sábado, 9 de marzo de 2013

PEQUEÑA POESÍA POSTRAUMÁTICA






PRÓLOGO por ANA CURRA

Fue el 15 de Agosto de 2012,en el Café Antzokia,el primer día de la Bilboko Aste Nagusia al terminar el concierto de "Ana Curra presenta El Acto".En el camerino todo era adrenalina en exceso,acabamos el concierto con" Autosuficiencia" y "un Día en Texas",alto voltaje.Los amigos,conocidos y quien quiso empezaron a desfilar por la trastienda entre sudor,endorfinas y lo propio de un fin de fiesta.

Se me acercó,quería estar pegada,plasmar y congelar el momento,una y otra vez,otra..,y otra mas.Ella quería agradecerme "todo" por nuestra música que le había acompañado en su adolescencia.

LLamó mi atención su actitud implorante,parecía un gorrión bateado por el viento y expulsado precozmente del nido.Su carita aniñada y dulce sonreía con devoción y con freno de timidez.

Algo me dice que nunca supo que la carcajada también existe.No pasó desapercibida para mí entre todos los allí congregados en el ritual de El ACTO.

A mi vuelta a Madrid colgó nuestra foto en su perfil y comenzaron nuestras misivas.Me fijo en sus escritos,pensamientos y referencias musicales.Me sorprende su forma de expresarse y el contenido de sus comentarios.

- Conexiones aparentemente fortuitas.El Ángel-

Gara me escribe emocionada,ha descubierto "Polvo de Ángel",el único disco que grabó" El Ángel y Los Volcánicos".Lo lleva escuchando sin parar y descubre que yo me encuentro en la grabación .Ha comenzado a tirar del hilo,a poner eslabones en la cadena.Ha descubierto un tesoro y quiere que más gente lo haga.Abre una página en el facebook y decidimos llevarla entre las dos.Yo le hablo del libro que publicó, "Los Planos de la Demolición".Gara se sumerge en sus poemas y canciones,le transmuta.

- Lapsus de comunicación-

Garatzi ha sido ingresada en el Hospital Psiquiátrico.Ha sufrido un resbalón,un acto fallido. Nuestra comunicación interrumpida.

-Hola Ana…estoy en el hospital…intenté suicidarme,menos mal que me salió mal…

Mis alarmas se disparan,me agobio,me desbordo…poco sabía yo de Ni Gara y menos aún de Garatzi.

Comienzo a hacer preguntas y sobre todo insisto en que escriba,escriba y escriba como le decía Don Genaro a Carlitos Castaneda.Así no te volverás loca.

-Lo siento Ana..tengo un trastorno de la personalidad.Soy pescatera,me encanta hacer música,escribir cuentos,letras….hace poco me quedé sin trabajo,dejé de comer…mido 1´73 y peso 50kg..y una persona a la que quiero muchísimo me ha tratado muy,muy mal..lo veía todo negro…no es que ahora lo vea rosa,ni blanco,pero quiero ir a tu próximo concierto y a muchos mas.

No sobro yo,lo que sobran son otras cosas.

A tu pregunta de quien soy y cual es mi nombre.Yo soy La Gracia.Por cierto,toda tu música ha estado presente en mi ingreso,no paraba de escucharte.Gracias por todo Ana.

" 1 que ocupa 4 " A Gara

por un momento me siento

como el Bautista en el Agnus Dei

no me gusta sentir eso

prefiero ser, Su Siniestrísima Majestad

no me gustan los corderos

mucho menos,bautizarlos

Gara me está tocando y dislocado

la bruja que llevo dentro

yo también padezco trastorno de personalidad

que tire la primera piedra quien no.

- El mar parecía en calma,era un espejismo.-

-Ana,el martes recibí un email terrorífico de mi madre en el que leí entre líneas que iba a quitarse la vida.Cuando llegué corriendo ya llevaba 6h con 120 pastillas encima.Estoy cuidando de mi hermano pequeño de 14 años,estoy agotada,apenas me levanto de la cama,he dejado mi terapia.

Que puedes decir? poca cosa.Me repito.Gara escribe!!!!,escribe o te volverás loca.(Se está construyendo su Pequeña Poesía Postraumática)

-Viaje a Londres-

Gara se va a Londres,una semana merecida de descanso.En una libreta que compra en el Teatro de Shakespeare y que le recuerda a El Ángel escribirá un montón de poemas y pegará un montón de recortes.Es un diario manuscrito que me regalará en nuestro próximo encuentro,en un concierto en Durango.A mi vuelta a Madrid me pongo manos a la obra,hay que sacarlo.

Garazi y su Yo penden de un hilo.Sus palabras no.

" canción" A Gara

la vida es un océano

al que nos tiran sin piedad

soñamos con un barco y navegar

pero pronto,muy pronto,hay que aprender a achicar

el barco está ebrio

y las olas azotan con furor

la música siempre suena

y nos ponemos a bailar

nos hundimos!! nos hundimos!!

grita el capitán

las gargantas afónicas

se han quedado sin voz

las palabras no.

-Nuestra última misiva-

-Gara,ha sido San Valentín…no has escrito nada al respecto? Estoy segura has sentido la tentación,para bien o para mal debieras hacerlo.Cambiando de tema,como madrina tuya que me has coronado,he de escribir una introducción a tu poesía.No me resulta nada fácil.Qué tal con tu último novio? 

Hola Ana!!! Aparte de lo del curro, voy bien. Ayer me marché de casa, no podía más, pedí sopitas en casa de mi padre y estoy aquí, tranquila. Nunca he sabido muy bien escribir sobre el amor; la verdad, el único poema que me salió así fue para ti!! "Poema de amor para una Musa". Tengo 26 años. Yo tampoco sé qué decir sobre mí, vaya lío, si hubiese estudiado algo quedaría super bien en el prólogo: Licenciada en filología hispánica y en historia del arte. Pues no. Terminé la E.S.O y dejé el instituto, me puse a trabajar de cajera de supermercado, luego en un videoclub, lo que iba saliendo, que por entonces era mucho. Lo dejaba, y sigo dejándolo todo a medias, quizá por eso nunca he sido capaz de escribir una novela, un ensayo o una obra de teatro (todavía). Así voy, buscando un sitio seguro al que ir. Mi escritor favorito es Dámaso Alonso, pero eso es una gaita porque me gustan muchísimos escritores y en muchos géneros, igual que en la música. ¿Podrías amar sólo una canción? Lo que pasa que le respeto porque sabía mucho y a mi juicio era muy humilde y se expresaba muy bien, cualidad que como podrás ver me falta mucho. Aprendí a leer con tres años y desde que tengo uso de razón he escrito, no sobre algo concreto sino lo que me iba saliendo en ese momento, sobre todo escribía relatos cortos y cuentos, incluso hace poco escribía letras para una banda que duró menos que su nombre. Ni significa yo en euskera. Nunca me había dado por escribir poesía hasta que me ingresaron en el hospital el año pasado, hace unos cinco meses, muy fuertemente influenciada por El Ángel ya no sólo por su poesía sino por su lección final frente a la vida. También ocurrieron cosas terribles durante esa transición. Y escupía en el papel. Así siguen las cosas, buscando mi sitio en el mundo con el corazón en un antro de Londres. Navegando en un barco fantasma sobre un mar de palabras. Pero gracias a ti ahora el barco tiene un Capitán, como los barcos de verdad, y a algún sitio irá. En él suenan los Pogues y amanecemos "envueltos en ron",como los buenos piratas, los Clash, Bukowski, Ezra Pound, Leopoldo María Panero, Su Ta Gar, Paralísis Permanenete, Italo Calvino ó Jesus and Mary Chain.

Estoy con gripe, pero continuará.
Un superabrazo eléctrico, muchas gracias por todo Ana, eres la mejor. ¿Tú crees en Dios?

Mucho y nada resta por decir,no importa demasiado lo que yo explique sobre Gara,lo que importa son sus poemas,letras,cuentos,palabras hilvanadas al son de su existencia,escritas con pudor,con verdad,con talento,con dolor,sin victimismo,con arrojo,con ternura,con crudeza,con todos los matices de la vida,de la suya.

Lo que yo creo sobre Dios forma parte de nuestra correspondencia y no merece protagonismo aquí.

Agradecer a Gsús Bonilla y Jose Manuel Vara su apoyo inestimable para que Ni Gara pueda ser leída por aquellos que tengan que hacerlo.


EPÍLOGO por  VARA

(Pequeña poesía postraumática)

Cada día me acostumbro más a la rareza. Lo diferente. Lo alternativo. Lo raro. Lo no convencional. Lo que da miedo al cuerdo, al coherente, al que acata las normas. El otro lado. Lo oscuro. La locura. De hecho, creo que sin “esto” ya no podría vivir, no podría entender lo que sucede en la sociedad que me rodea, en la que vivo, en la que me desarrollo y a la que he tenido la osadía o la inconsciencia de traer hijos, con la delirante intención de “cambiar algo”, aunque sólo se trate de aportar otro significado a nuestro estereotipado concepto de normalidad y realidad.

Voy cerca de los 50 y me arrepiento de no haber sido más visceral en algunas cosas, pero la historia ha ido así y no de otra manera. Afortunadamente, tengo un empleo que me ata cada día a la puta realidad y una familia que me apoya en los momentos de incertidumbre existencial. Creo, en el fondo, ser un ser afortunado. Y eso, hoy en día, es un lujo.

Internet nos ha hecho libres y nos ha hecho esclavos, pero también nos ha hecho próximos, siempre que basemos esta herramienta en algo productivo, creativo y sincero. Creo que de no existir internet, Neurótika Books no tendría sentido, ya que no tendría energía para llevarla a cabo como propuesta creativa underground. De sobras conocéis lo que me encanta usar este término...Neurótika Books existe porque vosotros queréis que así sea. Y a mí me encanta ese feedback contínuo. Esa retroalimentación de afectos, de emociones, de vulnerabilidades, de traumas, de deseos, de poesía, de dolor, de arrebato, de sinceridad, de heridas abiertas, de…lucha interna, de fascinación por descubrir infiernos interiores. Infernonautas que somos, en un mundo que nunca nos ha pertenecido. El mundo de los domadores de palabras, de los quiebraversos, y de los heridos en el alma.

Me siento así. Al lado de los enajenados, de los que usan la locura como alternativa a una sociedad enferma de cáncer de autismo emocional terminal, con todo el respeto a los autistas, esos transgresores natos de las normas de la comunicación universal, que nunca alcanzaremos a entender por nuestra incapacidad congénita a explorar otros caminos de entendimiento y de captación de la realidad ajena.

Infernonautas somos, aunque no lo queramos aceptar. Navegantes de los infiernos abisales de la emoción desgarrada, de la víscera y del trauma. Y yo aquí, escuchando al puto Nick Cave y su Murder Balladas, y releyendo el próximo libro de Ni Gara, “pequeña poesía postraumática”, esa revelación cercana al apocalipsis interno, aunque sea a escala reducida, pero con la suficiente relevancia como para atraer mi atención las últimas semanas, de forma tan intensa como soy capaz de sentir esas realidades alternativas que tanto anhelo, necesito y vivo, casi con una proximidad malsana, con una claridad perceptiva que me lleva a cuestionar mi concepto de la realidad. Esa dicotomía entre la que nos venden como cierta y la que anhelamos como necesaria. Y ahí se sitúa este librito, este puñetazo en forma de verbo libre, tenso y de extremada fiereza delicada. Gracias enormes a Gsús Bonilla y a Ana Curra por acercarme a las vivencias anímicas de Ni Gara, que desde hace algún tiempo ocupa un lugar especial en la trastienda alternativa de mi córtex cerebral, allá donde los guardianes de la razón no se atreven a adentrarse.

Infernonautas que somos. Unos pocos. Los privilegiados. Los supervivientes de un mundo en decadencia, de un mundo sin alma, de un mundo basado en la hipocresía bastarda de la tiranía emocional, donde llorar es delito de estado y sentir es un pecado castigado con cadena perpetua. Bienvenidos al mundo de Alicia, o, mejor dicho, al de Ni Gara. No apto para cuerdos. Quedan ustedes avisados.

Infernonautas somos. Y así renaceremos, más allá de la tiniebla castrante del miedo más atroz a ser uno mismo. Gracias, Ni Gara, por darnos la mano y guiarnos por la anímica emoción de tu bendito infierno interior.

José Manuel Vara
febrero 2013

IINSOMNE CRÓNICA DE LUNES por GSÚS BONILLA

El insomnio es una lucidez vertiginosa que convertiría el paraíso en un lugar de tortura.

E. M. Cioran
Un domingo imprevisible, amaneces de esta guisa: ojeroso y con resaca, como excomulgado de la vida común y de la gente de siempre. Temprano, que es como se iluminan los subterráneos. Al margen de la infinita resurrección en las buenas costumbres.

Te odias un poco, porque ya tienes una edad y quieres enmendar tus desatinos, cumpliendo como un guerrero, con tu oficio de progenitor.

Al parque, llévame al parque Papá -dice mi pequeña de dos años-.

Un cubito. Una pala. La rasqueta y un par ...de litros de agua. Souvenires de contienda, supongo. Armados de felicidad, contra el hábito y la mala praxis.

Nos.

Mi ella, y yo, dirección al terrario y al encuentro con otros holgazanes que también velan de sus pequeñas sílfides. Da comienzo, entonces, tu minúscula batalla festiva y matinal de flanes de arena, mocos pequeños, risas anchas y el brillo en los ojos que se desprende de los llantos insignificantes. Hasta que suena el móvil y se ha de poner fin a la contienda. Al otro lado del teléfono hay una voz urgente, que pide mi auxilio.

Ésa era, un poco, mi atmósfera literaria de las primeras horas, aquella mañana. Uno, que es desmemoriado, aunque crea que tiene una memoria paquiderma, se suele acompañar de una pequeña libreta y un mínimo lápiz. Una manera, de tantas, para atender al olvido. O, al miedo a perder detalle en las ocasiones mayúsculas.

Acontece, como decía, un domingo de primeros de Enero.

Tratamos de concretar lo que en unos días será un libro explosivo, y que reúne la poesía de cuatro autores de traca contemporánea. Uno de ellos es El Ángel, músico y poeta, incendiario de los últimos ochenta y primeros noventa. Ese día tengo el encargo y acudir (al de la llamada, mi editor, le es imposible) a una cita ineludible. Con la soberbia Ana Curra es el encuentro, como bienhechora de la obra de este autor, pues él, desde hace casi dos décadas, lamentablemente no se halla entre nosotros.

En una de las tantas calles céntricas de este Madrid mierdoso hay un museo a la caña de cerveza con su tapa. Es el día y la hora, seguro que más idóneo para venerar esta práctica, también para celebrar la entrevista acordada.

Entre caña y caña vamos glorificando los textos del poeta, limando tecnicismos, acordando el material a publicar. Entre caña y caña intercambiamos leídos añosos y lecturas recientes, y, entre tantos autores, de sus recientes, hay un nombre que destaca y sobresale en la boca de Ana: Garazi, dice. Insiste. Aúlla.

Ni puta idea. Se me escapa.

Garazi. Gara. Ni Gara (como nick virtual en la red de redes).

Tienes que leerla Gsús, se obstina Ana.

Supongo, que he de hacerlo.

No porque intuya cualquier atisbo de imposición, sino porque me influye más el hecho de que llamean sus pupilas al sugerirme tal lectura -hace mucho tiempo que supe que la sinceridad es algo muy preciado; tampoco he creído nunca que se ande por ahí, descuidándola, cuando no, derrochándola, como si fuese una moneda mal ganada-. Y Ana no habla, y mucho menos aconseja, de balde.

Es en esa misma tarde cuando me hago cargo del consejo de Ana y me incrusto en unas cuantas notas, algunos poemas, y, otros textos, que Ni Gara tiene subidos en su facebook.

Puedo decir, que aquél, fue un día de suntuosas emociones y recuerdo que me costó sobremanera conciliar el sueño, y, es muy posible, que aquella noche no durmiese o como mucho acabase, entre vigilia y vigilia, adormilado en el sofá. Es ahora, que retomo sus textos y leo esta recopilación de la corta, que no menor, obra de Garazi, cuando entiendo lo que definitivamente, aquella madrugada, me quitaba el sueño.

Acometí sus poemas con cautela y distancia. Me apasionaron los discursos y me atrapó el lenguaje.

Me turbó la idea de estar ante una poeta en ciernes. Por descubrir.

Y me topo frente a una autora que se encuentran en una primera infancia literaria, absorbiendo sobremanera el mundo que le rodea, en la que se digiere, poco a poco, sus conservadurismos inútiles de doctrinas y valores tradicionales; expulsándolos paulatinamente también, palabra por palabra, verso tras verso, poema a poema; ofreciéndonos, con el coraje y la transcendencia de los alevines incautos, el humus de los nuevos excrementos para la parálisis de las flores antiguas.

Es éste, justo el mejor momento, para sembrar, como cuando la tierra está húmeda y blanda; después han de transcurrir unos cuantos años. Antes de que a la mala hierba se le ocurra endurecer el terreno.

Es bastante caprichoso por mi parte, pero no me resisto en establecer cierta semejanza en el exasperante ejercicio de escritura de Garazi y la no menos enrabietada práctica de Félix Francisco Casanova (el invernadero, 1974; cuello de botella, 1976; El don de Vorace, 2010.); librar quiero, entre ambos, cualquier momento “sálvame” de tendencias suicidas y otras oscuridades que no le van al cuento, de manera que se me antoja y me ajusto a la afinidad que mismamente encuentro en la insultante juventud por la que ambos empiezan a interesarse por el ejercicio de escribir, la fascinación por la otra música y la escritura como hábito y exceso. La creación de universos delirantes en otro lugar bien distinto a los que en ésteconocemos; angustiosas realidades aparte, alucinantes como los sueños tuertos: Garazi en el estado de las pesadillas, posiblemente escribirá un venidero y postmoderno Lewis Carroll.

Del mismo modo, que de aquella dificultad para conciliar el sueño me implicó el adentrarme en el universo de Garazi, surgió también la idea de que la obra de ella encajaría de tal manera, como se ajusta un elástico guante sobre la mano, en el proyecto neurótiko de José Manuel Vara, pues Vara es un veterano clandestino en las cloacas de la literatura oficial de este país. Un outsider, con casi dos décadas de fotocopia, grapa y papel doblado, a sus espaldas; de iniciativas que tienen la identidad propia del que alcanza, por derecho, no dejar indiferente a nadie; adquiriendo sus propuestas otras profundidades, más allá de la mente común y que se hincan en el alma de cualquier mortal, acorralando al lector de subsuelos y catacumbas en el oxigeno de los precipicios.

Está casi que amaneciendo y he de ponerme manos a la/s obra/s de arte, así que contacto con él, y con la misma sinceridad que a mí me llegó, unas horas antes, al mediodía, a través de Ana, le recomiendo que lea los escritos de Ni Gara.

Y así se ve que lo hizo.

Obvio. Han pasado unos pocos meses desde entonces, y aquí estamos,

tan alegres y jóvenes, con la edición digital de “Pequeña poesía postraumática [ASCO] (Neurótika Books, 2013)”, la oficialidad en la poesía de Ni Gara, para el regocijo de los bichos de siempre, con la paranoia justa de los insomnes.

Gsús Bonilla. Feb, 2013

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