37 hijos de Satanás brindan a la salud de Bukowski en un libro que dejará una resaca brutal
martes, 30 de septiembre de 2008
HE INICIADO OTRA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE, por María Eloy García.
tarde como siempre
acomodando a mis cosas la fiereza
de una lucha contra el poder que me establezco
empecé siendo tirana
luego algo de despotismo ilustrado
ahora subo la escalinata y me encuentro con la reina
me miro frente a frente
y qué bolchevique se pone mi mirada
en el espejo qué rostro de ejecución
me sublevo me canso me lastimo
soy la guardia roja de decirme
que ya derrocho sangre por la idea
y al final empiezo la etapa
de matarme para darme la salida
qué joven de repente
qué cicatrices le salen a la bayoneta
con la que marqué mi cara tan dura
y pido tiempo al insurrecto para rehacer
el país de entenderme
que se contentará con la idea de la soberanía imposible
pero que secretamente sabe que como siempre
ellos vuelven
matarán la ilusión de la huída hacia el aire respirable
yo misma doy el golpe de estado con las mismas ideas
de mi revolución pido para mis campesinos
hartos de trabajar en tardes de martirio
clamo a dios que me ayude en la parte de acabarme
y muero en la balanza
no peso
no rondo
no respiro
con la cara de nada yo me aclamo
qué corte general qué enmienda
qué fin
se disuelve en el ácido pánico
me pisoteo y me acostumbro
espero en el punto de abril
para empezar de nuevo
otro tierno nacimiento
lunes, 29 de septiembre de 2008
LA EMBARAZADA by Pepe Pereza.
No me importa ( Jorge Contreras)
Habrá quien te bese
quien te masturbe,
quien mame tus pezones
tu sexo aromado.
Habrá quien te penetre
y te haga gemir como una diosa,
habrá quien reptando te diga:
“te amo”
.no me importa.
abre tu corazón
como tus piernas
es tu cuerpo y tu vida,
puedes acostarte con idiotas o suicidas
.no me importa.
pero cierto sabes,
quisieras ignorarlo,
que sólo yo puedo
hacerle el amor a tu alma
y dejarte temblando
durante algunos años.
No me importa pertenece a la antología hermana Antología de borrachos (México 2008), homenaje a Bukowski.
domingo, 28 de septiembre de 2008
NO HEREDARÁS LA TIERRA, por Lucía Fraga.
El frío familiar de la muerte se me ha vuelto un nuevo sentido más allá del tacto y más próximo al olfato. Ese olor sabe a oxígeno dos veces inspirado, robado, compartido, aunque más bien, devuelto -incluso,me atrevería a decir- vomitado.
A veces caminamos por calles paralelas, sin saber cuál de los dos es la sombra del vivo. En este espacio el sol ya no sirve para crear contrastes sin luz, sino que todo se vuelve una analgésica atmósfera de reiteración. "Esto ya lo he vivido". Cuántas veces y cuántas mentiras: "esto ya lo han vivido por mí, pero antes que yo". Ovillo de existencias que carece de extremos.
SEIS MUJERES PARA EL ASESINO
LA MUJER DE LOS HUESOS PEQUEÑOS by Eva Vaz.
ADANER
con el vértigo en los huesos
y los ojos llenos de prisa.
Y pienso en todo el daño
que me hice.
En todo el daño que me hicieron.
Y abrazo a mi niña
para arrancar de la retina
tanto hielo
y tanta negación.
Recuerdo los pechos vendados
bajo el maillot,
desaparecidos tras las vendas.
Me hubiera roto
las vértebras de asfixia.
Recuerdo mi forma
de arrancar el vello
con esparadrapos.
Mis axilas no eran vírgenes
y mi sexo tenía pelusa.
Aquel vello se me clavaba en los ojos.
Aún me queda vello en la retina.
Recuerdo mi cintura fina.
Las niñas no tienen
cintura fina.
Mis curvas fueron apretadas
como un puñado de tierra.
Lloré sobre esas curvas
y clamé paz para mis hormonas.
Recuerdo la gravedad de mis huesos
mi forma sañuda de lavarlos,
salvaje e iracunda.
Recuerdo los platos pequeños.
Las trampas.
La comida volando por la ventana
o escondida en los cajones.
El hospital.
Las sondas como un prolapso
de mis venas.
El suero.
El valor energético cero del suero.
El recuento hipnótico de las gotas de suero.
La botella de suero entre las manos
mientras subía y bajaba las cinco plantas
del hospital.
Recuerdo a la vieja chillando.
Se murió a mi lado.
Sus estertores aún zarandean
mi cama.
Aprendí a mentir
por no aprender cómo se muere
una niña.
Recuerdo cómo acariciaba mis costillas
y el lanugo de mi cuerpo.
El color azulado de mi piel.
La fascinación por la hermosura
de las manzanas.
Yo buscaba la inexistencia
bajo la cinta o las mazas.
El vuelo infantil bajo el aro y la pelota.
La cuerda en el hueso.
Recuerdo que no dolían los murmullos.
Recuerdo que quise morir y no supe...
pero quise.
Y yo era una niña.
Y una niña no debe ansiar
la muerte...
Todavía me toco los huesos
buscando la calma
de su vehemencia.
Era una niña.
Y ya quise...
Ahora, abigarrada
a mi cría,
no quiero.
Hoy no quiero.
viernes, 26 de septiembre de 2008
LA ÚLTIMA NOCHE by Pablo Casares.
Escenas en Frisco, por Carla Badillo
jueves, 25 de septiembre de 2008
UNA ARTERIA DE AGUA
La foto que aparece aquí arriba es un mural llamado el mural de Taniperla, pintado en el callejón Jack Kerouac, en una de las fachadas de la librería City Lights de San Francisco, la misma librería en la que una de nuestras hijas de satanás predilectas, Carla Badillo, ha conspirado recientemente contra el mundo con, entre otros, ni más ni menos que Neeli Cherkovski, biógrafo y amigo íntimo de Bukowski; sobre ese mismo mural (pintado originalmente en una comunidad zapatista, destruido por el ejército y resucitado en diferentes partes del mundo) escribí este reportaje hace unos años. Os dejo con su introducción y el enlace a un especial sobre el mural que apareció en Borraska, y en las que además del reportaje hay algunas colaboraciones de hankoveros como Eva Vaz o Josu Arteaga. Para los que quieran saber más sobre esta historia de esperanza y rebelión (quizás la segunda palabra es imprescindible para que la primera tenga sentido)... P.
El mural de Taniperla
(Patxi Irurzun)
Esta es la historia de un mural mágico, que se destruye apenas cuarenta horas después de ser finalizado y reaparece, como proyectado en espejos, en diferentes partes del mundo: San francisco, Toronto, Munich, y también Madrid, Barcelona o Ruesta, pueblo del prepirineo aragonés abandonado y recuperado por el sindicato CGT. Un mural en el que Zapata revive con aspecto más indígena que nunca, hay un escritor libertario que siembra letras en el campo, fronteras con forma de cintura de mujer, cuatro soles y una arteria de agua. Un mural en el que la vida y los sueños bailan una danza contra la cual no hay ejército que pueda combatir. Es el mural de Taniperla, pintado, bajo la dirección del artista y catedrático mexicano Checo Valdez, por los indios tzeltales del municipio autónomo Ricardo Flores Magón, en Taniperla, Chiapas, México, el mundo.
Sigue aquí
Carla estuvo allí
Próximamente: un relato ilustrado de Bukowski
miércoles, 24 de septiembre de 2008
En el camino antes de En el camino
.
Tiene el mismo nombre que su obra más famosa. También narra un viaje, pero, aquí, está protagonizado por un chico de 13 años, álter ego del autor. Está escrito en joual, dialecto de Québec, de donde eran sus padres. No hay fecha de edición.
Oferta de empleo, por David Refoyo
martes, 23 de septiembre de 2008
Charles Bukowski: Portions from a Wine-Stained Notebook
El patio de mi cárcel: Violeta Pérez en San Sebastián
lunes, 22 de septiembre de 2008
DÉBORAH Vukušić live in Md.
MADRID
Metros: Sto. Domingo, Callao y Ópera.
EL MERODEADOR, por Vicente Muñoz Álvarez.
No puede ser, piensa, no puede ser real, no puede estar sucediendo... sí en mi historia, en mi novela, en la noche y en la casa de mi novela, pero no aquí y ahora, el merodeador en el fondo no existe...
Eso se repite el narrador, presa del pánico, mientras contempla, tras el cristal empañado, la silueta inmóvil del merodeador que le observa.
Yo le he creado, piensa entornando los ojos, concentrándose, es fruto de mi imaginación, no puede salir de su historia, el merodeador en el fondo no existe, no existe.. no existe...
Se repite eso el narrador, aún bajo el flexo, cuando un súbito estrépito de cristales rompe el silencio en la casa.
Estremecido, abre los ojos: el merodeador no está en la ventana.
1 POEMA de Lucía Boscá.
domingo, 21 de septiembre de 2008
HUSHA TABUSHIT, por LLuis Pons Mora.
ni la Ani ni la Aza estaban en la ciudad,
por lo que aquellos días para nosotros
no eran muy diferentes que Saigón en el 73.
El Trompet vino a por mí a la estación
de trenes el sábado por la noche,
y aquella noche vomité por los callejones
de La Perra Gorda con suma facilidad.
A los dos días llegó Antoñito,
con lo puesto, un par de deudas,
unos currículos, la camisa de las entrevistas,
las dos manos delante y ninguna detrás.
Ya te digo que estábamos jodidos.
El Trompet nos adoptó entonces,
nos dio su casa y su compañía
con la inmensa sonrisa que le pertenece.
Hizo por cuidarnos, por abastecernos
de arroz y de paz, por que no faltara
donde lavarse, donde dormirse,
donde sentir la tormenta de piedras.
Acabe como acabe esto debemos afirmar
que hizo soportables nuestras vidas.
Antoñito y yo contactábamos con ofertas:
ayudante de tubero, estudios de mercado
para fumadores, jardinero, comida rápida,
almaceneros, sparrings del amor…
Pero nunca nada emitía respuesta.
Y realmente seguimos así. Un poco peor.
Lo cuento en pasado para ver si esto pasa.
Lo he intentado antes pero no sé escribirlo,
sólo algunas notas: lo que no puede matarse
es un hombre que se adentra en las calles
con su historia en una maleta verde.
Un hombre o una mujer. Creo que escribí
eso, y la amistad es nuestra única ventaja.
Quedémonos por tanto con:
La ciudad era Saigón. Granada;
Antoñito y yo; seis años después.
Sin drogas. Sin trabajo. Sin dinero.
La maleta verde. Corren los días.
Los yanquis, el mundo, en contra.
Nuestra única y mayor ventaja.
Y al Trompeta ni tocarlo,
(ni a la Ani tampoco).
EL ESTEFANUÁ by Cristobal García.
trincha y saja
corta
tala
raja
el stephanois vuelve de la moncloa con la parda maleta de los fondos reservados
en su poder y allá dentro no ha dejado títere con cabeza.
lo diré de forma que no quepa duda: los ha matado a todos. y de paso se ha orinado
en la cabeza rota del césar frito y con su esposa y sus hijas ha ensayado nuevas formas
de servir el pavo. sin pistola. él podaba vidas a diestro y siniestro con el filo de sus
dedos y la hora pasaba sin que un camarero se atreviera a preparar el té. hoy
sólo ha merendado el stephanois. lleva sangre encima para alimentar veinte
transfusiones y ni una gota es suya. dead zapatero tiene un ojo suelto
prendido en la solapa del big hombre. ni el fbi daría con él, el ojo, el stephanois
conduce deprisa a lugar seguro
cásate con la mujer de tu vida
ten un hijo varón al que llames cristóbal
y gasta el dinero sabiamente.
queda una última curva ahora sí saca la pistola y apunta al gendarme ciego
que se ha enredado en la cadena de su bicicleta fait en france 1944 el mismo año
que murió en la rusia postzarista de un mal paso forzado por los eficaces funcionarios
de la cesid/cni el padre de nuestro héroe.
será un tiro por el tiempo perdido irremediablemente. del cañón de la scopette caiga
el rayo y achicharre todo bicho viviente de las arcas del estado del concejal a la más alta
magistratura del
y ya está a salvo
el stephanois mon père con el oro y en casa. y vivirá para siempre.
Cristóbal García González, de poemas c ( inédito ).
sábado, 20 de septiembre de 2008
RESACA EN FRISCO: Neeli Cherkovski & Carla Badillo.
Sabes que casi no me conecto, pues aquí el tiempo es como la comida y bebidas gratis: tienes que aprovecharlas porque si no, cuando te pones las pilas, ya no queda nada. Pero aquí estoy, con los amigos que desde ya estrechan abrazos, felices porque he postergado como dos veces mi itinerario y me he quedado más tiempo. Tristes porque llegará tarde o temprano mi momento de partir. Puedes ver mi copa. Hoy bebo y escribo como desaforada. Y canto, y me pierdo en uno de mis poemas (o fue uno de los poemas que escribio pizarnik?) Aquí te mando una foto para esa casa, la tuya, la de tus hermanos, la mía.... esa casa que huele a piel humeda y poesía, la casa de Hank Over. En esta foto estoy con Neeli Cherkovski, poeta, y uno de los mejores amigos de Bukowski. No en vano Hank acepto que él fuese su biógrafo. Estamos con el homenaje al viejo en la mano. Como ves, llevo el libro conmigo. Porque creo en quienes están en la antología, porque creo en el viejo indecente, porque sé que Neeli también está contento con este trabajo, que por cierto espera que se traduzca al inglés en algún momento.
Desde North Beach, en uno de los bares donde extiendo mis cantos y mis versos,
besos, trenzas y pura vida.
Carla.
Mujer en Tierra Firme
MACUNAÍMA
OBSERVÉ Y SE ME OLVIDÓ VIVIR, por Carlos Gutiérrez del Horno.
viernes, 19 de septiembre de 2008
GUERRA DE IDENTIDAD: Déborah Vukušić Live in Md.
& friends
jueves, 18 de septiembre de 2008
23 PANDORAS: Poesía alternativa española.
SEARCH AND DESTROY by Iñaki Estévez.
Viejo indecente
El mal de Bukowski (2)
Aquí va la segunda parte del prólogo de Guillermo Vega Zaragoza para Antología de borrachos, el homenaje mexicano a Bukowski.
¡Y pensar que las jóvenes generaciones sienten calenturas portentosas con paparruchas mal traducidas en Barcelona! ¡En México ya éramos bukowskianos desde endenantes, siempre lo hemos sido, y nosotros sin saberlo!
Carlos Monsiváis contó en Amor perdido (Editorial Era, 1972) aquel escándalo provocado en 1932 por la publicación de fragmentos de la novela Cariátide, de Rubén Salazar Mallén, en la revista Examen, que dirigía Jorge Cuesta. Un licenciadillo llamado José Elguero, organizador de un oscuro “Comité de Salud Pública”, acusó a la Secretaría de Educación Pública de financiar el “pasquín”, pues allí trabajaban casi todos sus editores: el propio Cuesta, Samuel Ramos, José y Celestino Gorostiza, Xavier Villaurrutia y Carlos Pellicer. El secretario Narciso Bassols escurrió el bulto, pero el daño ya estaba hecho: desde Excélsior y El Nacional se lanzaron contra los “perpetradores” de ese “atentado a la moral y las buenas costumbres”.
Llama la atención un artículo publicado precisamente en El Nacional por un tal licenciado Antonio Islas Bravo: “Puede un artista entregarse a los paraísos artificiales por medio de los tóxicos malditos; pero recorrer las páginas de la cultura literaria para acabar, a título de vanguardismo, en una predicación inacabable de insolencias de pulquería; poner ese lenguaje no sólo en los labios de hombres, sino como propio de muchas de nuestras mujeres, y escoger cuidadosamente, a nuestro juicio, toda la insolencia mexicana, la más gruesa, la más ordinaria, la más repugnante, para formar los diálogos de la llamada novela, son cosas que no deben tolerarse y que niegan toda aptitud para las letras… Puede calcularse lo que será de la República con esas inundaciones que vienen de las letrinas literarias. Es el resultado del afeminamiento en las letras. Éstas para ser robustas necesitan siempre un ideal superior propio de hombres”.
¿Y qué decía la mencionada noveleta para provocar tan exaltadas reacciones? Nada que no aparezca hoy en cualquier programa cómico de televisión transmitido, como se decía antes, “de costa a costa y allende nuestras fronteras”: “Este es un chingón que hasta los elotes masca”, dice uno de los personajes. Una mujer, a la que jalonean dos hombres, vocifera “¡Cabrones, suelten, cabrones!”, mientras otro más que observa la escena piensa: “!Ba! ¡Ni que fuera señorita! ¡Todas las vergas son iguales!”
El escándalo terminó con la renuncia de todos los intelectuales acusados a sus trabajos en el gobierno y la expedición de órdenes de aprehensión en contra de Cuesta y Salazar Mallén, que afortunadamente no se cumplieron.
Pocos años después, sería José Revueltas quien pondría el ojo en eso que Evodio Escalante nombró “el lado moridor” de la literatura, con personajes “en eterna fuga”, con situaciones en las que afloran la degradación y la animalidad del ser humano, en la gran “defecación universal” que es la vida es esta tierra. Por eso no es raro que la mayoría de los títulos de los libros de Revueltas hagan referencia a la tierra como lugar de la tragedia y el destino inescapable de la humanidad: Los días terrenales, Dios en la tierra, Dormir en tierra, En algún valle de lágrimas y El apando. Por eso mismo, Revueltas fue marginado y rechazado hasta por sus pares comunistas, quienes le reclamaban que no escribiera sobre personajes “positivos”, “enaltecedores”, “ejemplares”, sino de tullidos como El Carajo o El Tuerto Ventura.
Serían los escritores de la mal llamada “Onda” quienes reconocerían la herencia de Revueltas y retomarían la estafeta para plasmar en sus obras situaciones de personajes marginales y poco “edificantes”, como José Agustín en Se está haciendo tarde (final en laguna) o Parménides García Saldaña en Pasto verde, retratando ahora a jóvenes urbanos, jodidos, pachecos, desmadrosos, con un lenguaje vivo, fresco y descarnado, tomado del cine, del comic, de la televisión y del rock. Poco después aparecería, ya en los setentas, un autor como Armando Ramírez, que con Chin el Teporocho y Pu (Violación en Polanco) llevaría a sus últimas consecuencias la presencia de la marginalidad (incluso de la ortografía y la gramática) en la literatura mexicana.
Ya a finales de los ochenta, apareció un escritor que llamaría la atención por retratar en sus textos a esos personajes desencantados y escabrosos, aunque las fuentes de inspiración tendrían un origen diferente. Desde luego que me refiero a Guillermo Fadanelli, a quien los perezosos críticos de nuestro país declararon “apóstol de la literatura basura” y “heredero de Bukowski”, lo cual durante mucho tiempo no le hizo nada bien a Fadanelli, cuyo registro temático y estilístico es mucho más amplio, como lo ha demostrado en sus novelas más recientes, como Lodo y Educar a los topos.
En suma, lo “marginal” tiene carta de naturalización en nuestra literatura desde hace mucho tiempo, y no empezó con la importación de los libros de Bukowski desde Barcelona. Lo marginal está ahí, afuera, en la calle, en la realidad descarnada y alucinante de este país, por mucho que buena parte de los escritores de este país prefieran ignorarla y se sienten a escribir ataviados de guantes blancos, corbata y camisa de seda, para contar historias donde sus personajes nacen ya muertos, pues no tienen ningún contacto con la vida, son como monstruos de Frankenstein que tratan de aterrorizar a un público que hace mucho que abandonó las librerías y las bibliotecas para culiatornillarse ante la televisión, el las películas en DVD, el videojuego y la pornografía en Internet.
Mientras buena parte de los escritores de este país tengan miedo de salir a la calle y enfrentarse con LA VIDA, sus historias serán apenas un pálido remedo de la verdadera literatura. El escritor hoy tiene que meter las manos en la realidad, empaparse de ella, manosearla, acariciarla, cachondeársela, fajársela, hacerle el amor, cogérsela, penetrarla por todos los orificios posibles e imposibles, porque si no, como dijo alguna vez Guillermo Zambrano, la vida va a terminar metiéndosela al escritor.
En estos tiempos de lo “políticamente correcto”, donde cualquier referencia al falo arranca airadas acusaciones de machismo retrógrado, es casi un alivio que, con el pretexto de rendir homenaje al Gran Bestia, un grupo de escritores de diversos orígenes, estilos e influencias se atrevan a contarnos historias plenas de coitos, de personajes que fornican, que aman y sufren, encloquecen y brillan, que se devoran a sí mismos y tratan de devorar a los demás para tratar de comunicarse, de hacer contacto con el Otro, en un mundo donde lo limpio, lo sano, lo bonito, lo decente, se ha convertido en una categoría más del consumo, y al mismo tiempo en una máscara más de la hipocresía, la avaricia, el egoísmo y la descomposición que está haciendo que el mundo se vaya al lugar a donde parece que lo estamos condenando: el retrete.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
LA MOVIDA LUMPEN DE LOS ANGELES por Bukowski.
–Sí, pero dejame tomar una cerveza primero. ¿Querés una?
–No, me estoy limpiando.
–¿Qué pasa?
–Escuchá, me golpearon dos noches seguidas. Me pegaron en Frisco y la noche siguiente estoy en Barney’s Beanery y me meto en otra pelea. Este tipo es un profesional. Me pegó tan fuerte que me cagué. Me tuve que limpiar con papel de diario. Sin lugar dónde dormir... Quiero que me lleves hasta Venice...
–Seguro.
“Mierda, hombre, dejanos salir!
“Vamos, Charles, no seas pelotudo”, me dijo N.
“Vamos, díganlo”, grité. “Digan que soy Charles Bukowski y que me conocen. ¡Díganlo ahora!”