurar que esa influencia, directa o indirectamente, es localizable y manifiesta en su obra, ya sea mediante citas, dedicatorias o referencias explícitas a personajes y textos concretos, o a través de recreaciones y evocaciones de atmósferas beat.

Por eso, junto al poeta Ignacio Escuín (con el que, cargado de libros, me he recorrido on the road media España), decidí hacer esta antología: una serie de visiones sobre la generación de escritores (siento que sea norteamericana y no española, pero es así) más influyente en nuestras obras.

Y digo visiones, utilizando una terminología muy beat, porque no se trata en esta ocasión de analizar objetivamente su obra ni descubrir sobre ellos nada nuevo al lector. Creo que todo lo que se pueda decir al respecto está ya escrito, y por manos mucho más documentadas que las nuestras. Pero también creo que nunca anteriormente, al menos que yo sepa, se ha hecho en este país un homenaje a la Beat Generation como el presente, subjetivo, intimista y estrictamente literario, que reconozca abiertamente y sin tapujos una influencia y deuda como la que nosotros tenemos con ellos.

Este ha sido, pues, el punto de partida que nos ha llevado a preparar Beatitud (otro término muy querido por los beat) y el criterio que hemos utilizado para establecer la selección de autores que integran su nómina. Podría haber muchos más, es cierto, o varios menos, como ocurre en cualquier antología, pero en ningún momento nos planteamos hacer un catálogo exhaustivo y cerrado de una tendencia o escuela (no existe tal), sino ofrecer al lector un botón de muestra de un tipo de prosa (escrita aquí y ahora) en mayor o menor medida influenciada por la herencia beat.

En un país como el nuestro, en el que cada año se publican docenas de antologías literarias bajo las más sorprendentes (y a menudo banales y absurdas) excusas, creemos que reivindicar una causa como la presente es, cuando menos, consecuente y honesto, por no decir necesario.

Aunque eso, lógicamente, debe juzgarlo el lector.

Esta es sólo la ruta que, de entre las muchas posibles, nosotros hemos trazado para la ocasión.

Y por la que ahora os invitamos a recorrer el camino.
 
Salud & Carretera
 
Vicente Muñoz Álvarez
 
 
Una noche calurosa de julio de hace ya unos cuantos años, seis aproximadamente, me encontraba en la antesala de un recital en la Semana Negra de Gijón. Había llegado allí de la mano de David González, a quien había conocido meses atrás tras dejar Zaragoza para vivir una temporada en Asturias. Me encontraba, como digo, en esos instantes previos a una lectura, cuando la adrenalina comienza a hacer de las suyas y uno siente por dentro que nada en esos momentos puede salir mal. Íbamos a presentar nuestra antología de género, la apuesta arriesgada que David y yo habíamos montado en aquel apartamento con vistas a la playa que había alquilado por unos meses y con la que habíamos decidido ponernos "en la carretera" para darla a conocer por toda España (y así fue, y en uno de esos viajes me topé con otra de las personas que más saben de los beat en este país y que más hacen por la literatura independiente: Uberto Stabile). Y esa noche apareció Vicente Muñoz. Mentiría si dijese que no sabía quién era. Lo había leído y conocía las historias que circulaban sobre él. Sabía de su fanzine, de su manera de entender la vida y de sus gustos. Pero fue a partir de este instante cuando el universo beat llegó a mi vida, o al menos cuando fui consciente de ello (para entonces ya había leído unos poemas de Diane Di Prima, pero no supe hasta años más tarde que era una de las voces más peculiares de la beat generation).

Si dijera que aquella noche cambió mi vida, algunos de los que puedan leer este texto dirán que exagero, que no sé lo que digo. Pero la verdad es que tengo la sensación de que fue así. Creo, sin miedo a equivocarme, que Vicente y yo nos entendimos desde el principio y desde aquel momento imaginamos los proyectos y los viajes que nos llevaron de aquí a allá, de "mar a mar y entre los dos la guerra" que diría Machado (a veces solos y otras en compañía de cómplices en la búsqueda como Bufa, Andrés, Lucas, o las posteriores incorporaciones de Brenda, Almudena, Raúl, Nacho...). Y desde entonces, unos cuantos libros después y también unos cuantos años, comenzamos a tramar esta historia, la unión de dos generaciones, la suya y la mía (diferentes, claro, la edad obliga, pero también hermanas) en un libro colectivo que rinde homenaje a los beat. Algunos de nosotros, de los que como yo llegamos a los beat sin saber quiénes eran, aprendimos a leer su literatura a través de la literatura de los demás (yo por ejemplo decidí leer a Kerouac tras conocer la literatura de Vicente Muñoz y conversar con él lo suficiente como para entender que no debía pasar un día más sin leerlo; o los poemas de Ginsberg tras mi primer encuentro en Punta Umbría con Uberto…) y por ello este libro es algo más que un sentido homenaje, podríamos decir, incluso, que se trata de la aceptación por parte de dos generaciones hermanas pero distintas (reitero) de una deuda con la literatura beat, una deuda estética e incluso vital.

Y claro que hubo y hay beats españoles (quién puede negar que Miguel Labordeta y los poetas de su generación no lo fueran), por supuesto, pero decidimos tomar el grupo original como fuente de este volumen de relatos en el que todos los autores seleccionados reconocen abiertamente tal vinculación. Como en todo libro colectivo la nómina podría haber sido diferente, pero esta es nuestra apuesta. Quedémonos con estas páginas de literatura pura y pura vida. Atrapemos las palabras y dejémonos llevar por el energético valor de la literatura que rezuma vida y carretera. Vicente y yo, en el camino, os esperamos.

Ignacio Escuín Borao

Beatitud: Visiones de la Beat Generation
(Ediciones Baladí, 2011).
Prólogos de Vicente Muñoz Álvarez
& Ignacio Escuín Borao.