jueves, 6 de febrero de 2020

EL IMPOSTOR por JOAQUÍN PIQUERAS



“- ¿Cómo están ustedes?
-¡Bien!”

(Los payasos de la tele)

“...Y tengo preparada mi postura,/ al sentarme o de pie,/tono de voz,/
expresión de los ojos y la boca.
Todo esta preparado,/ todo a punto,/ puedo empezar pues
a escribir mi libro.”

(José María Fonollosa)


Soy poeta porque sí, porque así lo digo yo y basta.
No tengo ni idea de poesía, desconozco
su técnica, su métrica
e incluso sus verdaderas motivaciones.
Tampoco las necesito, me he rodeado
de amigos que ven en mis pedos la prosodia
suficiente para llamarme poeta,
y si no la ven se callan y otorgan,
porque yo soy poeta,
y ellos me necesitan,
y yo los necesito
para que me repitan una y otra vez lo bueno que soy,
para poder doblar mi ego sobre mí mismo
hasta el punto de rozar con mi ignorancia
los suelos del Parnaso,
y me edito libros y me hacen prólogos,
y me invento carreras universitarias y me invento premios,
y me dicen que soy la hostia aunque no me hayan leído
y no sepa yo ni leer mis propios versos o como coño se llamen,
porque la poesía soy yo,
soy poeta, por la gracia de mi yo,
esa gracia que a Cervantes no quiso darle el cielo
y que, sin embargo, a mí me tiene
encelestiado.


Joaquín Piqueras, de Selfies de un hombre invisible (Canalla Ediciones, 2020).


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