miércoles, 27 de julio de 2011

INMORTALES VIEJOS ROCKEROS: CHARLES BUKOWSKI, por Patricio Jara



Miércoles 2 de diciembre de 1992. Guns ‘N Roses en el Estadio Nacional. Axl Rose sube al escenario con una camiseta blanca estampada con una enorme foto de Bukowski. Los que saben de quién se trata, aplauden el tributo a estadio lleno. Pero si debió ser al revés, Bukowski jamás se hubiera asomado en público con una camiseta de Guns ‘N Roses ni de ninguna otra banda. Bukowski detestaba el rock. Aunque para muchos fuese el escritor más rocker de todos.

“La música rock no me dice nada. Fui a un concierto más que nada por contentar a mi mujer”, escribe en El capitán salió a comer y los marineros se tomaron el barco. “Llegamos tarde. El grupo ya estaba tocando, a todo volumen, un sonido ensordecedor. 25.000 personas. Aquello vibraba, pero las vibraciones duraban poco. Era bastante simplista. Supongo que las letras no estaban mal, si conseguías entenderlas”.

Bukowski (1920-1994) era un apasionado de la música. Pero de la música clásica. No podía escribir sin su radio encendida, pero a la hora de recitar en teatros o salones atiborrados, solía comportarse como Johnny Rotten en la mejor época de los Sex Pistols: hacía ademanes al público, respondía los insultos, lanzaba botellas y hasta sillas cuando le contestaban algún poema. Más de una vez todo terminó a puñetazos con la concurrencia.

Justamente esta atmósfera es la que durante el último tiempo han intentado perpetuar en CD diversos sellos independientes; han recuperado muchos de los conciertos que Bukowski diera tanto en Estados Unidos como Alemania. Son discos de un cuidado trabajo gráfico que circulan como si fueran documentos de música punk. At terror street & agony way, Poems and insults y 70 minutes in hell son algunos de los títulos disponibles en sitios especializados en la red.

¿Cómo suena la voz de Bukowski? ¿Debe sonar de un modo especial? ¿Es una voz traposa, oxidada y al borde del alarido gutural? Nada de eso. Al menos en 70 minutes in hell, registrado en 1969 y editado por el sello alemán Chinaski Records, oímos 20 poemas salidos de una garganta cansada, pero que a medida que avanza recobra la vitalidad de sus mejores textos. Da lo mismo no saber inglés. La voz del Viejo Indecente es el susurro de un abuelo bonachón, como la de todos los abuelos bonachones que vienen de vuelta y nada los asusta.

Además de los registros sonoros en vivo, el legado de Bukowski se ha extendido a tendencias musicales que, como buen amante la música selecta, habría odiado de todo corazón: rock progresivo, punk, tecno. Sin embargo, allí están, al igual que numerosos bares que llevan su nombre anunciado con letras de neón.

Con su proyecto Dioxid, el inquieto Sergi Puertas editó en 2000 Ballet lessons for crippled hipsters, cuyo último tema, The Wiseman, es una estrambótica mezcla de guitarras experimentales y teclados con la voz del poeta de Los Ángeles de fondo.

Bukowski siempre fue indiferente al impacto de su poesía en los más jóvenes. Parecía no importarle gran cosa que textos como El genio de la multitud y Una historia real fueran tomados como himnos. Con el pésimo humor con que pasó sus últimos meses de vida, de seguro le dio lo mismo que Bono se hubiera inspirado en los poemas de su libro Days run away like wild horses over the hills (1969), para crear la canción Dirty Day (1993), un tema en que el cantante irlandés improvisa en el micrófono intentando hacer el mismo ejercicio que Bukowski hizo 24 años antes: recordar a su padre a partir de su propia paternidad.

Patricio Jara nació en mayo de 1974 en Antofagasta, es escritor y periodista. Autor de los libros “Quemar un pueblo”, “Prat”, “El Exceso”, entre otros. Sus textos periodísticos han sido publicados por las revistas Deporte Total, The Clinic, Fibra, Muy Interesante, El Sábado y Revista de Libros, de El Mercurio, National Geographic y Rolling Stone.

http://www.patriciojara.cl/

Artículo extraido de http://desmadrerestobar.cl


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