Escucho, otra vez, una noticia en la radio: la crisis no parece haber afectado al mundo del arte, el resto de la noticia se diluye en mi atención, no es que me indignen estas cosas, pero sí que me convulsionan, casi no escucho nada más que una previsible referencia a los cientos de miles de euros o dólares o yenes o yuanes que han alcanzado no sé cualas obras de arte en no sé qué exclusiva subasta. Se diluye en mí la noticia, reflexiono, pienso ¿a qué crisis se refieren? ¿A cuál exactamente? ¿Será a la crisis económica que habitualmente sufrimos los artistas? Ah, esa que no me permite prever la subsistencia del mes siguiente?. Ah. ¿Será a la crisis existencial que nos hace pensar que a lo mejor si dejamos de existir puede que nuestras obras se revaloricen y nuestros hijos dejen de estar a expensas de unos pobres bohemios fracasados? Ah, claro. ¿Será la crisis de personalidad, esa que hace que no sepamos exactamente qué o quiénes somos? ¿Será? Ah, sí. ¿O será la crisis referida a la autoestima que nos hace pensar constantemente que lo que hacemos es una mierda? Ah ¿o que somos una mierda? Ah. Será, será. ¿O será simplemente la crisis creativa que a veces nos mortifica dejándonos petrificados ante un lienzo en blanco (en mi caso siempre en negro)? Ah, será, ¿será esa crisis a la que se refieren? Qué carallo sabrán ellos, ¿que la crisis no afecta al mundo del arte? Se habrán equivocado. Lo que, seguramente, quieren decir es que la crisis no afecta a los que habitualmente pagan lo mismo por un cuadro que por un Ferrari o por una temporada en un hotel de lujo, a ellos la crisis no les afecta, pero qué sabrán ellos del mundo del arte, de verdad, de la vida del artista, que eso es, en realidad, el mundo del arte, y mira que se empeñan, esos marchantes, galeristas, embaucadores varios, que te digo aquí, desde aquí, desde mi pequeño rincón, desde mi poca importancia, que no saben nada de nada, de verdad, no saben una mierda de arte, ni qué significa el arte ni ser artista ni vivir del arte. Ni puta idea, te lo digo yo, que sí que sé. Colega.
Texto e ilustración by Velpister
velpister.blogspot.com
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aquí sí que lo sabemos, me refiero a lugares como estos, donde la peste a artista espanta a los caballeros, ellos, los que manejan, no saben lo que vale un peine, ni puta idea, por muchos matisse o picassos o lo que sea que cuelguen en sus paredes, ni puta idea.
ResponderEliminarCertero en la reflexión para poner los matices en la gastroenteritis informativa. Los bancos, marchantes, coleccionistas, secuaces al fin, saben bien que al invertir en 'arte' finalmente refuerzan su status quo en el plano material, llámese cuadro, llámese obra, etcétera. El empresario chino, ruso o hindú ignora las duquelas por las que pueda pasar el artista y a su vez representa dentro de los nuevos ricos, a esa clase capitalista enemiga precisamente del arte del comportamiento, porque separa con orgullo el arte de la vida o la vida del arte. Todas estas perogrulladas coinciden con el título del post: menuda estupidez.
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