En 1978 se publicó en Finlandia un libro de poemas que iba a convertirse en uno de los grandes éxitos literarios de los últimos años Århundradets kärlekssaga (La historia de amor del siglo), de Märta Tikkanen, autora que ya había alcanzado la fama con su novela Männen kan inte våldtas (Los hombres no pueden ser violados). En pocos años se vendieron más de 80.000 ejemplares. Probablemente lo que más llegó a los lectores fue el tono de confesión personal, el hecho de ser, en realidad, una novela contada en poemas sencillos.
El tema central del poemario, como en toda la obra de la Tikkanen, es la relación entre seres humanos. En este caso la de hombres y mujeres o, más concretamente, la de un hombre y una mujer, la de una pareja. Es la historia de sus integrantes que, a pesar de que se quieren, viven en mundos separados, hablan idiomas diferentes, tienen distintas visiones de la mayoría de las cosas. Es la narración de las dificultades de los protagonistas en su búsqueda de esa comunidad que ansiamos todos pero no sabemos cómo alcanzar. En este caso el amor está obstaculizado por algo –la bebida– que se interpone entre los enamorados absorbiendo una parte importante de la vida de uno de ellos. El libro está dividido en tres partes: la primera recoge los problemas cotidianos que el alcoholismo del marido causa a la familia; la segunda, la más importante, es la historia del amor, y la tercera relata el apoyo, la comprensión y el consuelo que recibe la protagonista de otras mujeres, lo que la lleva a tomar conciencia de su identidad, de que ella es un ser humano con vida propia. Es como el último SOS, el último intento de llegar a comunicarse con el otro: ¡Mírame, soy un ser humano! ¡Yo existo, los hijos también! ¡Míranos al menos una vez! ¡No somos más importantes que tú, pero sí tan importantes! ¡Escúchame!
La adaptación teatral del libro se ha representado en numerosos escenarios de Finlandia y Suecia. Traducido al alemán también se ha representado en Alemania, Suiza y Austria. Stina Ekblad, una de las actrices favoritas de Ingmar Bergman, hizo una memorable interpretación para la televisión.
En 1984, para la versión que su marido acabó de ilustrar poco antes de su muerte, la autora escribió el siguiente epílogo:
"Escribí La historia de amor del siglo entre las Navidades de 1975 y el final del otoño de 1977.
Escribía los poemas exclusivamente para mí. Siempre ha sido ésa mi manera de tratar de entender las cosas y seguir adelante. Cuanto mayor era la diferencia entre lo que sentí y lo que me permitía pensar, más importante se iba haciendo el luchar con las palabras y capturar lo que no se dejaba atrapar.
Noche tras noche, sentada en mi sofá rojo, una vez que la vida se había calmado a mi alrededor, me quedaba mirando fijamente la farola de la calle enmarcada por las desnudas ramas del sauce, siguiendo la caída de los copos de nieve que revoloteaban y parecían no querer cesar nunca. Jamás ha nevado tanto como en el invierno de 1975-76.
La mayor parte de mi obra ha girado en torno a las relaciones entre dos personas que están (demasiado) cerca una de otra, entre dos seres que dicen que se aman.
Intenté ponerle un cerco al amor. Qué es o, al menos, qué no es para mí el amor. El libro trata también de la fortaleza y la debilidad, de la libertad y la dependencia, de necesitar y ser necesitado. No de "falta de amor sino de desesperación de amor", como dicen dos de las líneas centrales de lo que mucho más tarde sería un libro.
Anteriormente había disfrazado mis pensamientos sobre el amor bajo diferentes apariencias. En los poemas de La historia de amor del siglo no me he disfrazado en absoluto. Los escribí porque no pude dejar de hacerlo. Los escribí para poder creer, para tener la fuerza de creer que el amor existe a pesar de todo.
Nadie iba a leer jamás lo que estaba escribiendo.
Fue una casualidad que me animasen a publicar una selección de los textos. Una tarde me los puse debajo del brazo y se los leí a unas personas que no conocía y que no me conocían, gentes a las que nunca más iba a volver a ver. Aquella noche regresé a casa trastornada. Comprendí con toda claridad lo que de alguna manera había sabido desde el principio: que estos problemas no eran solamente míos, que eran los problemas de otras muchas personas. Luego se publicó el libro.
Todavía me sigue pareciendo casi incomprensible que justamente estos poemas que eran sólo míos hayan obtenido una acogida tan favorable. Han sido traducidos y se han publicado en muchos idiomas, se han leído por la radio, se han representado en teatro y en televisión en muchos países y yo he encontrado muchas personas en lugares distantes con las que he tenido la oportunidad de discutir los temas en torno a los que giran los poemas.
¿Qué es amor? ¿Cómo vivir unos con otros?
Porque sin el otro, nosotros no queremos ni podemos vivir.
A veces uno se ve obligado a luchar por su amor, sea lo que sea. Es lo que yo he hecho con estos poemas.
En la desesperación del amor."
F. J. Uriz
Al PRINCIPIO se tiene una sensación agradable
francamente vertiginosa e incomprensiblemente
maravillosa
de que a pesar de todo también hay gentes que ven
detrás de la fachada
que saben
y se dan cuenta
Pero después todo se vuelve
todavía más difícil
Luego viene la pregunta:
¿Por qué no te vas?
Infinidad de veces he estado a punto
de marcharme
si este período no es
el último
entonces me voy
si los que van a pagar el pato
son los niños
entonces me voy
si además empieza
a mentir
entonces me voy
y si alguna vez me pone la mano encima
a mí
entonces me voy
cuando los niños
ya no puedan más
entonces sí que tengo que irme
Y todo eso pasó
Sin embargo no me fui
¿Por qué?
UNA VEZ te desperté
en mitad de la noche
y te pedí
que me abrazases
cuando ya no me atrevía
a confiar en mí misma
–Trata de dormir
me dijiste dándote
media vuelta
Te volví a despertar
No me atreví a no hacerlo
Te incorporaste
y me miraste
luego desapareciste
en el blanquecino amanecer del cuarto de estar
Llevabas un vaso de whisky
a medio beber
en la mano
cuando volviste
–Joder
esto de que yo no pueda ser débil nunca
me dijiste
Luego te lo bebiste
Luego te acostaste
Luego te dormiste
Del camino del amanecer
hasta la mañana
no hay nada
que decir
De ti y de mí
tampoco hay
mucho más
que decir
EN PLENO CENTRO de unas bajas presiones
pertinaces lluvias por todos lados
las nubes de tormenta se amontonan más allá del bosque
la lluvia espera el momento de empezar a descargar
Como al principio de una borrachera
largos días húmedos por todos los lados
todavía puedes dormir cuando te quedas dormido
Nunca está nuestra casa tan calma
Me gustaría comprar este libro, indicarme por favor cómo. Gracias.
ResponderEliminarMiraré a menudo esta entrada por si acaso me contestáis.Un saludo.
Mira aquí:
ResponderEliminarhttp://www.iberlibro.com/servlet/SearchResults?an=Marta+Tikkanen&n=200000228&x=76&y=11
Muchas gracias.
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