EN VEZ de toda la paz elegimos volvernos locos
una pesadilla de sepias borrosas
una pesadilla de sepias borrosas
y tenedores de corcho y masticar peces fluorescentes
y derramar el elefante de sangre que llora sobre una página
Merecía la pena arrimarse al traqueteo de la ortiga, a la sabiduría del neón
ahora, años más tarde, me doy cuenta, era imposible no desear siempre más
No había logro pero tampoco opciones
No había logro pero tampoco opciones
Conocíamos la ficción de las palomas, sólo veíamos sus cráneos
diminutos y frágiles como cáscaras deshidratadas en el hoyo
diminutos y frágiles como cáscaras deshidratadas en el hoyo
Nuestra meta era un ir y venir de llagas desatadas
Idioma donde se observa la vidriera prohibida
Flujo en el bigote y filosofía en el hígado sin culpa. Vaginas, lectura y vigilias
Dormíamos el celuloide con un jardín de hilos y mimbres sin perfume o cloroformo
Es innecesario decirlo
Es innecesario decirlo
pero hacía calor sobre la cuneta aunque no nos disparaba nadie
y no vivíamos en Hollywood
Pero silbábamos delante de todas las sirenas
con destreza alfa de tulipán salvaje
con destreza alfa de tulipán salvaje
Nuestro cómputo de carne y sudor llenaba el aire de lejía
Y nos deseaban sólo las mujeres que no amábamos
pero era posible jugarse la vida por una tontería
y nos importaba bien poco si tú
o ella
Y nos deseaban sólo las mujeres que no amábamos
pero era posible jugarse la vida por una tontería
y nos importaba bien poco si tú
o ella
O para maldecir la tierra inmóvil, vete tú a saber si no
preguntábamos con lengua ciega a la hora de las rosas mudas
preguntábamos con lengua ciega a la hora de las rosas mudas
para esparcir el sonido de una estela precaria como coroneles viudos conscientes de sus
medallas
Sin tiempo apenas para pensar en nada
Sin tiempo apenas para pensar en nada
Después de todo este camino, no he encontrado a nadie como tú
Con los trenes me distraigo y en un túnel. El tuyo
El mío, sigo buscando aún
El mío, sigo buscando aún
El resto del mundo me odia
Sólo tú no me odiabas
Pero yo escribo a diario
y ni hay olvido
Sólo tú no me odiabas
Pero yo escribo a diario
y ni hay olvido
ni arrepentimiento.
Arturo Méndez Cons, del poemario El trigo del loco ( Ed. Cocó, 2008 )
yo soy la presidenta del club de fans. es mio! es mio!
ResponderEliminarenhorabuena, Arturo, y todo lo demás.
presidenta y único miembro, (honorífico eso si)
ResponderEliminargracias, guapa.