Qué puta es la vida. No me gustan mis realidades. ¿Quién coño soy? ¿Quién fui? ¿Dónde están los restos que he perdido por el camino? En una orgía yo sería el tipo gris que reparte condones, el que se sienta en una silla y se la pela cabizbajo contemplando el espectáculo. Esto es una guerra sin descanso. Comienzo a temer a las sensaciones. Comienzo a tener miedo. ¿Qué dicen de mí?¿Qué dicen de ti? Espejos, por eso creo odiarte a veces. Yo no puedo escapar. Secos mis ojos y mis venas. No quiero pensar pero pienso. Pienso, luego existo: no quiero existir. Te quiero a ti mas ¿qué hacer? Todo termina. He caído en un mundo desolado, podrido. ¿El amor? Sí, pero ¿y el dolor? El fin sólo llegará con la oscuridad. No tengo valor. Hay cosas que nunca podré controlar.
Frente al fuego ausente, frente a la caricia anhelada, frente al dolor, escribo.
Ilustración by M.C. Escher.
Cómo me gusta este poema, Javier eres grande, y este cierre es un broche con pedrusco.
ResponderEliminarA pesar de los pesares, escribo. Me encanta. Un besazo.
Gracias a los administradores del blog por colgarlo.
ResponderEliminarGracias a ti, Begoña, por tu apoyo.
Saludos!!