Esta noche en un sueño, cuatro de la mañana
-lo sé porque ha sonado cuatro veces
el reloj de pared que no hay en casa-,
se organizó un desfile de héroes y villanos.
Era una procesión, llevaban capirotes,
cirios, penas, promesas, tronos de dioses muertos,
vírgenes disecadas... Se rezaban rosarios
por la gloria de los superpoderes,
se cantaba la salve por las calles de Gotham,
todo un valle de lágrimas perdiéndose en la lluvia.
Yo, que no lo entendía, me llenaba de orgullo,
rezaba, les ponía flores blancas...
Y nadie me lo dijo, pero llevaba años
desfilando con toda devoción,
llorando por detrás de sus escudos,
de sus trajes de lycra, de sus capas...
Me veía mayor después de mucho tiempo,
y me había quedado
para vestir
superhéroes. Yo,
que nunca he sido socio de la Marvel,
ni he visto sus capillas de papel,
ni su sangre de tinta. Yo, que nunca fui digno,
pero siempre he crecido en los milagros
y creído en los sueños.
Hace poco también yo, tuve una pesadilla de Semana Santa, muy bueno!!!
ResponderEliminarPues gracias, Begoña. Me alegro mucho de que te guste este poema mío.
ResponderEliminarY a los hijos de Satanás, mil gracias por ponerlo y por la atención.
Un e-brazo