domingo, 7 de febrero de 2010

HAITÍ por Javier Belinchón.


Veo en la tele
-ventana enrejada que nos SEPARA del mundo-
rostros ensangrentados,
cadáveres llenos de polvo cuyas manos
-en primer plano- se extienden hacia nosotros,
niños heridos que no tienen
en las manos pan, sino piedras, escombros, lágrimas,
o a sus familiares muertos,
y miran a la cámara como quien mira al vacío,
como quien mira al vacío,

varios hombres utilizan puertas, colchones y carretillas
para transladar a los heridos y a los muertos,
decenas de personas caminan entre restos humanos y materiales,
hablan a las cámaras en su idioma -pero no hace falta saber
idiomas para entenderles-
piden ayuda: maquinaria, alimentos, agua,
-la piden hoy y la pidieron ayer cuando todo estaba en pie-
y alzan sus brazos hacia el cielo
-hacia la naturaleza-
que se ha unido a la pobreza
(y, por extensión, al poder)
en su misión de destruirlos.

Javier Belinchón, del blog Tinta en las Manos.

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por colgarlo.

    Un abrazo.

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  2. Efectivamente, es impactante la indiferencia con la que la naturaleza actúa sobre los más desprotegidos.
    Buena poesía.
    Saludos

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