Sobremesa tras la cena
estamos los cuatro
él no ha llegado aún
noto inquietud y temblor
Mi madre dice:
tenemos que irnos de esta casa
La aceptación
en nuestros ojos
el temor a la intemperie
en nuestros corazones
el vacío en el alma
al saber que tu vida
se disuelve y muta
Decidimos marcharnos
pero regresamos
un año después,
o así, cuando a mi madre
él la sedujo de nuevo
cuando la convenció
con palabras envenenadas
de mentiras y falsas promesas
Cometimos el error de volver,
amigo, el error de confiar
en el beso de judas.
José Ángel Barrueco, del poemario No hay camino al paraíso (Ya lo dijo Casimiro Parker, 2009).
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