Para mí, sin duda (seguida de El quimérico inquilino), la mejor y más desasosegante película de Roman Polanski, Repulsión (1965) retrata un deterioro y un derrumbe, un claustrofóbico mundo que se resquebraja, una degradación sin catarsis y un descenso a los abismos de la mente y el cuerpo.
Morbosa y oscura, cortante y fría, epatante y siniestra, Catherine Deneuve nos regala uno de sus papeles más rotundos y pesadillescos, con secuencias que aún hoy cortan la respiración y arrebatos que ponen los de punta.
Y como siempre en el cine sesentero de Polanski, tintes de vanguardia y genialidad mezclados con elementos del thriller clásico de suspense.
Todo un deleite (perturbador) para los sentidos.
Repulsión in You Tube
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