martes, 2 de junio de 2015

3 POEMAS de ANOGREXIA por David Benedicte.




KARAISKAKI SQUARE

El hecho es que –digamos lo que digamos–
no nos sentimos europeos. Nos sentimos «fuera».
Y peor es lo mal que nos sienta cuando nos lo dicen…
Lleva a Grecia en tu corazón, y sufrirás un infarto.


Nikos Dimou. La desgracia de ser griego


Yo soy de los que cuando llegan
a la capital de un país
al borde del ‘crack’ financiero,
se dejan racanear euros
en un taxi, entre otros sablazos.
¿No va en el ‘debe’ del expolio?

El hombre nace, luego muere,
pero el derrumbe permanece.
También para esto hay que temer
con auténtica valentía.

En los WC de Europa perecen
generaciones al completo.
Por las noches, algunas bailan.


HAIKU PEPPERONI

Telepizzero
es el feroz centauro
de este lugar.


GRANADA VISTA DESDE EL CIELO

Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cricri de las margaritas
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro. 
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.


Federico García Lorca


Tras una pelota, siempre va un niño.
Detrás de un niño, corre siempre un cura.
Dentro del cura, se aloja el barranco.
En un barranco, mataron a Lorca;
debajo del cual, trompetea Falla,
a quien se suma el cantaor Morente:
son tres tristes muertos resplandecientes
que arrastran, zombis, la funesta facha
de un microondas desenchufado.
Lorca, Falla y Morente. En un barranco.
Trotan delante de un cura, y de un niño,
en busca de esa pelota menguante
que recubra el Sacromonte de estrellas
con sus brazos en cruz de cruz de mayo.
Y entre tanto desorden, un disparo
de luz que maniata al tiempo con cándidas
cuerdas crueles. Cuerda niña. Cruel cura.


David Benedicte, de Anogrexia.

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