Días de circo,
con la sonrisa equilibrista
en la cuerda de mis labios
luchando por no emprender
su vuelo kamikaze hacia el vacío.
Coserme en la solapa,
una a una,
cada lágrima, como lentejuelas
y salir a la pista central
olvidando todos los malabares
que mantenían a mis sueños
a salvo de la gravedad.
Buscar en mi lengua
el chasquido exacto de látigo
para que no me alcancen las fieras...
pero hoy, han de roerme
hasta el hueso.
Liarme los posos del café
y fumarme los pronósticos de tristeza
para anclarlos al pulmón.
Enterrar en mimbre,
todas las serpientes de humo,
que no consigo domesticar.
Enmudecer ante el micro.
Sentirme pequeña y desnuda
bajo la carpa binaria.
Días de circo,
con restos de desengaño en las pestañas.
Quitarme la pintura de payasa
y la siguiente
y siguiente
y siguiente máscara
hasta asumir el desarraigo
ante el espejo.
Gracias por pasarte y por el link. Ahora ya sé cómo llegue al otro blog jeje. Que vaya bonito
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