miércoles, 19 de septiembre de 2012

DERIVA por Toño Benavides.


(Y si hubo verdad,
qué lugar tenía la locura)

Ya no ves tu espalda desde fuera
como era tu costumbre:
enviar la sombra por delante
a que sufra y te libere
de los pasos mal dados.

De pronto eres tú
quien despierta desde dentro
con todo el sol en la cara, sin ventanas
y la sorpresa congelada
del que no ha podido escapar.

Buscas la salida, sin partituras,
de un laberinto de silencios
que han tejido a tu alrededor,
con cuerdas de piano,
y las mejores intenciones.

Por el calor “del bosque ardiendo
y todas las llamas vivas”
niegas la luz de lo evidente,
aceptas el error de la distancia,
callas… y aún así
te culpan de tus pasos
en la única dirección posible.


Ilustración & poema by Toño Benavides.

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