La vida y el amor, qué duda cabe, son mundos extraños, llenos de coincidencias y sorpresas, de hilos conductores y de caminos cruzados.
Conocí indirectamente a Pepe Pereza hace unos años, a través de su libro Poemas cansados, y ya entonces me llamó la atención su poética, cotidiana y real como la vida misma, nostálgica y gris, pero también llena de luminosos destellos. Yo mismo me encargué, a través de los editores, de conseguir su correo electrónico y contactar con él para hablar de ese libro, manteniendo a partir de entonces una esporádica pero amistosa correspondencia.
Así hasta que hace algunos meses, coincidiendo con la apertura de hankover.blogspot.com (que Patxi Irurzun y yo nos sacamos de la manga para promocionar la antología Resaca/Hank Over), Pepe me envió el borrador de estos Amores breves, solicitando mi opinión al respecto.
Fui leyendo el libro a ratos, de cuando en cuando, y subiendo fragmentos periódicamente al blog, y fui también, a medida los iba seleccionando y publicando, enganchándome al tono y ritmo de su prosa, a su aplastante lógica y filosofía encubierta, a su aparente sencillez y clarividencia...
Luego llegó Nos hacemos falta, película que un buen día, sin ningún comentario añadido (salvo que me gustaría), Pepe me recomendó y mediante la cual descubrí su faceta de actor, de la que curiosamente nada me había dicho hasta entonces... Y en un gremio como el nuestro, lleno de voceras y trepas y chaquetas condecoradas de premios, os aseguro que un detalle de semejante humildad es realmente atípico y gratificante (sé de muchos que lo llevarían tatuado en la frente en letras rojas).
Ambas facetas, literaria y cinematográfica, están ligadas muy sutilmente en este libro que, como pronto podréis comprobar, es tan carnal y palpable como reflexivo y poético: Amores breves y absurdos, amores prohibidos, amargos, dulces, sucios, de invierno y verano, amores rotos, que nacen, que se deterioran, que mueren... Un complejo catálogo de formas de desear y sentir, con el que, estoy convencido (lo digo por propia experiencia), el lector se identificará plenamente.
Porque si algo precisamente seduce de estos relatos es la sinceridad y espontaneidad que destilan, su credibilidad, su cercanía y sensualidad de andar por casa, y la intención que su autor proyecta en ellos, esos detalles aparentemente insignificantes que describe y que son los que realmente cautivan, desacralizados de romanticismo y aún así románticos, crudos y casposos a veces, emotivos y llenos de entusiasmo otras, pero en cualquier caso fieles a la realidad de pareja que todos, por suerte o por desgracia, alguna vez hemos vivido.
Siempre he pensado que lo que en el fondo buscamos como lectores de un libro es encontrar en él nuestro propio reflejo, una forma de interpretar la realidad semejante a la nuestra, y a ser posible, también, alguna revelación en sus páginas que justifique nuestra permanente deriva.
En los 50 relatos que integran estos Amores breves el lector se sentirá identificado con múltiples conclusiones, razonamientos y puntos de vista, y en más de una ocasión se sorprenderá al descubrir complicidades y guiños que parecen dirigidos exclusivamente a él... Técnica esta, más difílcil de lo que aparenta, que siempre he admirado y que procuro tener presente en todo momento en mi obra: Partir de lo singular y propio para reflejar lo colectivo y múltiple.
La vida y el amor, qué duda cabe, son mundos extraños, llenos de coincidencias y sorpresas, de hilos conductores y de caminos cruzados, que libros como este ayudan a sobrellevar y entender, y a encarar con una maliciosa sonrisa en los labios.
Arremangaos, pues, los pantalones, y seguid el sendero de baldosas amarillas...
Vicente Muñoz Álvarez.
Prólogo para el libro Amores Breves (inédito), de Pepe Pereza.
Formidable prólogo, pero merecidísimo, por lo que leo a diario de Pepe, por lo que me transmite de cercanía, humildad, una categoría humana que trasciende a lo literario... Es un maravilloso regalo, poder descubrir todo lo descrito. Millón de gracias por tus palabras y por el talento que derrocháis, a los dos.
ResponderEliminarUn besazo, Vicente.
Un besazo y feliz alumbramiento Pepe.
grandes soís copón.
ResponderEliminarPepe es un artistazo, además de una gran persona y amigo. Qué decir de Vicente. Un abrazo para los dos y mucha suerte para estos amores breves, que durarán mucho.
ResponderEliminarPatxi
He de decir (y os aseguro que no es falsa mosdestia) que el prólogo de V. es mucho mejor que todo mi libro. Lo que Vicente ha hecho (y está haciendo)por mí no tiene precio.
ResponderEliminarV, amigo, qué puedo decir sino trillones y trillones de gracias.
Begoña, Gsús, Patxi un abrazo de esos fuertes.
Pepe pereza y Vicente Muñoz son, y lo digo sin ningún ánimo de hacer la pelota, dos de los grandes en la literatura alternativa española.
ResponderEliminarAbrazos.
te mereces
ResponderEliminaresto
& más,
Pepe:
tiempo
al
tiempo.
Salud
& Pura Vida
para todos/as:
v