martes, 17 de agosto de 2010

DMTFAGOS por Vicente Muñoz Álvarez.


Se alimentan de nuestra glándula pineal. Casi todo lo demás son conjeturas. Ni siquiera podemos verlos. Ni siquiera sabemos qué son. Nuestros cráneos se resquebrajan súbitamente como cáscaras de nuez mientras dorminos y desde el interior algo nos succiona la epífisis, suponemos que debido a la dimetiltriptamina (DMT).

Así lo confirman todas las autopsias de los cadáveres.

En pocos días han diezmado la tripulación de la nave. Uno tras otro, a medida les iba venciendo el sueño, nuestros hombres han ido cayendo con el cerebro hecho trizas, convertidos sus rostros en masas deformes de carne y hueso, dejando riadas de sangre a sus pies.

De nada sirve esconderse, armarse, estar alerta... Nos hemos turnado para dormir, vigilándonos unos a otros, atentos a cualquier movimiento o indicio, pero todo ha sido hasta el momento inútil. Repentinamente, sin previo aviso, nuestras cabezas revientan por dentro, dejando al descubierto el cerebro, y una especie de energía o presión nos absorbe la epífisis.

La única defensa que conocemos es la vigilia, pero sin dormir no podremos sobrevivir mucho tiempo.

Sólo quedamos cuatro de los veintitrés miembros de la tripulación: el capitán XenRa, los oficiales CCor y SiCh (cada vez más alterados), y yo, piloto de la nave Vinalia Trippers. Los demás han ido sucumbiendo inexorablemente al virus.

Arrojamos sus cuerpos amortajados al espacio para evitar su descomposición y posibles contagios, y nos dirigimos ahora al Planeta T, intentando a toda costa mantenernos despiertos.

Tuvo que ser en alguna prospección de los asteroides que exploramos... Algún organismo o infección, algún ente, alguna presencia... Aunque todo, insisto, de momento son conjeturas. La única certeza es que el virus (por llamarlo de algún modo) ha exterminando a la tripulación de la nave y ahora somos los únicos supervivientes.

Hace horas que nos deshicimos del cuerpo de JoSs, la última víctima... E intentamos, rumbo a T, mantenernos despiertos...

Pero quedan aún seis días para llegar... Y no podremos evitar, en algún momento, quedarnos dormidos...



Ilustración by Julia D.Velázquez.

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