Como un monstruo de dos cabezas, como un Jekyll y Hyde, como un ser binario en la palabra y en el hecho, Esteban Gutiérrez y Baco se adentran en la Literatura (sí, en mayúscula) a través de la dualidad de la palabra con la lengua bífida del cuentista y del poeta, ambos de mirada cruda y tierna, realista y reflexiva, sin embrollos y sin imposturas, conocedores de lo que nos rodea, sin tapujos ni escapismos de la puta realidad.
Dos que son uno. Dos caras en la misma moneda. Esteban Gutiérrez Gómez. Humano, demasiado humano, como escribiera hace tiempo un tal Nietzsche.
Yo sé de él, del gran conversador, del amigo de sangre de tinta y rocanrol, de su pura literatura en el pensamiento y en el papel, porque yo soy de aquellos que bailaron en las llamas de su «Ardimiento», de los que se quedaron con la boca abierta ante la prosa de su colección de relatos «Mi marido es un mueble», de los que se sacudieron ante la maestría narrativa y sorprendente de su novela «13.0.0.0.0 (the revolution is now)».
… volver a la palabra, a la conmoción del significado, a la sal de la piel del léxico, a la llama que la prende, al humo de su combustión…
La palabra se alza
en tinta y papel
sobre el alma cruda.
José G. Cordonié, en Artefactor.
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