no está pasando sola
por este duro trance:
no me puedo olvidar
de su único amigo:
un pinscher miniatura
que le hace compañía
desde sus tiempos
como princesa de la casa:
Nerea
descendiente última
de una familia de indianos
venida a menos
padece cáncer de mama:
igual que mi difunta
y bondadosa e indefensa
tía Manolita,
con su pañuelo
de vivos colores
que sin embargo
no podía disimular
la deforestación de su amazonas:
las desgracias ya se sabe
nunca vienen solas:
pero no necesariamente
tienen por qué ir a peor:
pero no necesariamente tienen por qué
ir a peor:
y así
debajo de su pañuelo
de vivos colores
el cabello de Nerea
no solo echa raíces
sino que de nuevo
y con fuerza
ha vuelto
a crecer:
con tanta fuerza
con tal ímpetu
ha vuelto a crecer
el cabello de Nerea
que la cáscara
de su pañuelo
de vivos olores
ya se empieza
a resquebrajar:
el amor es la resurrección de la mujer:
fiodor dostoyevski:
David González, de Campanas de Etiopía (Editorial Origami, 2015).
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