jueves, 12 de diciembre de 2019

UN PARAÍSO DE ORINES: Gsús Bonilla.



lo que persigues
y te propones

a lo que optas
y ansías

de lo que te despojan
desprenden y privan

lo que rechazas
de lo que prescindes

por lo que aprecias
por lo que amas

lo que festejas
lo que celebras

lo que te niegan
lo que te atrae

lo que te gusta o envidias

lo que sueñas
lo que anhelas
lo que deseas

por lo que te desvives
y nunca, nunca jamás
podrás conseguir

así
de esta manera
se organiza una muerte

*

porque tengo la capacidad de una caverna
ocupo un orificio

lleno el espacio de un dedal
y
el hueco de un nicho

me expando
por los respiraderos del hormiguero

difuminado en el ángulo muerto
bajo el segundo arco
del puente

disperso, hacia la luz
al final del túnel

extiendo mis alas
adentro de la jaula que me toca

y
me topo
con barrotes
y
paredones
tapias, vallas
y
muros de carga

con tabiques
a ambos lados de las galerías

es entonces cuando colmo las expectativas
y
supero todas las estadísticas

me derramo por encima de las previsiones

sobro

*

el olvidado
en las alcantarillas
eternamente

el sin nombre
el apodado nada
el señalado

el aludido
pero pájaro y libre
punto de mira

el antes
el siempre nada de antes
el perseguido

el apuntado
al margen, en pos, tras
el alias nadie

el que acontece
y no es todavía
el por si acaso

el ser ninguno
el no tenido en cuenta
el invisible

el renglón, la tacha
el asterisco
el que nunca aparece

el en sí divisible
el que faltaba
el ahorita hallado

el espantado, el herido
de plomo y muerte
el trofeo, la presa

el otro, el condenado
el viceversa
el etcétera y demás:

la multiplicidad
el elemento
y la característica

el ayer, los jamases
el hoy, el mañana
los de siempre


Gsús Bonilla,
de Un paraíso de orines
(Asociación Cultural Agita Vallekas, 2019)


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