El exceso de la página. Del humo. De la buhardilla de tu placer de intemperie. Desmembrarme ahora al callejear hacia tus ojos encendidos. El vino cansado de nombrar los trenes que huyeron, escancia otra copa entre nuestras manos. Hoy sólo tengo fuerzas para perder la lógica de los hechos, en tu sonrisa. Absorber el viento y olvidar todos los papeles. Tirotear las cuevas, en ese bar al que siempre volvemos. Agarrada de lo que nos suelta y pasa por tu parpadeo como un blues. Gamberrear el civismo que estigma en nuestras frentes la carencia de aptitud, ni para sembrar ni recoger algo de todo eso. Busco una paloma que lleve entre sus plumas, las vértebras de su voz. El polvo de su piano y mi vida corrupta entre esas teclas que ya no me presienten. Busco la canción que haga bailar a mis articulaciones, el lugar de los huecos, como crisálidas que empuja la corriente oblicua. Y malusarme en tus carcajadas, hasta que crucemos esa línea del plural, y rompa el delirio, esa otra manera de beber el gozo, con los espectros dándonos el licor.
Mareva Mayo, del blog Hoguera de Ideas.
gracias V.
ResponderEliminarsalud!
gracias v
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