Aunque la crítica y el público en general opinan que Fata Morgana (1965), de Vicente Aranda, ha envejecido mal y está desfasada, a mí me sigue pareciendo una película fascinante y de culto, elegantemente surrealista y estéticamente impecable, original e innovadora y, en cualquier caso (y no es decir poco en nuestro cine, habitualmente rancio y castizo), valiente para la época en que fue rodada (sólo hay que compararla con sus coetáneas).
Con ecos de Buñuel y del thriller clásico, un guión (de González Suárez y el propio Aranda) laberíntico y especular, una puesta en escena cuidada hasta el mínimo detalle, asombrosas transformaciones y bizarros crímenes, una estupenda banda sonora y una estética mod que hará las delicias de los amantes del pop y los años sesenta, Fata Morgana es puro cine de autor hispano, con todos los pros y contras que ello implica, y se merece por méritos propios un puesto de honor en nuestra filmografía underground.
Magnética, hipnótica e imprescindible en mi videoteca.
Fata Morgana in You Tube
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