martes, 22 de junio de 2010

LLUVIA por Esteban Gutiérrez Gómez.


Te lames el dedo
después de apartarlo de la herida,
piensas que, quizá,
dejen de arder los campos de adormidera.

Miras al suelo,
quisieras no caminar sobre las aguas,
convertir tus piernas en estacas.

No te importa,
levantas la cabeza y no te importa,
ofreces tu rostro a la bruma,
que lo devore toda aquella tempestad,
que enjuague cada poro de tu piel,
que las sal de tus párpados te recorra el cuerpo,
que se deslice, que te cubra,
que sedimente a tus pies.

Miras al suelo,
quisieras no caminar sobre las aguas,
enraizar en ese lugar soñado,
en donde, quizá,
te sientas segura.

Pero la tormenta pasa,
pronto todo se calma,
acaba la furia
y los árboles dejan de estremecerse,
acaba y tan sólo queda el silencio,
y el triste dibujo de una sonrisa idiota

y un par de zapatos mojados en tus pies.


Esteban Gutiérrez Gómez, del poemario Cosas que de verdad importan (inédito).

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