Andar por el filo
de la navaja
no es deconocido para mí.
He estado ocho meses,
espero que ninguno más,
tentando la arista metálica,
y salí limpio,
sin cortes.
Ejercer de funambulista
sobre el borde,
no fue fácil,
te lo digo de veras,
y si no lo crees
interroga a cada una
de las horas
que pasé insomne,
borracho,
con el miedo a tener ganas
de precipitarme
por el patio de luces.
Pregúntale a mi cama,
abandonada tanto tiempo
por miedo a querer dormir
y no poder,
al puto reloj
que avanzaba veloz
entre pastillas
y contínuos viajes al baño,
sin darme tregua.
Ya te he dicho
que no fue fácil
salir sin un tajo.
Ahora, lo difícil,
es seguir entrando
por la puerta de casa
y encontrar,
cada día,
el palo que me permita
seguir haciendo de funambulista
para no caer y decapitarme.
Por si volviese a aparecer la navaja.
de la navaja
no es deconocido para mí.
He estado ocho meses,
espero que ninguno más,
tentando la arista metálica,
y salí limpio,
sin cortes.
Ejercer de funambulista
sobre el borde,
no fue fácil,
te lo digo de veras,
y si no lo crees
interroga a cada una
de las horas
que pasé insomne,
borracho,
con el miedo a tener ganas
de precipitarme
por el patio de luces.
Pregúntale a mi cama,
abandonada tanto tiempo
por miedo a querer dormir
y no poder,
al puto reloj
que avanzaba veloz
entre pastillas
y contínuos viajes al baño,
sin darme tregua.
Ya te he dicho
que no fue fácil
salir sin un tajo.
Ahora, lo difícil,
es seguir entrando
por la puerta de casa
y encontrar,
cada día,
el palo que me permita
seguir haciendo de funambulista
para no caer y decapitarme.
Por si volviese a aparecer la navaja.
Ángel Rodríguez Muñoz, inédito.
gracias a vicente y todos los de hankover por este poemilla en vuestra página.
ResponderEliminarde veras, un abrazo y mil gracias
angel, voltios.