37 hijos de Satanás brindan a la salud de Bukowski en un libro que dejará una resaca brutal
miércoles, 31 de julio de 2013
martes, 30 de julio de 2013
LAS 'TRES PUNTADAS' DE EL DROGAS
Vídeo de promoción del primer libro de Enrique Villarreal, El Drogas, con Uxue Barkos, Patxi Irurzun, Kutxi Romero y Bego Loza.
TRES PUNTADAS, próximamente en Desacorde ediciones
lunes, 29 de julio de 2013
3 BORRACHOS por Carlos Salcedo Odklas.
me dio por salir.
No iba a hacerlo
pero llevaba horas
solo,
encerrado,
escribiendo,
y creía merecer algún tipo
de recompensa.
Me metí en un garito con buena pinta
y al poco
se me juntaron
3 tipos
borrachísimos
y feos
como el culo de una oruga.
Siempre atraigo
a esta gente.
Uno de ellos era inteligente,
muy inteligente.
Aún con su pedo
podía analizar a la gente
de forma locuaz
y precisa.
El cabrón
podía ver.
Otro,
el más feo de todos
(y ya es decir)
me contó sus penas.
El pobre
solo necesitaba
amor.
El otro
solo bebía
y bebía
y bebía.
Miraban a las chicas
con lujuria
y con tristeza
como a monolitos erigidos
a una supuesta dicha
negada por el destino
de forma cruel
e inmerecida.
Inmerecida
ya que puedo corroborar
que estos 3 borrachos
eran más nobles
humanos
y
a su manera
BELLOS
que la mayoría de personas
a las que la sociedad
enferma
admira.
El caso es que yo no estaba tan pedo
como ellos
ni soy ningún redentor
ni tengo las respuestas
así que dije que iba a fumar
y también
los deje
tirados.
Carlos Salcedo Odklas, de Underground Boys.
domingo, 28 de julio de 2013
sábado, 27 de julio de 2013
EL CANTO DE LA TRIPULACIÓN (reloaded)
me considero un hombre y escritor esponja, fetichista y mitómano hasta la médula, miro hacia atrás y veo todo lo que me ha fascinado reciclado e integrado en mí, en lo que soy, en lo que escribo y edito, desde mis muy queridas Historias de la cripta a Castaneda, de Dario Argento a Baudelaire, de Bukowski a los Ramones, de JK Huysmans a Tom Waits, de Spiderman a Céline, de Cesaria Evora a Rimbaud, de Thomas Bernhard a John Huston, de Parálisis permanente a Malcolm Lowry, de los Clash a los beatniks y de los quinquis a Blake... todo lo que me ha arrebatado y marcado lo absorbo y reflejo en mi forma de estar en la tierra, pienso, todo lo somatizo, de Durruti a Krishnamurti, de Osho a Henry Miller, del Capitán trueno a Makoki, de Raúl núñez a Music machine, de la psicodelia a la Nouvelle vage y de Vinalia Trippers a El canto de la tripulación... lo pienso y repienso estos días, mientras subo al blog las fotos de los colaboradores de este último número, Spanish Quinqui, cuánto le debemos a esta revista, El canto de la Tripulación (y también, de paso, a Pierre Mac Orlan), cómo la seguimos en su día, con qué entusiasmo, cómo nos enganchó y lo mucho que ha influido posteriormente en nuestro propio camino... aquella gente, aquella estética, su filosofía y su insurrección... se reflejan, sin duda, en lo que algunos, frente a babilonia, seguimos intentando hacer: formar una tripulación para evitar que nos devore el sistema...
god save
the trippers
Vicente Muñoz Álvarez
viernes, 26 de julio de 2013
JERSEY AZUL por GARAZI GOROSTIAGA
con cuello de cisne,
me gustaba tanto,
me quedaba tan bien.
Me lo ponía a diario,
dormía con él,
ya estaba roto
de nuestras aventurillas.
Mi madre me decía:
"quítatelo, niña, que hueles mal"
Y mi padre:
"¡Niña cochina que estás sucia!"
Mis amigos se reían,
me sentaba sola en clase.
Me llamaban la del jersey azul,
la loca del jersey.
Pasaron los años,
dos o tres,
crecí bastante,
y se me quedó chico.
Lloré mucho,
mis padres se alegraron,
y yo tuve mucho frío
sin mi jersey azul.
En fin, lo lavé y se lo puse a una muñeca enorme
y salí a comprar otro.
Llovía mucho,
y no encontre ninguno
Preguntaba y me decían,
esos jerseys ya no se venden,
ya no están de moda,
y yo seguía buscando de pueblo en pueblo.
De pronto lo vi,
no era azul,
pero tenía cuello de cisne,
era rojo y tenía un corazón negro en el pecho.
Me gustó tanto
que por poco olvido mi jersey azul.
Casi era la hora de cerrar,
y reconozco que me costó algo caro.
Me lo planté, con etiqueta y todo,
sonreí,
aunque llegué a casa
empapada.
Y desde entonces todo sigue igual,
"quítate ese jersey, que hueles mal",
y "hay que ver, qué sucia estás",
y "quítate la etiqueta"
y "ahí va la loca del jersey rojo"
y se lo cuento a mi muñeca del jersey azul,
que tengo un corazón negro enorme en el pecho.
Garazi Gorostiaga
Cover by Vara
Más sobre la autora
Pequeña Poesía Postraumática:
jueves, 25 de julio de 2013
HOGUERA DE IDEAS por Mareva Mayo.
Sortear el desangramiento de las paredes con heridas de escayola que recordaran la primera noche en madrid sin madrid. Te encanece esa manía de preguntarle al verbo por el sujeto, predican errores gramaticales la lascivia de la tristeza, los cuerpos desnudos, robar al que mira dos veces si cerró la puerta, es necesario desposeer de aquello que hace cargar con llaves, es necesario robar para devolver al absurdo de tener, un rock and roll, sueño entre tus manos, llevarme, una fecha, al proscrito de los relojes, atracarte, un ciprés, a la canción de las cicutas, sueño que la nevera es la garganta de los peces y que lo que allí entra no sale sino sale por el mar, que las casas, son deudas que favorecen, los incendios justificados, contra todos los nombres que toman de lo que es de nadie, un trozo para firmar, sueño que las urnas son el punto de mira de una ametralladora y que cada voto, es una bala que acierta, una infamia menos, un gobernante sin gente que quiera ser gobernada, a tiro de libertad. Sueño que ésta noche los condenados, son los que llevan el idioma, contra los cielos, con dagas de opio y versos de extrarradio, sueño que al mediodía quien se ha querido arriba de los coágulos de la tierra, con titulación, placa o collares de oro, no sepa volver y se vuelva un agujero negro en el universo.
*
esee exhalo de la prisa del miércoles que vendrá
con tus muñecas de cartón, con la abstinencia del transporte urbano en tu sed de flores para no dormir
esa herdimbre del calendario haciéndote puntito de cruz, en las ojeras o la pálida piel del recuerdo que pasó una ciudad, entre dos coches, como la lejanía, como un perdón
no te agarra suficiente la tierra cuando escuchas caerse las cabezas del error en el champán
no basta con querer, cuando se arma la noche contra los poemas, de una vieja historia que morimos en los cuerpos, como salpicaduras de luna en el desvarío de los nombres
no pueden mis manos retenerte cuando ese verso del hachís te escapa la madrugada y quema la vida en una esquina, tantos libros, tanta vidas, subidas a la espalda de una muerte
y se halla la canción en la violencia de sentirla en el miércoles que vendrá, como ese hambre que no se quita...
*
De la civilización sólo quiero el reflejo de una ciudad en movimiento y un bar y el anarquismo y el avance que adquirió la palabra sed con la refriega de los sueños contra los hospitales, en su piel, de la civilización, sólo quiero la puerta de emergencia, para cuando estén en llamas las oficinas y las biblias y las cabinas de teléfono y todos los puestos de trabajo, en sus ojos, como un volcán, de la civilización sólo quiero los ritos funerarios, para sacarme el país y las enciclopedias y hacerme incineradora, en sus llamas. De la civilización sólo quiero el vino, como una sábana cuando todas las palabras sean salvajes, en su cuerpo.
Mareva Mayo, del blog Hoguera de ideas.
martes, 23 de julio de 2013
THE NAKED LUNCH by M.A.Martín.
DottorBenway Gallery
Se complace en presentar, en colaboración con il multipremiado artista underground internacional MIGUEL ANGEL MARTIN, la primera de una serie de carpetas dedicadas a la obra de William Burroughs. La primera es un homenaje a su libro más famoso, The Naked Lunch.
Edición en cartón en imitación de piel. Limitada a 37 copias firmadas y numeradas.
Medida de la carpeta cerrada 36 x 26 cm. Abierta 36 x 79 cm.
Contenido:
Annexia, una serigrafía doble a dos tintas de 34, 5 x 24,5 cm.en papel Tintoretto de 350 gr. + 6 litografías en blanco y negro de 35 x 25 cm. en papel estucado mate.
-30 copias numeradas y firmadas en tinta violeta. Precio 75€
-7 copias numeradas y firmadas en tinta oro incluyendo uno de los dibujos originales. Precio 175€
Gastos de envio 10€
Contacto y pedidos:
Michele Nitri
lunes, 22 de julio de 2013
BOSQUES ÁCIDOS por MJ Romero.
Cierro los ojos
y ciega camino
sobre hojarasca seca y espero
las páginas que no escribes
el cuento que solo no se cuenta
y voy por el borde del fuego
los grupos aislados
las absurdas vanidades
las zancadillas trasnochadas
poesía eres tú
no
no poesía eres tú
guardando la palabra
o eres tú quien silencia los pasos
si te asustan
eres
serás
ahora que el parque se ha llenado
de estatuas blancas
un bosque humano sin cabeza
un bosque
no sobre raíces de árbol
un bosque sobre ojos ciegos.
MJ Romero, de Outsider (o todos mis tutús en vos) (Camparredonda, 2013).
domingo, 21 de julio de 2013
sábado, 20 de julio de 2013
viernes, 19 de julio de 2013
ENGENDROS DE SATÁN by Cristian Bértolo.
Éramos cuatro los que nos juntábamos a la salida de la escuelita cristiana que se daba todos los sábados a la hora de la siesta en el salón principal para actos, que a la vez servía como oficina de los delegados administrativos del municipio en el barrio, los lunes, miércoles y viernes, como así también de espacio funcional para las asambleas que oficiaban los punteros de la unidad básica “Perón o muerte, carajo” todos los sábados por la noche o los 17 de octubre sin falta, y también como sede barrial de los Alcohólicos Anónimos los martes y jueves de 7 a 9 de la noche y de cogedero todas las madrugadas en época estival. Ahí nos conocimos, ahí nos unió el caprichoso destino desde aquellos tiernos momentos a transitar un largo camino juntos en adelante. Nos conocimos en la sociedad de fomento "Unión y Progreso" del barrio Villa Esperanza, nuestro barrio.
Siempre nos juntábamos al finalizar la escuelita cristiana, a eso de las seis de la tarde, con nuestros cuadernos anaranjados de tapa blanda debajo de los brazos, pasándonos algún cigarrillo de esos infumables que se solían vender por unidad mientras íbamos charlando y caminando a paso firme las tres cuadras hasta el quiosco de Calamaro. Muy tirados en el frente del quiosco nos pasábamos el resto de la tarde comienzo chizitos, fumando y tomando una Coca-Cola de litro que lográbamos comprar juntando varios vueltos de los mandados que les hacíamos a nuestras madres.
Éramos cuatro, como te decía: el gordo Marcelo, Saralegui, Patito y yo. Nos unían muchas cosas, pienso, pero lo que nos unía muy principalmente era que nuestros padres fueran cristianos evangelistas practicantes y nuestro total y completo rechazo a que nos obligasen a asistir a esas penosas escuelas de religión típicas del conurbano bonaerense por ser nosotros cuatro los más jóvenes de las familias, y por ende, los más influenciables y obligados a hacer lo que sus padres digan para quedar bien a los ojos de Dios. Ese siempre fue nuestro argumento común para unirnos, nuestro común denominador aparte de nuestro fanatismo por Los Tres Chiflados, las Andanzas de Patoruzú y el fútbol. Cuando estábamos juntos podíamos hablar de las boludeces que realmente nos interesaban empleando todas las malas palabras sin miramientos y podíamos echarle un ojo al culo de la hija de la quiosquera de paso, que estaba rebuena y ni en pinturas nos daba bola. Éramos nosotros los cuatro amigos más juntos y hermanados en plena lucha por nuestro legítimo derecho a no querer que nos obligasen más a ir a la Iglesia todos los viernes y los domingos, a ser parte de toda esa pantomima de la felicidad y el amor a Dios. Atacábamos al cielo con nuestro propio fuego de esta manera. Odiábamos las cadenas de oración y esas panderetas de mierda, las manos extendidas al cielo reclamando Piedad y todo ese lloriqueo en supuestas lenguas extinguidas. Lo odiábamos con todas nuestras fuerzas. Teníamos doce años cuando nos conocimos, y al culminar nuestro curso de la escuela primaria nos comprometimos en acudir a matricularnos a la misma escuela secundaria juntos: la benemérita escuela industrial E.E.T. nº45 Comisionado Fierro de Merlo.
En el segundo año del industrial fue que tuvimos que entregar un trabajo práctico de equipo y nos reunimos en lo de Saralegui para terminarlo. Lo acabamos muy rápido, era perfecto, nos iban a dar una buena nota por aquel trabajo práctico. Al sobrarnos el tiempo y estar la casa sola para nosotros, nos decidimos a probar nuestro primer cigarrillo de marihuana. Patito dijo que lo había confiscado de una caja de zapatos en donde una prima suya, aparte de guardar todas las postales y todas las tarjetas musicales chinas de feliz cumpleaños que existan en la faz de la tierra, ocultaba la marihuana. Patito la sacó del bolsillo de la campera de jean ya armada como un largo brazo de gitano, y casi sin darnos cuenta nos lo estábamos pasando encendido de mano en mano y largando su tan conocido humo dulzón a mezclarse con el aire encerrado del comedor de los Saralegui desde nuestras bocas y narices. Tosimos mucho los cuatro a las primeras caladas, pero después de eso todo fue fluyendo muy satisfactoriamente. Entonces comenzamos a reír muy alocados y a corretear por todos lados haciéndonos jugarretas. El gordo Marcelo se quedó sentado frente al televisor y no paraba de cambiar los canales, se quedó con la mirada atolondrada y fija en el aparato mientras un hilo de baba le iba resbalando de la comisura de los labios gruesos. Saralegui y yo nos fuimos rumbo a la habitación de su hermano, cuatro años mayor que él. Patito nos siguió. La pieza estaba toda cubierta de posters y recortes de revistas por todos lados, pegados con cinta Scotch o con Boligoma en las paredes y en el techo. Salvo el piso de rústica cerámica, ningún vestigio del cemento que se escondía tras el empapelado se dejaba ver bajo la luz amarillenta de la lamparita de 40 que colgaba del centro del techo. Estupefactos ante nuestra vista nos sentamos los tres en la cama y empezamos a hurgar directamente en sus cosas sin ningún escrúpulo. Revolvimos en sus revistas Pelo y Generación X, en sus cassettes, todos pintarrajeados de birome con prohibido esvásticas en millones de colores y formas, que en fila reposaban muy ordenados sobre un pequeño estante encima del equipo de música doble cassettera, que acompañaba la cabecera derecha del catre donde también se apoyaba una guitarra imitación strato color crema marca F.A.I.M a la que Patito le sacó unas notas que había aprendido en el Ministerio de Alabanzas de la Iglesia. Encendimos el equipo de música y Saralegui apretó el play de la cassettera izquierda para ver qué era lo que estaba escuchando su hermano. Al comenzar la reproducción oímos los últimos acordes de Rudy can´t fail terminando, el silencio, y después seguido las primeras notas de Spanish Bombs. Nos quedamos mudos patitiesos los tres. La música nos envolvió, sonaba tan bien que ejerció un poder casi hipnotizante sobre nosotros. Nos dominó en absoluto. Al terminar el tema, Saralegui se acercó de nuevo al aparato y apretó pause. Se dio media vuelta y desde arriba nos miró a Patito y a mí; le brillaban los ojos marrones. Los tres nos miramos descreídos; nos brillaban los ojos marrones. Saralegui rebobinó la cinta hasta el comienzo y de nuevo apretó el play. London Calling. Al otro día en la escuela me aparecí con una cinta que le robé a mi madre rogándole a Saralegui que me copiase el cassette entero de los Clash sobre ese que había conseguido de predicaciones del pastor Guiraldes. Patito hizo lo mismo con una cinta de Juan Ramón. Al gordo Marcelo lo tuvimos que obligar a hacerlo, se lo perdió todo, pero nosotros tres nos íbamos a ocupar en influenciarlo, por suerte al final cedió.
Pasaron varios meses para que al fin nos decidiésemos en armar una banda punk los cuatro. El gordo Marcelo en bajo, Patito a la guitarra, Saralegui a la batería y yo de cantante, en principio, utilizando algunos equipos de la iglesia que no se usaban y nos prestaba el padre de Saralegui, diácono del Ministerio de Alabanzas de la congregación, so pretexto de juntarnos para ensayar canciones de pop evangelista que tocaríamos para los festejos del próximo aniversario de la Iglesia. Comenzamos a ensayar a escondidas de nuestros padres, para que no se enterasen, logrando improvisar una salita de ensayos en la casa deshabitada que tenía en el barrio la tía del gordo, la que vivía en capital. No nos salía nada bien. Siempre íbamos a destiempo o se nos rompían las cuerdas y los palillos en casi todos los ensayos. Éramos un completo desastre; éramos PUNK. Intentamos tocar las canciones de los Ramones o de los Toy Dolls miles de veces hasta que al fin nos salieron medianamente bien. Después de un tiempo de ensayos ya teníamos un muy respetable repertorio de ocho temas: tres de los Ramones, tres de los Toy Dolls, uno de los Violadores y un último del nuevo cassette de Flema: Hombre Vicioso.
Al terminar un ensayo, el de un lunes, creo no mal recordar, Saralegui dió el último sorbo al resto tibio del fondo de un tetra de vino blanco Uvita mezclado con jugo de naranja Tang y dijo: “Ya es hora de ponernos un nombre, estuve pensando anoche en Los Escupesangre, suena bien, ¿no?”. El gordo apoyó el bajo en la pared y me dirigió una mirada aparentemente extrañado de como yo estaba enrollando el cable del micrófono, como intentando pensar. “Está bueno, pero me parece medio blandito... que tal Los Nietos de Puta”, respondió. A todo esto Patito ya había acabado de guardar su guitarra eléctrica, y sentado sobre el amplificador barato con los codos apoyados sobre sus huesudas rodillas, mientras daba las primeras caladas a un cigarrillo 43/70, nos lo dijo de una vez y como completamente compenetrado en la descodificación de un mensaje en clave que trataba de destramar, como acabado recién de recibir por medio de una anunciación divina y única la cual debía ser comunicada al resto de la humanidad para su útil supervivencia ante el inminente cataclismo de los tiempos, una iluminación que solo él supo recibir e interpretar: “Ya lo tengo: LA CONCHA DE DIOS”. Y se nos hizo la luz. Sonreímos todos en señal de aprobación. Teníamos nombre.
Relato extraído del libro "Lo que queda del cuerpo", de Cristian Bertolo. Para conseguirlo contactar con el autor en:
jueves, 18 de julio de 2013
1 POEMA de DOMINGO ACOSTA FELIPE
con ataúdes blancos en los ojos
y las bocas quemadas
con miedo ocultas
debajo del cuchillo.
El silencio vuela o se desborda
y el hambre empieza a caminar.
Domingo Acosta Felipe, de Ramas del Tiempo.
martes, 16 de julio de 2013
lunes, 15 de julio de 2013
HACIA EL INTERNADO por Karmelo C.Iribarren.
Las estaciones,
esos lugares de paso,
tan poéticos, sí,
tan cinematográficos...
Salvo
cuando el tren que parte es el tuyo,
y ves-desde el último vagón-
la figura de tu madre en el andén,
enviándote besos por el aire
y haciéndose cada vez
más pequeña bajo la lluvia;
como te haces más pequeño tú,
que miras tu mano y te falta la suya,
y solo tienes cinco años,
y ni siquiera sabes
quién te espera allí.
Karmelo C.Iribarren, de Seguro que esta historia de te suena. Poesía completa, 1985-2012 (Renacimiento, 2012).
domingo, 14 de julio de 2013
viernes, 12 de julio de 2013
POEMASH ESPECIAL EL ÁNGEL: Prólogos.
El ÁNGEL
de Ana Curra
Formas parte de mí. Cuando yo voy, tú lo haces conmigo, es inevitable, pero hablar de ti es otra historia. Se me encoge el alma y el estómago de punta.
El ángel más bello de ojos oceánicos, el viajero más imprudente cuya sombra alargada y negra se estiliza hasta aquí aullando música sobre cristales rotos y versos como puñales de la fraudulenta condición humana.
A mí lo que me gusta es recordarte en tus detalles cotidianos, hablar con César, el Dogo, el Mena, el Porras, Santi, Alberto… los que te conocimos de cerca. Adoraba tu media sonrisa, tus ironías, tus momentazos.
Poner tus discos y casettes y seguir compartiendo nuestros ruidos de forma perpetua.
Mirar a mi cachorro Trece y ver tu adoración por todos los cachorros del mundo.
Hacerme con un libro o disco recién comprado y ver tu movimiento compulsivo y tremenda avidez por desvirgarlo.
Tu costumbre sorprendente y desquiciante a partes iguales por desarmar en sus piezas más ínfimas cualquier aparato que entraba en casa, una radio, amplificador, guitarra… Todo era sometido a un escudriñamiento minucioso, dejarlo en nada, inservible… después, intentar crear de nuevo, como Dios. No siempre consiguiéndolo.
Tu talento sorprendente para falsificar las obras de arte de tu madre, pintándolas en cualquier caja de cartón de galletas, dar el cambiazo al marco y no ser descubierto. Vender los originales y a otra cosa mariposa.
Tus comentarios despectivos por todo currante que mata sus sueños, para ti la mayoría. Con arrogante mirada despreciando la mediocridad.
Y ya no te digo por los candidatos y sus caras de cochinitos, si vieras la que nos han liado los muy marranos! Me encantaría escuchar tus opiniones al respecto, leer tus improperios a balazos certeros en las redes sociales.
Como siempre, aquí llueve sobre mojado y los sin techo van en progresión desorbitada, hay ancianos que se tiran por sus balcones, trágicos dibujos rojos, llorarías de tristeza y de tu puño saldrían espectaculares palabros para los hijos de puta que mandan aquí abajo.
A los mandatarios les está ocurriendo algo inédito y muy divertido. Sus narices crecen y crecen sin fin, sus lenguas tartamudean y hablan de forma inconexa. Te encantaría la pijita Cospedal.
Los Hare Krisna pelados y vociferantes van en aumento. El otro día los vi volviendo a su sede Malasañera, me acordé de ti. "Me gustaría ser mas idiota todavía para cantar el Hare Rama".
César y su Stratocaster permanece, buscando paraísos artificiales, como siempre...
El Dogo, el Príncipe Payo, también lo hace. Ahora no come nada que tenga ojos.
El otro día abrí el cajón de las ausencias… salió el contrato de nuestra última casita en Chueca, tus documentos, los de nuestro cachorro currito, fotos de juventud arrogante, exuberante… informes médicos infames, nuestra última consulta médica por tu insistencia a traer un niño al mundo, tu creencia en que el amor podría con la ignominia… recuerdos, recuerdos, recuerdos que siguen doliendo.
Aquí están todos tus cuadernillos manuscritos de nuestra vida en común, donde lanzabas el primer escupitajo que más tarde y con trabajo y dedicación escrupulosa imprimías con un latido feroz, implorando un rato más de diversión salvaje.
En los Subterráneos, reales o anímicos, te echo de menos. Eran tus espacios habituales y reinabas como nadie, te expresabas mejor que nadie y le dabas la vuelta de tuerca como si nada.
Cada año cuando llega la desnudez y las hojas secas vuelan, constato tu lucidez premonitoria, te fuiste a la edad que lo hizo Cristo y lo dejaste bien escrito en tu Otoño Asesino. Brillante Ecce Homo. Yo soy todo y la fatalidad está en mí.
Tu pánico a contagiarme un virus que para mí jamás existió. Nunca me gustaron los condones y la sangre es un bello río de color, jamás tuve respeto ni miedo al invasor. Siguen sin atreverse conmigo.
Me gustaría saber qué tal vuestras fiestas al otro lado, con Eduardo, Camarón, Jimmy, Jim… hacerme un hueco para el gran rave del juicio final. No me lo perderé, estaremos juntos y en primera fila.
Tus poemas y canciones han trascendido. Te encantará ver todos los que a continuación lo demuestran. Con dedicatoria al chico delgado, de tez pálida y un as de picas tatuado. Sé que te gustaría y yo en tu nombre se lo agradezco. A todos y cada uno de ellos y ellas. En especial a Vicente.
Echo de menos tus ramos de flores cada día para nuestro santuario, no había muchas pelas pero siempre te las apañabas para que oliera bien.
Yo solo te regalé uno de rosas rojas, el último día…., después… lo cubrí con mi tierra
…….. y así continúo….
¿DÓNDE ESTABAS TÚ EN EL 94?
Vicente Muñoz Álvarez
Si a un poeta español fallecido le debíamos un homenaje en Vinalia Trippers (además de a Raúl Núñez, con el que nos desquitamos hace ya tiempo) era a El Ángel (Ángel Álvarez Caballero), cantante de Los Volcánicos (con los que grabó el mítico Polvo de Ángel, acompañado de Ana Curra, César Scappa y Los Mercenarios) y autor de un tremendo y revelador poemario titulado Los planos de la demolición (El Europeo, 1994), un documento estremecedor sobre la adicción a la heroína y la mala vida en las calles y un jarro de agua fría al sistema y el canon, que hoy, veinte años después, incomprensiblemente descatalogado y prácticamente inencontrable, se ha convertido en libro de culto por méritos propios.
Yo tenía por aquel entonces, en el 94, 28 años, tocaba la batería en un grupo de rock, era fan de Parálisis permanente (la malograda banda de Eduardo Benavente y Ana Curra) y El Canto de la Tripulación, había escrito ya un buen puñado de poemas urbanos y estaba contagiado hasta el tuétano por la literatura, y me sentí plenamente identificado con aquellos desgarradores, sucios y amargos versos, que evocaban el lado salvaje de la vida como nadie antes (al menos en nuestro país) lo había hecho.
Me quedé prendando de aquel libro, lo leí y releí docenas de veces en los años sucesivos y creo que, junto a los de Bukowski, Céline, Raúl Núñez y los autores beat, fue uno de los que más me influyeron y marcaron mi posterior camino.
A Bukowski, a Céline, a los beat y a Raúl Núñez, ya les dedicamos en su día nuestro sentido homenaje (en este fanzine y en diversas antologías), y ahora, fetichistas y mitómanos como siempre hemos sido, ha llegado el momento de saldar esa deuda pendiente con El Ángel y rendirle tributo a través de nuestros propios versos.
Va por ti, Poeta, con nuestros mejores latidos, allá donde ahora estés.
Ana Curra & Vicente Muñoz Álvarez, prólogos de Poemash Especial El Ángel, incluido en Vinalia Trippers 12.
jueves, 11 de julio de 2013
aMoremachine: Prólogo.
Honesto. Según María Moliner, «aplicado a las personas y a sus palabras o actos, incapaz de engañar, defraudar o apropiarse de lo ajeno». Adjetivo, añado yo, que con frecuencia se utiliza en la poesía contemporánea para definir a un autor y a su obra. ¿Pero cómo podemos estar seguros de qué es la honestidad en poesía? ¿Hemos siempre de conocer al autor para comparar entre su voz poética y su existencia fuera de los versos? ¿Hay algún test que podamos hacer al poeta o a sus poemas que demuestre su calidad de honestos? ¿A mayor desgarro e intimismo igual cantidad de honestidad? Créeme, lanzo estas preguntas sin haber llegado a ninguna respuesta. O mejor dicho: la única que he encontrado es la que me dicta mi instinto. Y él me dice que no hay postura ni fingimiento, voluntad de engaño o fraude, en el poemario que nos ocupa. Hay un hombre hablándose y hablándonos, rindiendo cuentas, desgranando la herencia recibida –aquí sí– y la entregada. Hay una conciencia de humanidad que se relata a sí misma, que más allá de no querer ser olvidada, no quiere contribuir al olvido ni ser su cómplice. No hay striptease, sino desnudez. Valga como ejemplo el poema «Manchas difíciles», en el que una imagen ya tópica (tinta=sangre) se lleva a las últimas consecuencias y acaba siendo un homenaje a todo lo que está a punto de perderse pero merece ser salvado. O ese otro en el que Gsús deja claro qué es aquello que le mantiene en pie: «sabemos de la raíz/–mata de pelo inmensa–//el coño/de nuestra madre». No puedo imaginar cuándo ni cómo ha podido sonar más hermosa y más sincera, más gráfica y a la vez más pudorosa, la palabra coño. Cuándo ha podido estar investida de mayor dignidad.
Nunca han faltado honestidad y dignidad en la obra de Gsús. Le leo desde aquel autoeditado El Forro; después siguieron Ovejas esquiladas, que temblaban de frío(Bartleby Editores) y Menú del día... a día (Baile del Sol) y mi Padre, el rey (La Baragaña). No creo exagerar si digo que pocos autores contemporáneos han tenido un crecimiento tan extraordinario, tan visible libro a libro, hasta llegar a la madurez, la coherencia y la originalidad de este nuevo poemario. A tener eso a lo que todo escritor aspira: una voz; y lo que es más, una voz que, aunque reconocible, nunca se convierte en previsible ni autocomplaciente. Sus lectores atentos saben cuál es la marca de la casa: nunca se sabe qué esperar de él. Salvo que nos emocione y que nos sorprenda.
Cada verso, cada poema es una esquina tras la cual no sabemos lo que aguarda. Nada que ver con el placer de epatar por epatar o de contribuir al caos. Gsús habla del reverso que está presente en lo que nos acontece cada día. De la canción que nos ponen a todas horas y que acabamos tarareando por inercia e impotencia, pero esta vez cantada al revés. Y de repente nos damos cuenta de que es al revés cuando la letra cobra sentido; cuando nos llega el verdadero mensaje. Algo muy cercano a la verdad. Lo sabemos porque nos hace dejar de bailar para lanzarnos de bruces a los brazos del estremecimiento.
No encontramos nada trillado ni dado por sabido en este poemario dedicado a las mujeres, a los nadies, al amor, a la rabia, a la supervivencia, a la resurrección. A las cosas importantes vistas desde la perspectiva de los que no importan y que tienen su mayor tesoro en la memoria y en la apertura de los ojos para seguir mirando el presente. La expresión que elige Gsús está hecha de fragmentos entrecortados, como si a cada momento se parara a tomar aire, a profundizar un poco más, hasta llegar a aguas más claras –o al lodo. Cuando más confiado está el lector, hay un 9 quiebro, un giro, una ruptura, una imagen sorprendente, imprevisible. De esta forma la lectura se convierte en una experiencia viva, inagotable: cada sentido se dispara en varias direcciones. Por eso Gsús resiste, merece y pide una relectura como pocos poetas de su edad y trayectoria. Incluso con una coherencia temática como la que tiene el poemario –el amor a la madre, a la compañera y a la hija vertebran sus tres partes–, las capas de significados son múltiples y van desde el poso más íntimo y biográfico hasta la historia más común y universal. Dicho con sus palabras, podríamos afirmar que conviven en sus versos «el desorden y la precisión».
A Gsús no siempre se le entiende a la primera. La expresión quebrada, las distintas connotaciones, las imágenes sorprendentes hacen que la lectura de sus poemas sea una experiencia densa, turbadora. Su poesía es de las que se viven. Él tiene un poema alojado en la cabeza y sus heridas abiertas nos contagian. Siempre encuentra nuevas formas de expresar aquello en lo que ya estábamos de acuerdo desde un principio, desde antes de la palabra; pero si hay nuevas formas de decirlo, el acuerdo se expande, se multiplica, se convierte en más de lo que parecía, en algo más hondo, más ancho, más doloroso, más bello, más vulnerable, más humano. Hay todo un viaje emocional que va del amor a la madre a la compañera y a la hija, y que sigue su camino en una experiencia casi mística que se extiende a sus semejantes. Sin olvidar el odio y la rabia hacia los que lo amenazan.
A un mundo agredido y violentado, Gsús responde con versos amputados. Yo me imagino a Gsús recogiendo los cristales rotos que quizá alguna vez fueron espejo, recomponiéndolos sin poder evitar ya la imagen descompuesta, la cicatriz que nos corta el rostro reflejado. Y aplicado en su tarea con una sobriedad, una dignidad de artesano, de tal manera que casi no parece que crea, 10 sino que arregla, pega, cose, enmienda lo que otros destrozaron. No hay asomo de victimización en esta labor, ni por la dureza de lo asumido, ni por el sufrimiento que tan a menudo merece la sensibilidad, la atención, el estar vivo; sino más bien una piedad sobria, que honra rememorando con humildad de escriba, como un notario con alma. Hay también una tristeza del superviviente –tan indistinguible de la alegría– que nunca cae en el cinismo, ni en el sarcasmo, sino como mucho en una bienhumorada ironía. Gsús recuerda con cariño y compasión al que se equivocó y perdió, a los luchadores y a las víctimas que se sacrificaron en el anonimato.
No obstante la honestidad de la que hablaba al principio, hay contención en estos poemas, nada es gratuito, sino que está puesto al servicio del relato. No sé si llamarlo respeto, por uno mismo y por el otro, que restringe el recargamiento, lo ornamental, lo innecesario. Son los poemas sinceros de un hombre pudoroso, que dice que «la servidumbre/destrozándonos la vida/–continuamente–/ enmudecer a conveniencia. comprenderás». Son los poemas del ajuste de cuentas de quien nunca lo tuvo fácil, pero decidió –ayudado por la voluntad de otras– sobrevivir, sobreponerse, vivir de nuevo, ponerse a vivir. Con todas las consecuencias. Incluida el tener que contarlo, a modo de agradecimiento, advertencia o mapa. Los poemas de quien acepta que la primavera trae consigo los insectos, y les canta a ambos. De quien sabe que vivir mancha, y que en esta sociedad el amor a la vida, a nuestra vida, nos hace a veces cómplices y culpables. Y que unas migajas de felicidad pueden hacernos olvidar nuestra necesidad e incluso el dolor y la muerte de otros, a cuya costa somos felices.
A pesar de todas sus similitudes con anteriores poemarios de Gsús, en este se advierte una diferencia: hay una proyección hacia el futuro. Están la memoria, la herencia, el pasado de otros 11 poemas; pero también una nueva rabia, un nuevo amor, casi –con todo el miedo que puede darnos la palabra– una nueva esperanza. «Hicimos del agravio/un terreno/más bien áspero/que hoy toca defender». Quizá sea por la hija, pero también por los que ahora, mientras lees esto, luchan en la calle, se rebelan a la servidumbre, «honran la indocilidad». Celebrar la vida, condenar el mundo: estos poemas no escapan a lo que, considero, es la labor fundamental de todo poeta de nuestro tiempo. Vivir, ahora, es estar muchas veces a merced de impulsos contrarios: la tristeza y la alegría, la desesperación y la rabia, la maldición y el homenaje. Esto se ve claro en ese brutal poema de amor que comienza diciendo: «Haremos el odio». O en esa escena de sexo salvaje y surrealista en la que se cuelan unos marines. El dentro y el afuera, la belleza y el dolor nos acompañarán por igual, jugarán a los disfraces con nosotros, y a veces lograrán confundirnos. Abrir los ojos, querer ganarse un alma o un corazón, despertar de las anestesias no son juegos menores ni frívolos. Nos va la vida en ellos.
Termina el poemario con un poema en prosa titulado «Epigénesis » (Gsús nos aclara que la palabra define «en biología, la teoría según la cual los rasgos que caracterizan a un ser vivo se modelan en el curso del desarrollo, sin estar preformados en el germen»). Aplicado a sus versos, podría decirse que estos también modelan, a él, a su pasado y su herencia, a su futuro y su legado, a los nadies que leemos sus poemas y salimos de ellos recompuestos, juntos, más salvajes y más humanos. Haciendo el odio de tanto amor que nos desborda.
Por Ana Pérez Cañamares.
miércoles, 10 de julio de 2013
ABRAZANDO VÉRTEBRAS: Alberto García-Teresa.
y tan pocos buscando llaves..
*
PROSTITUCIÓN
Ofertas
en la sección nueva
del supermercado.
A 7'50 la pechuga.
El par de muslos a 5'80.
Todo debe arrodillarse
ante el alarido de tu tarjeta.
*
Si a ti te repugna una culebra,
a mí el resplandor de tu motocicleta
Si te asquea un nido de arañas,
a mí las grasientas máquinas de tus fábricas.
Si te desagradan las larvas de un coleóptero,
a mí el cinismo asesino de tu petróleo.
Si, finalmente, pisas un hormiguero,
no dudes de que yo haré lo propio
con la pestilente sombra de tu monedero.
*
Está harta de ser cáscara.
Ofertas
en la sección nueva
del supermercado.
A 7'50 la pechuga.
El par de muslos a 5'80.
Todo debe arrodillarse
ante el alarido de tu tarjeta.
*
Si a ti te repugna una culebra,
a mí el resplandor de tu motocicleta
Si te asquea un nido de arañas,
a mí las grasientas máquinas de tus fábricas.
Si te desagradan las larvas de un coleóptero,
a mí el cinismo asesino de tu petróleo.
Si, finalmente, pisas un hormiguero,
no dudes de que yo haré lo propio
con la pestilente sombra de tu monedero.
*
Está harta de ser cáscara.
Está cansada de ser una galleta mojada
en un inmenso cuenco vacío.
La mujer deja caer sus brazos
que se desdoblan como dos palomas;
dos palomas que han abandonado
toda ansia de ser montaña.
Ninguneada, con el corazón
amordazado, con sus venas
trilladas por el sudor,
palpitan sin embargo en sus piernas
varices de dignidad.
Desenreda entonces sus yemas
y descubre el
arrojo del horizonte,
la valentía de las luciérnagas.
Escala así las vejaciones,
las pestañas caídas,
el nudo del espejo,
la baba de los colmillos, el
canto hipnótico de la sumisión.
Alza el alcance de sus párpados
y su cabeza comienza a ser brújula.
Abandona su piel disfrazada,
sus sentimientos pisoteados, y lanza
las manos para abrazar
el dolor hasta obtener luz
como prende la llama
en la maleza reseca.
Tan sólo deja tras de sí
una puerta abierta
por donde nace la esperanza.
en un inmenso cuenco vacío.
La mujer deja caer sus brazos
que se desdoblan como dos palomas;
dos palomas que han abandonado
toda ansia de ser montaña.
Ninguneada, con el corazón
amordazado, con sus venas
trilladas por el sudor,
palpitan sin embargo en sus piernas
varices de dignidad.
Desenreda entonces sus yemas
y descubre el
arrojo del horizonte,
la valentía de las luciérnagas.
Escala así las vejaciones,
las pestañas caídas,
el nudo del espejo,
la baba de los colmillos, el
canto hipnótico de la sumisión.
Alza el alcance de sus párpados
y su cabeza comienza a ser brújula.
Abandona su piel disfrazada,
sus sentimientos pisoteados, y lanza
las manos para abrazar
el dolor hasta obtener luz
como prende la llama
en la maleza reseca.
Tan sólo deja tras de sí
una puerta abierta
por donde nace la esperanza.
Alberto García-Teresa: Abrazando vértebras, Baile del Sol, 2013.
martes, 9 de julio de 2013
DIARIO DE UN ADOLESCENTE DE PELO RARO
Ya disponible en la red el nuevo libro de Groenlandia:
“Diario de un adolescente de pelo raro”, de Jorge Heras García
Prólogo: Adriana Bañares
Epílogo: José Ángel Conde
Fotografía: Felipe Zapico
Este poemario se vive en cuarenta y cinco minutos, como un sueño lúcido. Se interpreta a gusto del consumidor. ¿Es dolor, infancia, desamor o un estado de sitio? (del prólogo de Adriana Bañares Camacho).
La carne del poeta queda atrapada inevitablemente en la “súper-realidad” descrita como se deduce del extenso poema-coda que cierra “Diario de un adolescente de pelo raro”. Al final todo está encerrado en la Materia, hasta el tiempo, y no parece que la consciencia de ello fuera suficiente para liberar la “Otra Mitad” (del epílogo de José Ángel Conde).
Ya disponible en las plataformas de lectura:
lunes, 8 de julio de 2013
aMoremachine by Gsús Bonilla
LA LAMADA: evoco a mis antepasados
maestros en el arte de la tanatopraxia;
a mis ancestros, que despellejaban cabras,
borregos, y, de vez en cuando, un buey;
que desollaban conejos y liebres,
socarraban cerdos, y, casi siempre,
en agua inviendo, gallinas moribundas,
eran desplumadas. añoro,
todo un sinfín de habilidades
que me impresionaban de niño,
hoy, que no soporto la belleza
de los telediarios.
Gsús Bonilla, de aMoremachine (POEMAS DE CLARDEHUEVO), (Escalera, 2013).
domingo, 7 de julio de 2013
ANTOLOGÍA DE LA POESÍA ESPECTACULAR by Yago Ferreiro.
Hubo un tiempo magnífico
no hará mucho de ello
quizá hayan pasado los años.
Es nada (si lo comparas) es nada.
No queríamos aprender
nadie nos lo hubiera quitado de la cabeza
que no existía un manual
y sí la sala de un café
de la que (prometo) os hablaré luego.
De noche huíamos de las casas
para llamar desde la estación
a nuestros amigos.
A ellos que no dormían
a ellos que no pegaban ojo.
Los oíamos descolgar
siempre apresurados
(casi sin aliento)
con sus voces roncas
por los efectos de algún tranquilizante.
Yago Ferreiro, Angología de la poesía espectacular (Camparredonda, 2013).
https://www.facebook.com/photo.php?v=145542322285200&set=vb.121778244661608&type=2&theater
sábado, 6 de julio de 2013
CARÁMBANO:Recitar in Blues.
Carámbano es una performance de música y poesía en directo. .
La guitarra de Stefano Presi y la palabra de Javier del Sastre se mezclan y refuerzan, con el fin último de descubrir una intensa historia.
La historia de un carámbano que se deshace, derritiéndose… gota a gota, transformándose en diez infinitas historias, que ya forman parte de la nuestra para siempre.
El carámbano seguirá deshaciéndose y manifestando sus sensaciones desde una oscuridad que en proceso paulatino nos irá inundando a todos como una luz tenue de amanecida… a vosotros también… colgado desde el tejado azul más hermoso de la más hermosa casa, de una hermosa aldea de cualquier país de ninguna parte…
Pero Carámbano es algo más… que iremos descubriendo poco a poco si os atrevéis a acompañarnos en este viaje.
viernes, 5 de julio de 2013
ESQUINAS by PEPE PEREZA
Título: Equinas
Autor: pepe pereza
Género: Relatos cortos
Editorial: Ediciones Lupercalia
ISBN: 978-84-939395-5-7
Portada: Henry González
Ilustrado por:
Julia D Velázquez, Pedro Espinosa, José Mª Lema, Pablo Gallo, Marina Hernáez, Luis F Sanz, Toño Benavides, Enrique Cabezón, Valle Camacho, Gsús Bonilla, Andrés Casciani, Bruno G Valencia, Óscar M. Salomón, Raúl Barbolla (LeRaúl), Velpister, Mónica Carretero, Lady Marrana, Antonio Lorente, El niño de las pinturas, Mik Baro, Omar Figueroa (Turcios).
Esquinas, un libro de relatos sobre mujeres: mujeres duras, mujeres tiernas, mujeres apaleadas y humilladas, mujeres fuertes, mujeres-puta, también sobre los hombres que les rodean. La condición humana al desnudo. Nada como el sexo en carne viva para ver esa faceta en toda su patética extensión.
Ricardo Moreno Mira
FRAGMENTOS
Su cuerpo acusaba la abstinencia con calambres y espasmos, afortunadamente para ella su cliente interpretó que los temblores obedecían a su rotunda virilidad.
Sus emociones eran una amalgama que iba de la decepción más absoluta a la tristeza más dolorosa, pasando por el disgusto, la ignominia y el enfado. Que a cada segundo que pasaba era más y más evidente. Qué padre que se preciase de serlo no estaría cabreado al descubrir que su hija era una fulana.
Al otro lado de la carretera había una veintena de prostitutas que aguardaban la llegada de clientes. Su hermana formaba parte del grupo. Su misión consistía en velar por su seguridad e impedir que ningún cliente se fuera sin pagar. No es que le gustase hacer de chulo de su propia hermana pero a falta de otro trabajo tenía que conformarse con eso.
La Madame le había pedido que se vistiese de sport y que no se maquillase. Por otro lado, la falta de maquillaje y de un vestido provocativo donde escudarse la hacían sentirse más expuesta. Algo así como un súper héroe sin disfraz.
jueves, 4 de julio de 2013
LO QUE QUEDA DEL CUERPO: Cristian Bertolo.
Atreverse a escribir es mucho más difícil de lo que parece. Hace falta algo que decir y una forma de decirlo. Tener algo que decir cuando la literatura lleva más de dos mil años dando vueltas y contando cosas es complicado. Y tener una forma de decir eso que quieres decir sin que esté contaminado de todo lo que has leído es más difícil todavía. Todo aquel que se atreve y busca algo que decir y una forma en que decirlo tiene algo de temerario.
Algo de temerario tiene Cristian Bertolo. Ha publicado Lo que queda del cuerpo, un volumen breve con unos cuantos relatos que Cristian lleva tiempo escribiendo y publicando en fanzines y revistas independientes en los que ha mostrado una escritura con una cualidad principal: la falta de trampas.
Escribir relatos breves es una tendencia desde hace tiempo. Todo el mundo ha escrito un cuento o un pequeño relato. Y la fórmula se ha vuelto repetitiva, buscar una historia con cierto interés que, justo en el final, presenta un final sorprendente o distintivo, que la alejan de lo que parecía que iba a ser. El relato breve se ha vuelto tramposo.
Pero eso no pasa en los relatos de Cristian. No hay finales sorprendentes. No hay un giro brusco final que busca que el lector levante una ceja premiando el ingenio del escritor. Hay relatos que simplemente cuentan un suceso, en un tiempo y en un espacio. Cuentan, porque lo principal en la narrativa es contar.
No hay en “Lo que queda del cuerpo” un relato que busque el efectismo. Sólo buscan fijar un suceso, un espacio temporal. Sólo cuentan una historia. No inventan una historia. No pretenden cambiar el mundo. Sólo se fijan en el mundo cotidiano, en el mundo sin altibajos que se desarrolla día a día, hora a hora en la realidad. “Lo que queda del cuerpo” son pequeños momentos de la vida. Sin trampas. Sin ese exceso de literatura que muchas veces acaba con lo literario.
Y en “Lo que queda del cuerpo” hay también mucho ritmo. Una narración que no te aprisiona con palabras, con literatura, con preciosismo. Todo es ritmo. Un poco de rock and roll. Ritmo un poco duro y machacón, pero que te lleva volado hacia delante. Que te empuja en la lectura, haciéndotela fácil y llevadera y gustosa.
Hay, en fin, mucho por descubrir en “Lo que queda del cuerpo”, un viaje hacia la realidad, un viaje hacia eso mismo que nos hace ser nosotros mismos. Un viaje rítmico por la vida que podemos ya estar viviendo. Un viaje que no deberías perderte.
(Lo que queda del cuerpo, de Cristian Bertolo, se puede conseguir contactando con el autor en cristian_bertolo@hotmail.com, en su Facebook http://facebook.com/cristian.bertolo o por su blog http://radiomotherfucker.blogspot.com)
Rubén Bravo, Creatura Fanzine.
LA CHIMENEA Y OTROS RELATOS: Guillermo Moracia.
Guillermo Moracia (Logroño, 1984) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco. Es cantante de Flying Ladies, grupo punk con el que ha recorrido el país y ha publicado los discos The end of the tactel generation (2006), Split (2009) -compartido con los arnedanos Antibióticos-, Nuevo arte de vivir (2011), y Aburridos como tardes de domingo (2012). Escribe en el fanzine Fuerza Vital, así como en su propio blog, Incitatus, donde se pueden encontrar reseñas de películas innombrables, discos enfermos y conciertos de grupos que no están de moda.
Portada e ilustraciones by Carlos Tobes.
lachimeneafanzine@gmail.com
Conocí a Guillermo cuando tenía diez años. Estábamos en clase de alternativa a la religión, que por aquel entonces se denominaba estudio, por lo que el profesor, con buen criterio, nos daba tiempo libre para hacer lo que quisiéramos, siempre y cuando no diéramos mucha guerra. Apenas cursábamos la asignatura seis personas, y yo era nuevo en el colegio, por lo que no pude evitar fijarme en un par de compañeros que pasaban la hora dibujando cómics, con los que clase tras clase, terminé trabando una gran amistad. Uno era evidentemente el autor de los relatos contenidos en este fanzine, el otro es la mano detrás de las ilustraciones que lo acompañan.
Desde entonces, he visto a Guillermo esculpir, escribir guiones de cine, formar parte de grupos de música como Flying Ladies, incluyendo el ejercer de director de los videoclips Fucked for Life, Carta abierta a Ciudad Frontera y Aburridos como tardes de domingo, y escribir varios relatos, que es lo que hoy nos ocupa. Carlos ha hecho del diseño su profesión, y con bastante éxito además, como demuestran los galardones obtenidos por sus carteles, etiquetas y animaciones. No me cabe duda de que en estas páginas veremos ejemplos de su calidad como ilustrador.
Así que cuando me propusieron escribir un prólogo para esta edición del fanzine La Chimenea, tuve sensaciones encontradas. Los artistas siempre han sido ellos, y una persona de ciencias puras como yo quizás no era la mejor elección. Aunque me apetecía, no me sentía muy preparado para aceptar el encargo, al fin y al cabo no he escrito nada en mi vida, así que confieso que siento un cierto vértigo ante el hecho de que personas desconocidas acaben leyendo este texto. Me asaltan las que sospecho son las preguntas típicas del primerizo: ¿Y si leo esto dentro de un año y me parece una bazofia? ¿Será mi reflexión sobre los relatos una auténtica chorrada? ¿Toda esta historia de los amigos de la infancia no será manida y empalagosa a partes iguales?
Por suerte o por desgracia, tras un periodo de procrastinación, aquí estamos escribiendo. Pesó más el otro lado, el halago de ser invitado participar. Al fin y al cabo, soy sin duda el que menos se expone, y si a alguien le aberra cualquiera de las partes de este fanzine, siempre podremos hacer nuestra la cita de Wilde: “Lo importante es que hablen de uno, aunque sea bien”.
Fijando la vista en los relatos, creo que podemos extraer algunas características más o menos comunes en ellos. Todos resultan algo inquietantes, están impregnados de una cierta turbiedadque se concreta en varios elementos, siendo quizás el más importante de ellos la violencia, no necesariamente física. Pero no esa violencia visceral, producida por un momento de furia, sino la violencia premeditada, en ocasiones obsesiva, decidida en frío, que la hace aún más pavorosa.
También el control es un tema recurrente y fuente de esa violencia. Será habitual encontrar personajes que quieren imponer su voluntad sobre otros en nombre de instituciones o concepciones mayores que ellos, como la familia o la justicia. Algunas veces, dichos personajes pertenecerán a diferentes esferas o clases sociales, hecho que condicionará el modo en que se relacionan y será especialmente perceptible cuando viertan opiniones sobre sus antagonistas.
Espero que disfruten. Honestamente, creo que lo harán.
Rodrigo Velilla
miércoles, 3 de julio de 2013
FOTOMATÓN: Felipe Zapico & Santos M.Perandones.
«Considero que la mejor definición de este libro es precisamente esa que da de sí Felipe Zapico: una desobediencia compulsiva. Pues pararse a observar, ya sea con la imagen o la palabra, es desobedecer a los tiempos que nos impelen a obviar los detalles, hoy en día muy claros, de la debacle occidental (...). Pocos son los que se detienen a admirar algo, interpretarlo, dejar que una imagen se descomponga en su cerebro, se asiente y construya un algo dentro de ellos, una pequeña historia».
Alfonso Xen Rabanal
martes, 2 de julio de 2013
MEANDO CONTRA VIENTO
En breve MEANDO CONTRA VIENTO estará disponible en los puntos de venta en la ciudad de León. Podéis hacer vuestra reserva para recibirlo a domicilio. 2€ + gastos de envío, escribiendo a: meandocontraelviento@gmail.com
MEANDO CONTRA VIENTO es una publicación donde escritores, poetas y artistas de diferentes disciplinas, conviven en unas páginas plasmando lo que entiende cada uno de ellos por transgresión.
Lista de autores del primer número:
Felipe Zapico
Juan Luis García
Luis Miguel Rabanal
Velpister Peter Jensen
Luís Melón
Jesús Palmero
Nuria Palencia
Karlos Viuda
Pablo Cerezal
Vicente Muñoz Álvarez
Alfonso Xen Rabanal
Charo Acera Rojo
Carlos Cuenllas
Julia Getino
Juan Carlos Pajares
Nícolas Marper
Santos Perandones
La publicación costea la mitad de la impresión con anunciantes, que además sirven de punto de venta.
Tiene un precio de 2 euros y también se envía por correo con el mismo precio + gastos de envío.
Como novedad en el mundo editorial, los cuadernos tienen sintonía musical. Julia Getino (músico) se ha encargado de realizarla. En el primer número parte de la partitura sirve de portada. En el segundo número se grabará el sonido en un estudio y se colgará en las redes sociales. En el tercer número se pondrá letra. Y en el cuarto número saldrá la sintonía con música y voz.
Espero que esta publicación os satisfaga y podáis hacer difusión de la misma por vuestros contactos.
Un saludo.
Nícolas Marper.
PRESENTACIÓN EN LEÓN
Sábado, 6 de julio - 21:00h
Bar PlanB - Calle Serranos,38 (León)
JORGE M MOLINERO en el BELMONDO BAR
El próximo domingo a las 13:30h estrenamos un formato al que ya le teníamos ganas, el vermouth poético. Contaremos con la presencia de Jorge M. Molinero (Valladolid) que viene a presentar su último libro "La noche que llovieron impermeables" (edita Editorial Origami) A los mandos de la presentación; Vicente Muñoz Álvarez. El cartelazo, de Julia Velázquez.
Domingo 7 de Julio, 13.30 horas, Belmondo Bar, León.
EL BUQUE MALDITO 19
EL BUQUE MALDITO #19
Ya está disponible el nuevo número del fanzine El Buque Maldito. A continuación todos sus contenidos.
ESPECIAL JESÚS FRANCO
“Jesús Franco o la eterna paradoja”, aproximación a la carrera del realizador madrileño, y los artículos “Francotiradores automarginados” y “Jesús Franco Manera (1930-2013)”, escritos, respectivamente, por el actor Antonio Mayans y el escritor Pete Tombs, conforman este pequeño homenaje al director Jesús Franco.
En un número donde la portada y contraportada están también centradas en su obra.
ENTREVISTAS
Agustí Villaronga. Nos adentramos con el mítico director en una de sus obras capitales: “Tras el cristal” (1986).
Antón García Abril. Repasamos la carrera del músico y compositor dentro del género fantástico y de terror español. A él le debemos los fabulosos cánticos de los Templarios de Amando de Ossorio.
Éric Falardeau. El joven realizador canadiense nos habla de su opera prima, “Thanatomorphose” (2012), tras las excelentes críticas cosechadas en los diversos festivales donde se ha programado.
ARTÍCULOS
El espectro de Justine o los sueños rotos de Jordi Gigó. El film maldito del realizador Jordi Gigó, “El espectro de Justine” (1986), cobra vida 27 años después.
Félix de Pomés: El Johnny Weissmuller español. El actor Félix de Pomés i Soler siempre será recordado por su espectral trabajo en “La torre de los siete jorobados” (1944), pero su carrera fue más allá de la interpretación. Nos sumergimos en ella.
La rinascita del cinema de horror italiano. Profundizamos en la nueva generación de realizadores italianos que llevan por bandera volver a instaurar el género fantástico y de terror en su país de origen al igual que hicieron antaño sus mayores.
SECCIONES
Disección. Analizamos el film de Agustí Villaronga “Tras el cristal”.
Monstruos del Fantaterror español (5º parte). Recordamos a la recientemente fallecida Patty Shepard y entrevistamos a Loreta Tovar. Dos actrices fundamentales del terror patrio.
PVP: 3,50€
Os informamos que la presentación de El Buque Maldito #19 tendrá lugar dentro del marco del Cryptshow Festival 2013 el sábado 6 de julio a las 12h. en la Libreria Saltamartí, situada en la calle Canónigo Baranera, número 78, de la ciudad de Badalona.
TAMBIÉN DISPONIBLE:
FREAKS
C/. Ali bei, nº10
Barcelona
CINEMASCOPE
C/. Torrent de l'olla, nº101
Barcelona
ARKHAM COMICS
C/. Xuclà, nº16
Barcelona