- Mamá, se me ha puesto el pito duro, mira, toca.
- A ver... sí, es verdad, ¿y eso?
- Es que cuando veo amor en una peli ¡se me pone duro! y ahora es que lo estoy recordando.
- Ya veo, ya. ¿Y qué recuerdas?
- Pues a dos personas que se estaban besando de amor en la boca y por eso se me pone duro. Mira, mira.
- Ya, ya. Es el despertar de la sexualidad.
- ¿Y eso qué es?
- Pues la llamada de la vida, el instinto para procrear, para hacer otro nuevo ser. Tú tienes las semillitas aquí, en estas dos bolsitas, y algún día se las pondrás dentro de una chica para que tenga luego un bebé en la barriga, como tú, casi nueve meses ahí dentro. Disfrutando.
- Martín ya tiene una hija, pero es en el otro mundo. Se llama Amatista.
- Y tú, ¿no tienes?
- No. Yo tengo a Zafiro, que es mi hermana. Tú no la ves. Pero está aquí. Y hoy se queda a cenar también. Ella y otros veintisiete amigos.
- Ah, pues avisa, porque no sé si tengo cena para todos...
- ¿A ti te gustaría tener ahora una hermanita? Rechonchina, pequeña, adorable....
- No, no... yo no quiero más hermanas pequeñas ahora, que dan mucha lata, y lloran y se hacen caca... No, no. Yo y Martín. Y ya está.
- Bueno, bueno. Pues nada. Venga subid al coche. Poneos bien el cinturón que está la policía por ahí y nos meten un multa.
- Mamá, no te he contado una cosa. Una vez en mi cole hicimos una carrera solidaria, y al final vinieron unos policías, y nos dejaron entrar en su coche y poner la bocina y mirar todo por ahí, y también nos dejaron tocarles la porra, que es muy larga, y dura y como de goma. Es con la que pegan los porrazos a los malos...Y luego les pusieron a los perros pastores alemanes una prueba. Tenían que oler droga, pero en vez de ponerles droga, les pusieron chocolate.
Al final, cuando se fueron, todos los de mi clase les decíamos, ¡eh, policías, queremos el chocolate! ¡Dadnos ese chocolate!
- Ja ja ja, ay el chocolate qué tendrá...
- Por cierto, tenemos que comprar. Ya no queda.
- ¡Pero si compré ayer dos tabletas!
- Se lo comió papá. ¡Si traes del blanco se lo devora!
Silvia D Chica, del blog La Tierra Pura.
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