viernes, 20 de junio de 2008

EL BORRACHO, por Vicente Muñoz Álvarez


Se pierde su mirada en el vacío y su rostro refleja el sinsentido. Con su estúpida sonrisa pretende inútilmente coordinar alguna frase. Tiemblan sus manos, flaquean sus piernas, pugna a cada instante por guardar el equilibrio. E intenta explicar cómo fue un lejano día alguien respetable a quien la mala suerte ahogó en alcohol. Pero súbitamente se lo impide un hipo traicionero o una carcajada que ni él logra entender.

Aunque no todo sean sonrisas. Es aflictiva la resaca e insoportable la abstinencia. Dormido en un portal vio la sombra escurridiza de la Parca en forma de arácnido y reptil. Sintió deslizarse junto a él su cuerpo viscoso y pudo oler el hedor de sus fauces carroñeras. Pero escapó una vez más con su botella. Dentro aguarda el paraíso y el infierno, el orgasmo y el dolor: náyades y ondinas, vírgenes y diosas, númenes hinchados que se ahogaron hace siglos... Todos son sus compañeros y le ayudan a olvidar, cuando abrasan sus entrañas, que fue un lejano día alguien respetable a
quien la mala suerte ahogó en alcohol.

Vicente Muñoz Álvarez, del volumen Marginales ( EJE ediciones, Colección Cúa, 2008 ). Ilustración by Mik Baró.

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