Sobre esa premisa, la subjetividad de la realidad y el tiempo, la relatividad y aleatoriedad de todo lo vivido, y la irrealidad de lo percibido y lo soñado, construye José G. Cordonié, a ritmo del mejor blues del Misisipi, esta envolvente novela de autoficción, llena de sortilegios y cruces de caminos, lírica, metafísica y existencial.
“Nada es verdad, todo es posible”, titula el autor uno de los capítulos del libro, bien avanzada ya la trama, y a mí me parece una síntesis perfecta de su intención y contenido, una especie de “Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos” (el célebre ensayo de Emmanuel Carrère sobre Philip K. Dick), lanzado en una botella al mar.
Porque si un escritor gravita sobre toda la obra de José G. Cordonié (no solo en esta novela sino también en las estupendas 26 [Veintiséis], El amor es un revólver cargado por el diablo y Vang!), es Philip K. Dick, su deconstrucción de la realidad y dimensiones alternativas, que tan bien describe en Ubik y condensa esa frase en concreto: “Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos”.
Conociéndole como le conozco (a él y a su obra e influencias), me juego la cabeza a que tuvo esa novela más que presente al escribir este libro (en el fondo y por encima de todo, como comprobaréis, un canto a la vida y una emotiva historia de amor), después de un ataque al corazón y una larga convalecencia en el hospital.
Una vuelta a la luz desde las tinieblas, una bola extra, una propina, una segunda oportunidad, y la certeza de que nada realmente es real, todo es relativo, ilusorio, subjetivo, engañoso, ficción, manipulación, especulación, un fake, pero al mismo tiempo de estar vivo, en esta u otra realidad o ficción paralela, pero vivo, y decidir escribirlo y contarlo.
Con una prosa rítmica y fluida, sincopada y llena de recovecos y flashbacks, regresiones y divagaciones, salpicada de profundos y bellísimos haikus, y heredera de la mejor novela negra y pulp norteamericana, José G. Cordonié nos lleva de la mano al fin de la noche, esa encrucijada donde convergen todos los caminos y se decide si vender o no el alma al diablo.
Si es que existe el alma y existe el diablo, claro.
Y si es que realmente hay camino:
Hagan sus apuestas.
Vicente Muñoz Álvarez,
prólogo a 78 rpm (Fake), de José G. Cordonié
(Versátiles Editorial, 2021)
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