Hace unos días una redactora del diario Público me envió unas preguntas para un reportaje sobre microrrelatos. El reportaje se ha publicado hoy y puesto que ninguna de las respuestas que le envié ha aparecido (supongo que no encajaban con la idea que ella tenía) y yo me tomé la molestia de contestarlas e hice el esfuerzo de tomarme mi tiempo para ello (que no es precisamente lo que me sobra) me vais a permitir que las publique en este blog, por si a alguien le interesa o quiere hacer alguna aportación, crítica, etc. Por lo demás, me alegra que al menos en ese reportaje se aluda a un seguidor y colaborador de Hank Over, como Esteban Gutíerrez Gómez, autor de El laberinto de Noé. Patxi Irurzun.
¿Qué es el microrrelato? (una definición más o menos aproximada)
Uff, que difícil, un micropene, por ejemplo, está mejor delimitado, hay una medida estándarizada. Pero en el caso de los microrrelatos, ¿de qué estamos hablando? ¿de cinco líneas, de cincuenta?. En el fondo muchas veces creo que el término es una invención, una moda más o menos forzada para que les encaje a concejalías de cultura o escuelas de escritura que quieren organizar un concurso literario pero sin cansarse mucho, o a editoriales que sueñan con vender libros a la gente que no le gusta pegarse una pachada leyendo, o a periódicos y revistas que de vez en cuando quieren dárselas de culturetas pero sin quitar mucho espacio a los anunciantes, por ejemplo con un cuento a doble página.
Los autores, yo al menos, no pensamos en números de líneas cuando escribimos un relato, cada uno tiene y exige sus medidas, ponerse a pensar de antemano “voy a escribir un microrrelato” es como cortar un traje para una criatura extraña que aún no ha nacido ni sabemos qué tamaño va a tener. En mi caso, por ejemplo, cuando he escrito cuentos muy cortos (como los que recopilo en La polla más grande del mundo) casi siempre ha sido por exigencias del guión, porque eran colaboraciones para medios con un número de caracteres exigido.
Eso en cuanto a la cantidad, en cuanto a la calidad, hoy se publican muchas novelas de doscientas o quinientas páginas que son microrrelatos, podrían contar lo mismo en dos líneas, y al revés, algunos microrelatos son capaces de convertirte la cabeza en una bola del mundo.
¿Cuáles deben ser sus ingredientes? ¿Dónde radica la dificultad del microrrelato a la hora de escribirlo?
Me parece que Monterroso era quien decía que a él en realidad le gustaría escribir historias largas, con muchos personajes, historias paralelas, dejarse llevar, pero que escribía cuentos cortos o muy cortos por pereza. La narrativa breve exige un esfuerzo de concentración, es diferente a una novela, por ejemplo, que absorbe como un agujero negro, te aísla de la realidad, durante mucho tiempo, hay que estar preparado para eso, o que tu vida te lo permita, pero para un cuento o un microrrelato la vida siempre te deja un resquicio…
Luego, claro, hay que hacerlo bien, la dificultad del microrrelato es la misma que la del relato, la novela corta o la novela, hay que escribirlos bien. En el caso del microrrelato tiene que ser una historia sin una gota de grasa, puro músculo y ya sabemos lo difícil que es quitarse las lorzas de la tripa.
A mí me gusta como creador la narrativa breve, los cuentos, porque soy disperso y vago, puedo estar un día, una semana, un mes, encima de ellos, pero más me cansa, he escrito algunas novelas, es verdad, pero he dejado muchas más a medias. Con los cuentos, sin embargo, puedo hacer ese esfuerzo de concentración...
A veces puede confundir con el aforismo, ¿dónde estaría la diferencia?
Se puede confundir con el aforismo, y con el chiste, el proverbio, el refrán… O con un cuento. Creo que eso tiene que ver con lo que he señalado arriba, es que estamos hablando de cinco y de cincuenta líneas, a los dos les llamamos microrrelatos. Y en cincuenta líneas da para contar mucho, pero en cinco la cosa puede quedarse en una gracieta. Yo me imagino que para que llegue a a ser un microrrelato, está la teoría del iceberg, solo vemos una parte pero por debajo hay una masa compacta gigantesca. Pero eso ya lo decía Hemingway respecto a lo que debían ser los cuentos
¿Por qué crees que se ha considerado un género posmoderno?
Esta no me la sé.
¿Consideras que tiene que ver con nuestro mundo fugaz donde todo se consume deprisa y corriendo?
Creo que sí, y en ese sentido es algo contradictorio, leer es un acto que exige reposo, reflexión, y lo que hacen los microrelatos es precisamente reforzar o incorporarse a ese mundo acelerado, que pretende arrebatarnos el ocio, tiempo para nosotros mismos... Por eso un buen microrrelato tiene que ser como una pildorita que explota dentro y tiene efectos retardados, está lleno de sugerencias, de historias, imaginación, nos hace pensar, dar vueltas y vueltas...
¿Quiénes consideras que son los mejores autores del microrrelato actual?
A mí los que más me gustan son esas secciones de los periódicos, tipo ¡Qué mundo!, en las que cuentan cosas como “Ve a su padre en un programa de televisión cinco años después de haberlo incinerado”.
La verdad, Patxi, es que yo no le daría muchas vueltas al asunto. El reportaje es un corta-pega con poco sentido.
ResponderEliminarPuestos a cortar y pegar, yo hubiese escrito..."un buen microrrelato tiene que ser como una pildorita que explota dentro y tiene efectos retardados, está lleno de sugerencias, de historias, imaginación, nos hace pensar, dar vueltas y vueltas..." porque es eso lo que buscamos cuando escribimos un cuento: alterar la realidad del lector, sorprenderle, conmocionarle.
Y sin sustancias químicas (con un par... de palabras bien puestas), y si no, que se lean La Polla.
Salud