Y sin
embargo somos los últimos de un clan. Guardianes de sus ritos.
Utilizo el olor de tu cabello para
cebar al tiempo. Huele tu pelo a nombre con enigma. Empapo en su perfume las
sombras del domingo y el tiempo lo olisquea, afila sus diamantes y viene
envuelto en polvo con afán de embestirnos. Derrama la semana laborable cegado
por el vaho de la hierba en mis uñas, briznas recién cortadas que atascan la
bañera.
También cito a la piedra, también cito
a la niebla, todo lo que no tiene que saber de nosotros. Embadurno mis manos en
champú, en pez de tu desnudo. Acuden como ratas al canto de una flauta el
cristal, los metales, las tormentas. Todo lo inerte danza en torno a ti. Todos
los materiales te traspasan la piel, entran en combustión sin perturbarte.
Estás creando vida. Cuando salgas del
agua -cómo me gusta el ruido que haces al levantarte- se desparramará.
De EL MAR EN EL BUZÓN (Ramiro Gairín)
Ediciones Vitruvio, Madrid 2012
Muy bueno. Saludos. De paso te recomiendo mi blog http://pulpovariete.blogspot.com.ar/ trata sobre la escena underground argentina.
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