domingo, 14 de septiembre de 2008

MI JUEGO FAVORITO:EXISTENCIALISMO CRISTIANO, por Lucía Fraga.


Mi juego favorito empieza en un hueco que nadie conoce entre la tapia del cementerio y el zócalo por el que corre el agua de la lluvia. De niña, me habían dicho que el agua era negra, porque arrastraba las cenizas de los muertos. También me dijeron que moriría ahorcada, porque se me notan demasiado las venas del cuello.
Allí hay un nido de arañas, con su araña madre y su arañazo padre. A mí me gusta arrodillarme, aunque penetre hasta el alma el olor a podrido, y acercar a mis víctimas una salvación tramposa con forma de varita verde. Primero suben las hijitas confiadas que hasta se permiten pasear por mi mano. Cuando yacen ya en el fondo de mi palma hecha arrullo de asesinos, las atravieso con la ramita hasta que el extremo roza mi piel. Qué angustia más estúpida la de las arañas empaladas. Abren y cierran las ocho patas como señal de lucha, pero con una tripa fuera y un grito tan pequeño que ni la lluvia tendría oídos para escuchar . Y todas como idiotas se acercan a la mano. Algunas tardan en morir, cuanto más gordas, más resistentes. A esas me gusta arrancarles las patas y hasta convertirlas en pelonas cabezas de alfiler.
Algo tengo de araña o de Dios, porque el goce se inicia en la autodestrucción y culmina con la risa de los hijos imbéciles que vemos morir después de tenderles la mano.

Lucía Fraga, de El goce de el dolor ( inédito ).

2 comentarios:

  1. buah, niña, los pelos de punta. te quiero por ésto, por tu crueldad casi divina, hija de satanás.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Deb, yo te quiero por tantas cosas...

    ResponderEliminar