Veinticuatro años.
No tengo nada.
Ya he tendido los ojos para siempre
a este hermano imbécil o santo del poema.
He cortado las sogas al trapecio
y al caer he cantado.
He tenido coágulos de flores en todas las heridas.
He caminado países
he vuelto
hoy me vuelvo a ir.
He mendigado en puertos extranjeros
y en trenes que cruzaban Europa.
He soñado con Blaise Cendrars.
He tocado la guitarra en una calle de París.
He tenido miedo en Estocolmo
bajo la nieve.
He juntado papeles por la calle
para ir a escribir a una plaza
en la madrugada.
He trabajado, he sido bueno.
Agradezco estar vivo y amar.
Amar a los adolescentes.
Amar a Dylan Thomas y Allen Ginsberg.
Amar a los sucios y a los locos.
Amar a los negros.
Amar Woodstock.
Amar todas mis visiones.
Amar a mis amigos.
Amar el mar.
Amar la mágica incertidumbre del camino.
Y sé
que el poema sobrevivirá a todo.
Raúl Núñez, del poemario People ( Tusquets, 1974 ).
ha sobrevivido, hermano, y aquí tienes la prueba. salud & libertad. siempre.v.
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