sábado, 1 de septiembre de 2007

DATOS: 1 poema inédito de Safrika.




Datos
1.

Quiero escribir sobre la mantequilla en la despensa

(no recuerdo haberla puesto ahí, juraría que ha sido

en la nevera)

Quiero escribir sobre el aire que me hiela la espalda

es ese aire que precede a la

tormenta.

Agosto se envuelve como un regalo tonto

hecho con poco afecto.

El póster del busto desnudo hace ruido, cae al

suelo

una chincheta.

La cámara desechable con las fotos de Sevilla

y de Madrid aún por revelar.

Comida china y algo de hachís

las doce y media

mañana madrugar

aprovechar

el

día.

Cosas que me acompañan:

En el campo, los grillos por la noche

y llevar chaqueta, y dejar que

el cielo sea un

imperativo.

El hombre griego que me regaló unos pañuelos

de papel, porque según él

- vas a llorar.

Y las cajas llenas de cosas inútiles

y llaves y pulseras rotas, galletas,

un vaso vacío.

Anoche soñé que tenían que operarme

y con embarazadas y soñé con

secretos y cuando abrí los ojos

todo parecía estar preparándose

para el diluvio.

También un video grabado en la playa

en el que sales sacudiéndote la arena

lo miro un par de veces

sales agitando los dedos

zarandeando una toalla.


2.

Después hablo de amor con una amiga,

sentadas alrededor de una mesa redonda

bebiendo cerveza

(ella trina de limón)

fumando

(las dos)

y hablo de sexo y de recónditas partes

reservadas a los amantes que más que follar

se insertan.

Somos inagotables, nos interrumpimos,

hablamos de pasajeros de aviones

y de entrañas

de cómo sondear una entraña

y hablamos de cáncer y de operaciones

quirúrgicas y nos ponemos

insoportables.

Ella saca algún licor, no sé

de melocotón, con hielo.

(No me gustan mucho las bebidas

dulces)

pero igualmente

bebo.

El perro está lisiado, uno en la casa

de al lado,

pienso mientras ladra

en vivir en el campo y hablamos de

esto también y seguimos hasta

que ya

se hace tarde.

Y salgo tambaleándome un poco

caminando por el sendero

de piedras rojas hasta la puerta

que ella abre desde el porche

con un mando a distancia.

Tengo el cuello jodido,

no sé qué movimiento he hecho saltando

antes a la goma con un

niño.

(Salto de altura después de

unas

canciones)

Llego a casa, todos duermen y

sin hacer mucho ruido me lavo

la cara, los dientes

me pongo crema hidratante y

me tumbo en el colchón

que mi madre ha puesto

en el suelo

para mí.
Me tumbo boca abajo, oigo

roncar a mi abuela y

sigo escuchando al perro

lisiado

ladrar, ahora más lejos.

Pienso en intermedios

en treguas

y en cosas que se vacían

y se llenan

en fingir un colapso nervioso

justo en la puerta de una fábrica

en comprar por catálogo

algo cómico, en los labios

de un ex novio

en alguna mirada

perdonavidas.


3.

Mientras hago piruetas y

me baño al día siguiente

con gafas de sol y un

martini preparado por mi madre

y me hago la escritora

maldita delante de mi

tía y

quiero librarme de

todos ellos,

cariño, cariño

Te amo con tal

desenfreno

me hundo

en el agua

con las gafas

puestas

dejando la mano

con el vaso

ahí fuera


a modo de

periscopio.
Fotografía: Safrika por Saf.

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