sábado, 26 de agosto de 2023

TODO LO MUERTO por MAREVA MAYO



Sé que a veces vendrá el dolor a encontrarme y buscarme el cartabón y la arritmia del tejo, volverá a desenredar hospitales y aceras a bocajarro en tu frente, volverá para afinar la guitarra y los motivos... llorando por la tierra virgen que violamos. Y estaré abierta a conocer sus bibliotecas y sus callejones, para echarlos en la paleta de pintura y en el portaminas, trataré de ser madre y taberna, y evitar que nos entreguemos sin luchar al camino y la sangre. Querré la vida y a sus ladrones, entre vasijas rotas, desgranando fantasmas del vino y de las luciérnagas, para que duermas ésta noche sin preguntarte con puñales porqué lo hiciste. Lo hiciste porque era muy zurda la curva y pasada de casquete y de hash no esperó a que distinguieras la rosa del veneno ni la casa de la muerte. Porque si no lo hubiéramos hecho jamás hubiéramos dado la vuelta en aquél barracón que sabía a los saltamontes de una niñez pasada por las drogas de un mal guardián del Leteo. No hubiéramos unido jamás la piel a aquel precipicio para aprender a hablar con el esqueleto de la noche la historia que sobró de esa cacería de niños sin mundo... ni hubiéramos vuelto a las manos de madre entre los hartos y los jabones, quitándole agujas a las muñecas. Porque si no lo hubiéramos hecho no hubiéramos conocido cuál era la tumba que guardaba el mar en nuestra última pisada, ni el último antro de nuestra locura suicida, trapicheando con rajas y remaches, la mecha que nos seguía alcanzando al cielo en llamas en nuestra lúgubre sombra llena de todo lo vaciado pero dispuesta a volver a besar a los astros en todo lo muerto.

Mareva Mayo


viernes, 25 de agosto de 2023

LA VIDA PASA por AGUSTÍN CÓRDOBA GARCÍA



Al doblar la esquina
se ha encontrado
un trozo de los restos
de otra vida.
Su cara le era conocida,
ha cambiado la mirada
con el paso del tiempo,
la zancada mas corta,
la risa mas rigida
y
el ruido de los años y los deseos
revoloteando en la cabeza.
El naufragio de un suspiro
se queda en las profundidades
del pecho al reanudar el paso,
ahí lo ha dejado,
observando desde el cristal el reflejo de un desconocido.

*

La luz ilumina la escalera
del edificio de enfrente,
contraste con la oscuridad
de pasillos largos
con sonidos roncos,
de ventanas abiertas
y
aires acondicionados.
Cuenta las baldosas
como el que descuenta días
de un calendario vencido,
como una resta de decimales
en la que no importa el resultado,
como si esperase
que la sombra de algún gato
le dijese, chaval,
lo difícil
es guardar silencio
y
seguir caminando.

*

Volverás a descansar a la sombra del pino
que a la entrada plantamos,
seguirá la azada colgada
en el listón de madera
donde la dejaste
por última vez.
Regaré de nuevo mi cuerpo
con el agua de los granados
y
tu corazón seguirá latiendo
más allá de la carne,
más allá de los estertores de la memoria.
Bajo el pino,
se conservan los recuerdos
desamordazados y libres,
a sabiendas
que el futuro
ya no proyecta su sombra.

*

Desmigar el tiempo
con la calma
del que echa
trocitos de pan a las palomas
sentado en algún banco de algún parque,
Rozar como una caricia,
como el susurro
de una bocanada de aire fresco
la vida ajena,
para permanecer en el recuerdo
con el tibio sabor de un sueño
en la palma de la mano.
Cerrar los ojos
para que nadie te vea
mientras desmigas el tiempo
sintiendo el latido
entre la yema de los dedos.

*

Suele ocurrir
que tienes razón,
que la herida no cierra
                                      y
florece como los campos en primavera.
Suele ocurrir
que no llegas a atisbar
la palida sombra a la puesta del sol,
                                    y
desapercibida pasa
la belleza de la melodía
que a tu lado desnuda las horas.
Suele ocurrir
que como un río subterráneo,
bajo la piel que habitas, la vida pasa.

Agustín Córdoba García


jueves, 24 de agosto de 2023

UN POEMA de HARVEY TOWNSHEND




tal vez nadie supiera qué debería haber hecho
tal vez nadie hubiera hecho nada en caso de haberlo sabido

pisas la calle con pasos de viento
con caricias sobre la acera
caminas por el simple hecho de estar haciéndolo

observas las plantas que brotan de las grietas
fijas la vista en las rendijas de las alcantarillas

piensas en los espacios límbicos
en los resquicios
en los lugares de tránsito

en salas de espera atestadas de silencio
en vestíbulos vacíos
apeaderos abandonados
en áreas de servicio al borde de la autopista

piensas en horas muertas
en barcos varados sobre la arena

sólo los niños consiguen alcanzar la moneda perdida bajo la cómoda
sólo los viejos son capaces de verla sin moverse de su asiento

tal vez nadie sepa qué es lo que hay que hacer
tal vez nadie haría nada en caso de saberlo


Harvey Townshend


miércoles, 23 de agosto de 2023

ALCORQUE por GSÚS BONILLA



La técnica del ahogamiento simulado
consiste en inmovilizar sobre una superficie
a un individuo bocarriba
y cubrirle la cara con un paño
 
después verterle agua por la boca y la nariz
y de ese modo generar la sensación de ahogo
 
Luego están quienes recurren a una bolsa de plástico simplemente
y atarle las manos a la espalda...

También sabemos, porque lo hemos visto muchas veces
de los que prefieren la asfixia de cogerte por los pelos
e introducir una y otra vez tu cabeza
en el agua de un abrevadero
 
Te narro todo este carrusel de torturas formidables
al principio del poema y no al final
porque antes he preferido que imagines
el repertorio de raíces
que habita el escaso agujero que queda alrededor del tronco de este árbol
 
verás cómo con mucha dificultad intenta respirar
pero jamás confesará ningún delito


Gsús Bonilla, de Besos, Flores & Cigarrillos.



martes, 22 de agosto de 2023

CARTES SUR TABLE



Una serie de osados asesinatos sacuden al mundo y todos ellos son llevados por unos misteriosos personajes que actúan como autómatas. Para desentrañar el misterio, la Interpol (Alfredo Mayo) recluta a Al Pereira (Eddie Constantine) para que se infiltre en la organización ya que Pereira comparte la característica común de esos misteriosos asesinos: el RH0 en la sangre. Se traslada desde Asia hasta el peñón de Ifach en Alicante donde tiene la base esa misteriosa organización criminal comandada por Lady Cecilia (Françoise Brion) y Sir Percy (Fernando Rey). Divertidísima astracanada del Jesús Franco más pop realizada un año después de Lemmy Contra Alphaville (film del cual Franco hace una referencia) donde parece como si Franco le diga al mundo que sí, que Godard hizo un estupendo film pero que el también los sabe hacer y mucho más divertidos. Mezcla de noir, ciencia ficción, film de espías y comedia, la función no puede ser más entretenida con un Constantine en su salsa rodeado de bellas mujeres. ¿Quién quiere más? Se me olvidaba, el mismo tito Franco realiza un cameo como pianista del night club.

Joan Parera


lunes, 21 de agosto de 2023

LUZ QUE AGONIZA por VICENTE MUÑOZ ÁLVAREZ



Detrás de una pelota siempre hay un niño, según el dicho popular. Pero en esta historia no hay ningún niño, sólo pelota. El niño ha desaparecido hace ya tiempo, arrollado por una furgoneta en este angosto callejón, pero la pelota sigue apareciéndose aún, surgiendo de la nada en el lugar del atropello, materializándose y esfumándose, como por arte de magia, tras dar unos cuantos botes sobre el asfalto. Sólo algunos conductores, aleatoriamente, la ven, y frenan su vehículo súbitamente, mirando sobresaltados hacia el lugar de donde procede, para continuar precavidos su marcha al comprobar que detrás de ella no hay nadie. Es una leyenda urbana en el barrio. Y a lo largo del tiempo, muchos afirman haberla visto botar frente a sus coches. Dicen que los padres enterraron al niño con la pelota tras el accidente. Pero aún sigue, de vez en cuando, apareciendo y desvaneciéndose, como una luz que agoniza, en medio del callejón. Nadie sabe por qué.

Vicente Muñoz Álvarez


viernes, 18 de agosto de 2023

EN CALIFORNIA CON BUK por ALEXANDER DRAKE



Era agosto de 1993, yo tenía 18 años, y me encontraba con tres amigos en la ciudad de San Francisco. Meses atrás, uno de ellos, Sebas, me había pasado un par de libros de Bukowski, Factotum y Hollywood. El autor me impresionó. La forma de escribir de aquel hombre me pareció todo un descubrimiento. Su estilo directo, su lenguaje afilado y corrosivo, aquellas escenas de su vida tan sórdidas como atractivas, su ironía... Allí había algo distinto. Era evidente.

Como decía, durante ese verano de 1993 estaba en California con tres amigos, concretamente en la ciudad del majestuoso puente Golden Gate; de los tranvías más icónicos del mundo; de los miles de hombres que fueron allí en busca de fortuna durante la fiebre del oro a mediados del siglo XIX. Nosotros no sé qué diablos buscaríamos, pero estábamos allí. Cada cual con sus inquietudes particulares. Quizás siguiésemos la pista de Frank Morris y los hermanos Anglin. O puede que estuviésemos tras los pasos de la Bones Brigade y su Animal Chin. Cada cual tiene sus fantasmas. Espectros camuflados en la sombra. Una sombra alargada y muerta como en la que el propio Bukowski no tardaría en convertirse tan sólo siete meses más tarde. Pero en ese instante, él aún estaba allí de cuerpo presente, con 73 años, enfermo de leucemia, hecho polvo, en sus últimos meses de vida, en Los Ángeles, escribiendo a contrarreloj su novela Pulp y sus últimos poemas inmortales.

"Podríamos ir a visitarle…" me dijo Sebas (el mismo chico que me pasó Factotum y Hollywood meses atrás). Al fin y al cabo, ya estábamos en California, sí, pero la distancia entre San Francisco y Los Ángeles era de 600 kilómetros; y nuestro plan de viaje, junto con los otros dos amigos (ellos no sabían quién era Bukowski, ni les interesaba la literatura), no contemplaba en absoluto desplazarnos tantos kilómetros hacia el sur. De modo que aquello, sencillamente, nunca ocurrió. En cualquier caso, alguna vez he fantaseado con la idea de haber bajado con Sebas hasta Los Ángeles durante aquel verano de 1993 y haber ido en busca del viejo Buk. Nos hubiésemos acercado a la estación de Greyhound y habríamos viajado en autobús durante 8 horas agónicas. Después hubiéramos cogido otro bus durante una hora más para llegar a San Pedro, y desde allí un taxi para llegar por fin al 1148 de West Santa Cruz Street. Hubiésemos tenido el detalle de comprar por el camino algún libro suyo para que nos lo firmase, y también le habríamos llevado alguna bebida sin alcohol como ofrenda de paz y buenas intenciones (ya que en sus últimos años Bukowski dejó de beber). Una vez frente a la casa tocaríamos el timbre. Supongo que Linda Lee, su mujer, nos hubiese abierto la puerta, y nosotros, dos adolescentes barbilampiños y con pinta rara, le hubiéramos dicho que veníamos desde Europa para conocer en persona al gran Charles Bukowski. Supongo que eso le habría provocado media sonrisa y, escuchando nuestro marcado acento extranjero, nos hubiese invitado a pasar durante unos minutos. El viejo Charles, seguramente, estaría en el piso de arriba, escribiendo algún capítulo de Pulp, su última novela, o quizás algún pensamiento fugaz sobre sus tardes de gloria en el hipódromo, o sobre el hecho de que ya no necesitaba estar borracho para poder escribir. Sebas y yo le hubiéramos saludado con entusiasmo, le hubiésemos estrechado la mano con fuerza, y nos habríamos sacado una foto con él, por supuesto. Hubiese sido bonito. Habría estado bien, claro, pero aquello nunca sucedió. Nuestro plan de viaje no contemplaba desviarnos 600 kilómetros hacia el sur. Toda nuestra estancia allí se centró en el norte de California, y fue un gran viaje, no cabe duda. Pero eso no quita para que, algo en mi interior, me diga de vez en cuando que conocerle en persona hubiera sido curioso, que hubiese sido especial, que habría sido una gran anécdota que poder contar durante toda la vida, o quizás no… Puede que nos hubiera echado a gritos de su casa y que se nos quedara la impresión de que aquel hombre era un loco desequilibrado y un viejo cascarrabias. También podría ser…

En cualquier caso, y fuera como fuese, justo hoy, mientras escribo estas líneas, estamos a 16 de agosto de 2023. Por lo tanto, han pasado exactamente 30 años de aquel viaje. Pero lo que es más sorprendente es que justo hoy, 16 de agosto, es el cumpleaños de Charles Bukowski. De seguir entre nosotros, “el viejo indecente” hubiese cumplido 103 años. Felicidades, Buk; este texto es mi pequeño regalo; mi pequeño homenaje; mi pequeño tributo. Llámalo como quieras. No te conocí en persona, pero conozco toda tu obra; y todo el mundo sabe que ahí dejaste plasmada toda tu vida.

Alexander Drake


6 POEMAS de NICOLÁS CORRALIZA




EN LOS DÍAS DE FUEGO

Los bosques vivos.
La lluvia y su pulmón
de aire, y para los pájaros
canto y verdad.
Nos da de beber la nube.
La memoria lo evoca
en los días de fuego.


NO HEMOS APRENDIDO NADA

La talla que no alcanzamos.
El roto visible
que nos dejó la melancolía
y su tosca decepción
mientras creíamos saber.


TIERRA

No hay nadie más.
Sólo nosotros
y un poema
que acabó siendo la vida.


LA RAMA DORADA
 
Para evitar la quiebra de la fe,
unas nuevas escrituras;
una orientación más comercial
que dulcifique el trago a sus clientes.
Nuevos huéspedes donde alojar
la moneda de Caronte.


NI TARDE NI TEMPRANO

Despiertos
para esperar a la luz.
Dormidos
cuando la muerte
nos coja el sueño.
Dejarse encontrar.
En eso consiste la búsqueda.


PALACIOS DEL ALMA
 
Nada en este calor,
en esta flama desnuda
que nos cae de bruces.
Cansados y vivos:
casi sin miedo.
Acostumbrados a la demencia del sol
y al heno del verano.
Enamorados los días
-palacios del alma-.
Un ratito de luz
para bailar sin culpa.

Nicolás Corraliza


jueves, 17 de agosto de 2023

HAY TRENES QUE SÓLO PASAN UNA VEZ EN LA VIDA por MANUEL CALERO VÁZQUEZ



Hay días que sales de casa queriéndote comer el mundo, y el mundo te come a ti. Os voy a contar una desventura, como no podría ser de otra manera, que me pasó una noche de sábado. Me preparé para la ocasión, esas movidas que te ofrecen las mil y una y al final se quedan en ninguna. Salí de casa a buena hora para la cena, la cena de un solitario es a cualquier hora y la cena en sí, es cualquier cosa, en mi caso una pizza bien cargada de orégano.

Andaba por ese Madrid de los ochenta y tantos, buscando realmente nada, pero empeñado en que de una puta vez me pasara algo verdaderamente interesante. Mi primera parada en Alonso Martínez, ya era buena noche, pero todavía poco granuja, buena para un par de cervezas o cuatro, era el momento de despedir prejuicios y timideces y dejar hueco a otro tipo de conductas no tan correctas, el alcohol cervecero afecta lo suficiente para causar este tipo de efectos.

La calle la veía ya de otra manera, esas cuatro cervezas eran el salvoconducto hacia la gran utopía, ese sueño que la mayoría añoraba y que al final acababa siendo una frustración empapada en alcohol.
Me planté en la plaza de Santa Ana, así, como si hubiera ido sobre una nube, la hora iba aportando gente para esa hora, ya se despertaba la fauna y se repartía por aquella selva de locales nocturnos.
Me embarqué en alguno de ellos y desembarcaba al poco rato, no lograba encontrar mi sitio, las horas punta no eran de mi gusto, demasiado jaleo.

Decidí patear calles y hacer tiempo observando mi mala vida social, era un jodido desastre, se me venía a estos mareados pensamientos que acabaría como siempre, disfrutando de una triste y aunque no lo creáis dulce y bella retirada ahí por la tardía madrugada, las calles de Madrid a esa hora se encontraban sucias pero muy melancólicas, si, sentías la triste belleza de una noche que lo había dado todo para hartarse de placer, la ciudad lloraba porque sufría cómo su magia desaparecía con las primeras luces del alba.

Hay por aquella zona un local pequeñito que se pone hasta la bola, solía transitarlo cada vez que me dejaba caer por allí, y ésta no iba a ser menos, ya la misma puerta ofrecía resistencia, quería convencerte de que allí no cabía un alfiler. Conseguí mi propósito y en cuestión de diez minutos logré llegar a la barra que no andaba más allá de dos metros de la puerta.

Me fui a pedir una coronita y después de aguantar otro cuarto de hora la vi llegar, no a la coronita, sino a ella, me pidió que por favor, le dejara un hueco en la barra, un hueco de unos centímetros poco holgados, no había visto ni sentido nada igual en mi vida, sería pecado ponerme a describirla, su sonrisa consiguió darme la fuerza necesaria para hacerle sitio donde no paseaba ni el aire. Le sirvieron, fue cuestión de dos minutos, este tipo de mujeres tienen patente de corso, no se les resiste ni el más sieso camarero. Durante esos momentos sentí su cuerpo pegado al mío, su perfume me estaba haciendo temblar las piernas. Me decía a mí mismo, amigo, esto es lo más cerca que vas a estar del cielo, vete despidiendo porque acaba de pagar su consumición y te va a dejar ahí, abandonado a la más cruda realidad.

Se fue, no sin antes dedicarme otra sonrisa de agradecimiento, no dije nada, ni al principio, ni al final, esperé estoicamente a que me pusieran de una puta vez la cerveza que había pedido.
Esa fue mi gloria, podía dar la noche por amortizada, el resto la pasé dando tumbos y preparando mi retirada.

De vuelta decidí buscar mi soledad en un último tugurio, por entonces llevaba varias copas encima y me pedían una compañera más antes de soltarlas todas juntas en cualquier esquina.
Me dejaron pasar milagrosamente, a esa hora lo que quedaba dejaba mucho que desear, por fin encontré mi ambiente, solté amarras y me dejé llevar, no tuve que navegar mucho, la barra me acogió como a un buen hijo, y desde allí, en compañía de mi enésima copa disfruté de las malas compañías que por ahí buscaban darle punto y final a otra noche que agonizaba.

- ¡Hola!, yo a ti te conozco.

¿A que no imagináis quien se me acercó de una manera muy cariñosa?, sí, ni más ni menos que ella, la que unas horas atrás muy amablemente me pidió dejarle mi sitio y yo se lo di, también mi corazón, aunque de esto no se percató.

- No sé, creo que no te conozco de nada.

Esa fue mi respuesta, la actuación fue memorable, no había conseguido jamás causarme tal destrozo con una sola frase.

Se me quedó observando durante unos segundos, estupefacta, me da que una situación como ésta no se le había dado nunca, estoy convencido de ello, pero tampoco se topó nunca con un imbécil de esa categoría. Se dio media vuelta y se fue, para algunas cosas soy demasiado bueno.

Manuel Calero Vázquez


martes, 15 de agosto de 2023

A PROPÓSITO DE POE por ÓSCAR FÁBREGA



No, no es una biografía de Poe, aunque lo es; ni es un estudio sobre su obra, aunque también lo es; y no es una obra de ficción, aunque tiene mucho... ¿Qué es entonces? Mi particular visión sobre uno de mis escritores favoritos, sobre su vida, sus obras, sus creencias y sus ideas; sobre su percepción del mundo y la vida, sobre su relación con un buen puñado de escritores que le amaron tanto como yo, y, en definitiva, sobre la tremenda influencia que ha tenido en la cultura popular de los últimos 170 años. Por eso, no se trata solo de un libro sobre Poe. Más bien, como su propio título indica, consiste en un recorrido con desvíos sobre su vida y su obra. La clave está en esos desvíos, que me permitirán, a la vez que narro lo que quiero narrar, hablar de otras muchas historias paralelas que, de un modo u otro, guardan relación con el bostoniano y sus escritos, desde las noticias falsas primigenias a la Tierra hueca, pasando por el mesmerismo, el psicoanálisis o la criptografía; o la influencia que tuvo en grandes de las letras como Conan Doyle, Baudelaire, Cortázar, Julio Verne o H. P. Lovecraft.


sábado, 12 de agosto de 2023

UN GAZPACHO BIEN FRESQUITO por JOSÉ PASTOR GONZÁLEZ




ahora que ya ha llegado el verano

la calor y para algunos las vacaciones

deberías recordar

que para que tú puedas tomarte un gazpacho bien fresquito

hay jornaleros que esta cogiendo tomates a los dos de la tarde a 35 grados celsius achicharrados y sin contrato

hay repartidores sudando la gota gorda repartiendo sacos de hielo de ocho de la mañana a ocho de la tarde y que algunos días no tiene tiempo ni para comer

hay cocineros en un agujero que llaman cocina que están quemados. que no pueden más.

hay camareros a los que les duelen los pies y que están de mala hostia y que en el mes de agosto no tienen días libres

hay friegaplatos a los que se les va casi la mitad del sueldo en pagar el alquiler y que tienen miedo de perder su trabajo y que no se cuenta con ellos cuando se reparte el dinero del bote

y hay barrenderos. hay jardineros. hay cajeras. hay limpiadoras…

no lo olvides
 
y tampoco olvides que muchas veces

detrás de toda está gente

hay tipos haciendo el agosto


José Pastor González


viernes, 11 de agosto de 2023

SOY MÁS DE TOPURIA QUE DE NERUDA por KERNEL PANIC



Crecí con la MTV
y las tetas de Pamela Anderson en la boca.
 
Una procesión de locos
me seguía hasta la Facultad de Física.
 
Todo el día pasaba sentado
debajo de un tejo milenario.
 
Mi ambición
era que mi mirada
se metiera en la cabeza de las personas
hasta hacerlas convulsionar.
 
Tuve un Opel Tigra rojo
y lo conducía por Zaragoza
como un gran chulo de putas cuántico.
 
Tuve las primeras Nike Air Huarache de Aragón
y pisaba como los ángeles
después de arrasar Persia.
 
Me cifré al igual que un mercenario sacrílego
y entré en el templo de Júpiter
con mi sonrisa siniestra
como corona.
 
Kernel Panic


miércoles, 9 de agosto de 2023

5 POEMAS de LUIS COLDER



[28]

rellenar la mañana con mis pasos
mientras una luz jurídica sentencia
sombras en las periferias de la materia;
nada nuevo en el concesionario
de la mente, solo el consabido mono
que salta de tu cuerpo a esa película
gris que recomendó Boyero
y que no veré por cierto destiempo

[29]

"se busca" una realidad amigable;
viajar para escapar de una misma,
correr para que no me pille
el organillo de la costumbre,
y atravesar fronteras con el salvoconducto
de meterme en poemas que no son míos,
yo, el gran buscador de cunnilingus
en el diccionario de la RAE,
el mequetrefe cuántico que se pirra
por la vieja relojería mecánica
busco sonoridad en cuatro llantas
Pirelli rumbo a Costa da Morte

[30]

lugares retóricos, calles abandonadas
por el accesorio de la posesión;
baldosas de guardia que sostienen
el mundo de una paseante solitaria
circa tu mente

[31]

de las ruinas de ti mismo,
de las turistas y de sus cámaras
de fotos mientras tú te niegas
a abandonar la jaula de Faraday
del poema sin muerte;
de cortar el cable rojo
del concepto ocaso

[32]

el dolor deja un pequeño rastro
de alegría, arroja fardos de tiempo
en pieles cada vez más ajenas
especializarse en la sombra,
sentar precedente a la mesa;
cada instante es un cruce
de caminos, pero ninguno
me llevará a ti, lectora

Luis Colder


lunes, 7 de agosto de 2023

NÓMBRALO por PABLO CEREZAL



que me alumbre un diablo, que me alumbre
que me alumbre un santo, que me alumbre
Chinoy

Ese espacio tiempo oriental que abandonas consciente de hacerlo sin solución de continuidad.

Ese partir en un velero amordazado por el viento del ayer, del allá lejos. Ese embarcarte en una canción para recordar momentos en que te sentiste mejor, casi bien, tal vez pleno.

Es un verso que recuerdas para recordarte que no te dejarán regresar a su fonética de dicción certera ni a su ritmo de reloj bipolar deshecho en segundos como timbre de amanecer enredadera.

Es aquel poema que te quebró aunque no te recitase a ti. O tu poesía cantada por otro. Un instante, un latido, un puñal, lo mismo da.

Es detenerte a pensar antes de arrancarte a desperdiciar sangre de cactus hermoso entre la selva mnemotécnica y frondosa del sollozo casi aullido.

Tal vez sea el pasado de otros y nunca el tuyo. Sólo el que te arrebataron. Lo tuyo es presente y duele. Porque soñar con apósitos es tal que opositar al futuro funcionario y jugarle a lo incierto una partida de dados.

Puede ser que sólo sea ese mordisco que hizo botín de plasma en tu triángulo de Scarpa.

Lo llaman melancolía. Pero, de serlo, no podría escribir, y mi testa languidecería calma frente a la guillotina amortiguada por las plumas de la nada. Yo prefiero llamarlo saudade, que hiere más hondo y resuena más atlántico.

Dime, tú, que todo lo sabes nombrar, cómo puedo llamarlo.

Pablo Cerezal,
del blog Vislumbres del Dorado


viernes, 4 de agosto de 2023

6 HAIKUS por JOAQUÍN PIQUERAS




EL HAIKU QUE SURGIÓ DEL RÍO

el agua fluye
como sueño de heráclito,
medita el río


HAIKU SURF

rompen las olas
para decir verdades
como espumas


HAIKU TELL

dispara al hombre
que la manzana ya
está podrida


THE HAIKU OF THE RAIN

deja la lluvia
sobre el asfalto inerte
su aliento de agua


HAIKU DE UNA NOCHE
DE VERANO

los sueños yacen
junto a mí, los observo
mientras me duermo


HAIKUS EN MODO SILENCIO

no es el silencio,
es la palabra que aún
busca su espacio

***
hasta en silencio
oigo el ruido del tiempo,
su mudo paso


Joaquín Piqueras


miércoles, 2 de agosto de 2023

NO HAY RETORNO por PACO GÓMEZ ESCRIBANO



Podredumbre, entrañas y sangre en el vestíbulo del infierno. Senda salpicada de tumbas y de flores muertas transitada por el olvido y la desesperanza. Retazos de recuerdos rotos, bajo la lluvia pútrida de un anochecer eterno que preludia miseria. Calles vacías, sentimientos desintegrados bajo un manto de basura compuesto de dudas y desaliento recurrente cuando el tiempo se congela, para torturar más existencias desangeladas. Atravesar esa línea cuya linde se perdió en una perspectiva relegada. No hay retorno. El futuro es un duende encerrado en una botella mecido por las olas de un mar muerto. El infierno está muy lejos de ser una quimera cuando la luz se coló por las rendijas de un abismo infinito. Fuego dormido y besos gélidos. Anhelos desquiciados que carecen de voluntad para perderse definitivamente. Muerte vestida de novia en la pantomima de la existencia suprimida.

Paco Gómez Escribano