jueves, 26 de diciembre de 2013

2013 d.C por Gsús Bonilla.



Más que un gobierno una costumbre
como la de marcar el ganado. Las señales
con almagre o pez; hay que identificar
al animal en la distancia y en esa longitud
se percibe el triángulo invertido de la Alemania
Nazi. Vamos a jugar a los colores: Amarillo,
para Judíos; rojo de los presos políticos y verde
de preso común; el azul de los inmigrantes
y el púrpura para los estudiantes libres
de la Biblia. Rosa para homosexuales; negro,
de las mujeres asociales: prostitutas,
lesbianas, vagos, maleantes, inadaptados,
sin techo, deficientes y retrasados mentales;
el mismo negro para los gitanos, drogadictos
y alcohólicos y anarquistas. Mi país es un hierro
candente. Una acuarela y un óleo gris. Dios
se aplica sobre la piel con pulso firme,
la policía traduce los sucesos a su modo, según
los miedos que tenga. A mí me punzan los oídos,
hay millones de brazos suplicando piedad.

Gsús Bonilla, inédito.


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