Estoy cansado, creo que esa es la explicación, estoy cansado, innegablemente cansado pero no muy cansado ni mucho menos mortalmente cansado, digamos algo cansado, que es mucho más y a la vez mucho menos cansado de lo que me gustaría estar, porque si estuviera en plena forma probablemente haría mejor las cosas y si estuviera cansado hasta la extenuación no haría las cosas ni bien ni mal, simple y llanamente no las haría y con razón, así que es una jodienda esto de estar algo cansado, este ritmo que llevamos, esto de estar siempre algo cansado, cansado de pie, cansado sentado, cansado dormido, cansado despierto, cansado en la oficina, cansado en la playa, en el campo, en la butaca del cine, todas las noches acostarse algo cansado y levantarse algo cansado todas las mañanas es un asunto mucho más grave de lo que pueda parecer, no tener la fuerza necesaria para exprimir al máximo tus posibilidades ni la suficiente merma físico-psíquica para que el médico te dé la baja, no poder creerse capaz de todo ni tampoco sentirse legitimado para tomarse unas vacaciones o una cura de reposo, sencillamente tener que seguir cansado, como si fuera lo más natural del mundo, seguir comiendo algo cansado, bebiendo algo cansado, amando y odiando algo cansado, trabajando algo cansado, escribiendo algo cansado, cansándose cansado para volver a cansarse algo cansado es agotador y el principal motivo de que la Humanidad se haya convertido en lo que se ha convertido, lo cual no quiere decir que en ocasiones y por ciertas causas no merezca la pena cansarse. Solo un poco. Digamos: algo.
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