miércoles, 24 de agosto de 2022

DAVID MARDARAS: dedo d.




LA SEDUCCIÓN DE LA OBLIGACIÓN

La seducción del dinero, de la
cultura, de la línea, del poder. La
seducción que te susurra tu propia
materia. La seducción de los
símbolos, de los mitos, de las formas.
La hostia puta. La seducción de los
objetivos y de la acción. La seducción
del sentido. Ya no sé de qué hablaba.
La seducción de la inteligencia. No
era eso. Lo estoy mezclando todo. Es
confuso, cultural e intelécticamente
incorrecto. Puede llegar a importarte
un huevo conocer algo de la verdad.
Pero es demasiado tarde, no puedes
dejar de pensar, pensar, rumiar,
rabiar. Tartamudeando, mascullando
monótonos divagares. Sólo un
código, un tornillo timbrado vibrando
en un tren interminable. Dormirás
eternamente en un torrente que se
queda, se hace nube y se disipa. Pero
ahora, sólo tiembla y háblate a ti
mismo: el viaje es largo. Algo tienes
que hacer.


COMANDO UN JÉRCITO DE FURCIAS…

Comando un jército de furcias
Comando un jército de perros
Limando dientes, en protesta
La parada enardece la ciudad
Flujo ardiente
Elocuente
Carnaval de máscaras masocas
Hedonismo, el aire araña
Los tinglados rezuman erección
De cuerpos macho y hembra
Danza
Rabia
Éxtasis rabioso
Más real que cien años
Más vivo, más muerto
Intense overdoseist parade
Over life, over death
Over time, space and learning


FILTRO DE AMOR…

Filtro de amor sardónico en onomatopeyas
Evolucionado desde ayer, ayer, ayer
Cardiovasculares se extienden sobre la tierra
Las pálidas alas de una mariposa femenina
En las cabezas puntiagudas de los puentes
Hay ojos viendo fluir
Espantapájaros bermellón inundados de pócimas secretas
Candelabro dormido
Danza del vientre hace el humo de sus velas apagadas
Es así. Así es de noche
No sé dónde ni por qué

David Mardaras, de dedo d (1998)


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