Mi polla era la polla de todos los muertos de hambre del mundo, de todos los enfermos y salidos, yo los alimentaba con fantasías, sanaba los carcinomas que habían hecho engordar la religión, la moral, el pudor, el rechazo, sí, mis películas interesaban a alguien, se convertían en objetos de culto, yo había nacido para eso, había nacido con ese don, aquella minga como una grúa, capaz de levantar todas la basura del mundo y arrojarla a la papelera –junto con unas cuantas servilletas de papel—.
Próximamente
Patxi Irurzun
En los años 80, Dick Grande, un barrendero “heavy” de Pamplona se convierte accidentalmente en estrella internacional del porno”. ¿El secreto de su éxito? Su privilegiada herramienta de trabajo (la “blakandeker”), sí, pero sobre todo su aspecto de hombre vulgar: tirillas y difícil de ver, cuando aparece en sus películas haciendo el amor con las mujeres más hermosas del mundo, los hombres solos, tristes y rotos creen que pueden ser como él.
Dick Grande recorre los santuarios secretos del porno “amateur” —La Habana, París, Bangkok, Manila, México DF…—, funda un movimiento musical (el porno-rock radikal vasco), financia involuntariamente con sus películas una guerrilla maoísta… Pero él también es un hombre insatisfecho, que solo persigue desesperadamente el corazón de la mujer que le introdujo en el mundo del porno: la dulce y sucia Janis.
Brutal y tierna, soez y poética, animal y, por ello, terriblemente humana, ¡Oh Janis, mi dulce y sucia Janis! se convierte, bajo la apariencia de una novela de género (erótico) en un pimpapúm social que no deja títere con cabeza y un artefacto infalible para hacer reír a mandíbula batiente mientras una pantera resopla en nuestra entrepierna.
Por fin una novela atrevida (que antes fue novela-blog y recibió medio millón de visitas), escrita a tumba abierta por un autor valiente para lectores valientes cansados de leer solapas de libros que nunca cumplen lo que prometen.
(Esteban Gutiérrez)
Me he reído un montonazo pero además me ha interesado mucho la historia, que de trivial no tiene nada. Creo que es mucho más que una novela humorística (...) Tamaña irreverencia en la que no se adentrarían jamás unos cuantos de "nuestros irreverentes" profesionales.
(José Luis Moreno Ruiz)
(Josu Arteaga)
Que vaya bonito con este nuevo proyecto. Considerad uno de los brindis de ayer con olor a fritanga en su honor.
ResponderEliminarMe muero por leerla Patxi!!!
ResponderEliminarMucha suerte con el nuevo hijo!!!!
Martin Roldan Ruiz