domingo, 21 de febrero de 2010

MONÓLOGO DE LO RARO by Crazy Lucy.


Lucy está frente al escritorio, siente retortijones, se levanta y camina hacia el baño.
Ok, ok!
A veces pienso que soy la persona más rara del planeta.
LUCY SE BAJA LOS PANTALONES Y EL CALZÓN DE FIGURITAS.
No sé si freak, pero sí rara.
¡Maldición, es lo mismo.
Soy rara.
Pero lo que nos parece raro, por lo general sólo es poco común, no?
Ok!
Conjuguemos el verbo enrarecer.
Yo enrarezco
Tú enrareces
Él enrarece
el Ella foxeano enrarece
No tengo nada qué hacer.
Pero si estoy cagando, qué chingados voy hacer.
¿Por qué pienso todo esto?
¡Ah, sí!
¿Si alguien me enrarece es porque esa persona está enrarecida?
Mi french poodle gato panda está ladrándome.
Noventa y nueve veces de cien pienso cuando estoy en el baño. Cuarenta y nueve punto cinco de las veces es en la regadera, la otra mitad en la taza de baño.
Siempre pienso, pero esta depuración es la primera que comparto.
"Soy la persona más rara del planeta tierra"
Lucy comienza a agarrar papel de baño, toma ocho cuadritos, los dobla uno por uno.
Uno dice siempre esto y siempre es cierto, hasta que conoce a alguien más raro o que sea poco menos común.
Lo igual no sirve, simplemente es igual.
Se necesita a alguien muchísimo más poco común.
No, no lo digo por el Misa, que me pasó hace unas semanas dos álbum de la banda Devil Doll, tampoco lo digo por Mr. Doctor.
Me pusé a pensar y olvidé por completo que estaba haciendo del baño, se me salió un chorrito de pipí y me asusté.
Pensé que había mojado mis calzones de figuritas y mis pantalones.
Sentí angustia, como el otro día que me hice pipí en la cama.
Lucy pasa su mano con el papel de baño por atrás de sus nalgas, luego lleva el papel hacia su cara.
Esto no se comparte, ya lo sé.
Ah! Eso debe sentir Mr. Doctor con su música que no comparte.
No entendía cómo es que haces algo y no lo muestras.
Parece una jalada de los pelos de la cola.
Pero no necesariamente es así, a lo mejor te da verguenza, o bien, simplemente es algo tuyo que no debe compartirse.
Ya se me durmieron las nalgas.
¡Vaya! Si tan sólo mis nalgas firmaran una petición al culo para que se levante.
Basta, tengo que irme.
Chale, pero si estoy en mi cabeza, ¿a dónde me voy a ir?
¡Maldición!

Crazy Lucy, del blog Los pequeños encuentros.

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