Ensalzada por algunos como obra maestra y denostada por otros muchos como bodrio infame, Los cuentos de Canterbury (1972), de P.P.Pasolini, es, sin duda alguna, un film psicotrónico e irreverente, sarcástico y excesivo, escatológico y sensual, que no podíamos dejar de reseñar tarde o temprano entre nuestras cult movies para llevarse al infierno. Segunda parte de la Trilogía de la Vida (junto a El Decamerón y Las mil y una noches), Los cuentos de Canterbury (adaptados muy subjetivamente de la obra de Chaucer), destilan feísmo, ironía y truculencia por los cuatro costados: adulterio, hipocresía, gula, lujuria, traición, avaricia... y fascinan por su atemporalidad surrealista y esa especie de costumbrismo hiperbólico, casposo y exaltado, con el que Pasolini (un grande entre los grandes) caracteriza a los personajes, convirtiéndoles en estereotipos histriónicos de la naturaleza humana.
Todo un placer (perverso) para los sentidos y otro clásico imprescindible en nuestra videoteca. v.
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