lunes, 15 de marzo de 2010

LA REVOLUCIÓN ELECTRÓNICA


William S. Burroughs fue un genio y un visionario. En La revolución electrónica (que incluye dos de sus ensayos, un prólogo de Carlos Gamerro y una entrevista que le hizo Tamara Kamenszain) nos habla del lenguaje de los hombres, de la palabra escrita y hablada, como un virus. Y nos lo demuestra. La escritura, dice, es aquello que nos diferencia de los animales. El hombre, mediante esa herramienta, articula el tiempo y transmite el saber. Escribe Burroughs: Mi teoría fundamental es que la palabra escrita fue literalmente un virus que hizo posible la palabra hablada. La palabra no ha sido reconocida como un virus porque alcanzó un estado de simbiosis estable con el huésped. Y, como digo, lo demuestra con varias teorías, entre ellas la del Caso Watergate. Por ejemplo: si nosotros difundimos una información alternativa a la información de los medios establecidos, y la gente la cree y la difunde, habremos extendido el virus de la palabra que se aloja en cada huésped y se reproduce y expande. La existencia del virus es el síntoma.

Dice en uno de los ensayos: En La revolución electrónica presento la teoría de que un virus es una unidad muy pequeña de palabra y de imagen. Estos textos datan de los 70, con lo cual, para empezar, Burroughs ya se anticipaba a los virus digitales, los virus de internet que aúnan palabra e imagen y buscan un huésped para multiplicarse y sobrevivir. Entonces, mediante la palabra y algunos grabadores de audio y vídeo, el hombre puede establecer una revolución en la sociedad, una revolución electrónica en la que no falta la célebre técnica del cut-up. Quien controla las grabaciones, controla el poder. Esto es un breve resumen, pero ni de lejos se acerca a todo lo que expone Burroughs con su lucidez y su sabiduría matemática. Es la obra de un genio. Un libro que no estaba traducido aquí y que ha sido publicado por la editorial argentina Caja Negra. Por cierto: fue David González quien me dijo que leyera estos ensayos, que resultan imprescindibles para quienes escribimos. Agradezco mucho su recomendación. Y os dejo con un párrafo:

La prensa clandestina podría cumplir esta función de manera mucho más efectiva a través del uso de las técnicas de cut-up. Por ejemplo, preparen cut-ups de las declaraciones reaccionarias más espantosas que puedan encontrar y acompáñenlos con las fotos más espantosas. Denle ahora un tratamiento con ruido babeante, animal, y reprodúzcanlo con grabadores sobre aquel balbuceo. Introduzcan una página caótica en cada capítulo transcripto de un cut-up grabado de noticias, radio y TV. Propaguen las grabaciones de lo balbuceado antes que el periódico llegue al puesto de periódicos. Es una sensación extraña ver un encabezado que ha estado dando vueltas y vueltas en tu cabeza. La prensa clandestina podría agregar un balbuceo intervenido a sus anuncios publicitarios y proveer un servicio de publicidad único. Intervengan el producto con canciones pop, con anuncios publicitarios y jingles de otros productos y desvíen las ventas. El que dude de que estas técnicas funcionen lo único que tiene que hacer es ponerlas a prueba. Las técnicas aquí descritas son utilizadas por la CIA y agentes de otros países…

[Traducción de Mariano Dupont]

José Ángel Barrueco, del blog Escrito en el Viento.

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