la realidad es esto:
el viaje es el dedo índice
justo encima del lugar elegido,
calcular la ruta en yemas,
decir a tu hija:
aquí estamos nosotros y aquí vamos a ir.
el viaje es mirar guías,
un café con algún amigo que ya estuvo:
apuntar bares y tiendas. planear cada paso
(que es desposeer de magia lo que aún está por sentir).
doblar el mapa (una manera de borrar fronteras
como otra cualquiera), preparar la maleta,
llenarla de cosas que no vas a usar.
el miedo a una gastroenteritis
o a la fiebre en la niña la noche antes;
a que en el trabajo se resbale un paño de 2x1x3
y te tace un dedo:
cada martillazo crea un proyectil de escoria puntiaguda
con el mensaje:
viaje cancelado,
el seguro no se hace responsable.
*
*
¿entenderé alguna nota, esbozo, poema
(germen de)?
¿podrá la moleskine dotarlos de movimiento:
hacerte sentir el zarandeo del alsa, plasmar mi
letra
nerviosa e ininteligible?
la poesía es que el lector quiera ser
el califa en lugar del califa.
Jorge M. Molinero, de QUALITY CONTROL G00497T (Poemas de viaje y esperas) (Zoográfico Ediciones, 2018).
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