sábado, 20 de septiembre de 2008

OBSERVÉ Y SE ME OLVIDÓ VIVIR, por Carlos Gutiérrez del Horno.



La

mancha

en la

manga,

el zombie

de la

barra,

el tetrabrick

con

nuestra

sangre,

las uñas

sucias

con

tropezones

de carne,

el aroma

a muerte

sonriente,

la cárcel

de las piernas

de las

sirenas,

todo

y nada,

nunca

podría

faltar,

la

baba

colgando

desde

la barbilla

hasta

el cuello

de la camisa,

seniles

abrazos

con

la metáfora

del sida

en las rodillas,

pantalones

con parches

y mamá

siempre

te echará

la bronca

aunque

te hayan

hecho

a ti

la zancadilla,

las

aceras

con

trozos

de merienda,

las ratas

a escondidas

remiendan

sus heridas,

no

les hace

gracia

que una

pandilla

de niños

de 6 años

les

tiren

piedras,

y así,

analizas

y analizas

todo

lo que

pasa,

todo

lo que has

pasado

y lo

peor

de todo

es que no

sabes

vivir.


Carlos Gutiérrez Horno, del blog Percepciones indebidas.

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