viernes, 31 de julio de 2015

HARÉ ALGO TERRIBLE CON EL AMOR por Julia Roig.




Llueve sin cesar,
purgatorio húmedo que arranca la luz de cuajo,
deja que me abrase cuando aún me escueces y fuera todo es mar,
mi piel un cuero que intenta estallarte entre las manos
y mi corazón un animal que da tumbos en la imprudencia.

Deja que remonte tus ríos,
dueño de mi entropía,
mientras observamos las aves de nuestro crematorio
y llenamos nuestras petacas de desconsuelo
para la hueca euforia del ebrio.

Siempre habrá alguien al otro lado que nos pedirá amor y ternura,
siempre algo almidonado que eche raíces.

Haré algo terrible con el amor,
te advierto,
porque intuyo que todos somos playas en las que vararnos
con apenas aire en los pulmones,
desatinados, hambrientos y algo fieros en la herida.

Haré algo terrible con el amor
usarlo, malgastarlo, hacerlo piedra en el tropiezo,
sangre al corte, sonrisa tallada a escalpelo.

Qué más dará
si por las noches todas las azoteas están llenas de gatos
que se entregan a la luna aunque no haya salido
ansiando el espectáculo del color que agonice
semidioses enganchados a los rezos húmedos de madrugada,
aquellos que se cuajan de rodillas bajo las ropas.

La genialidad nunca será que el dolor no duela
mientras seamos capaces de temblar bajo las pieles con un lenguaje de aullidos y suspiros

Ya me encargaré yo del dolor
y también con él haré algo terrible


Julia Roig, del blog Miss Desastres Naturales.

martes, 28 de julio de 2015

DÍA NOVENTA por Ts acróbata.



Estoy en el baño y suena el teléfono: una, dos, veinticinco veces y no para. Joder, enjabonado hasta las pestañas no voy a salir, o sí, qué remedio. Llevo tiempo esperando una llamada importante. Ay, un resbalón, golpetazo en el dedo meñique del pie contra el mueble del lavabo. Seguro que se ha movido para darme, lo sabré yo, me tiene manía. Ay de nuevo, trompazo en toda la geta, qué guapo voy a quedar con una raya oscura dividiendo mi frente. ¿Nueva moda de tatuajes? Medio destrozado alcanzó a coger el maldito teléfono. Un ruido infernal, como de maquinaria. Engranajes, motores, cadenas...¡Coño!, ¿el infierno de Dante? Y yo sin Virgilio que me guie en busca de la escalera de salida: arriba, arriba, please.
Contesto: —¿Sí?
Acento sudamericano muy cerrado: —¿Es usted el señor Soler?
Por momentos he entendido otra cosa: Another bites the dust? Pero no, imposible, creo. Entonces contesto que sí y me pide esperar un momento. Mientras tanto me ponen el hilo musical y suenan los Queen. Me gusta Freddy, aunque ahora pienso más en un tocayo suyo, en el krueger.
Se detiene la música, ahora me habla una chica, tiene voz metálica, plana, sin apenas entonación. Imagino un robot japonés con tetitas de flan, desafiantes, ojos redondos tipo faro de seiscientos y entera vestida con papel de plata. Y lo esperado, me lanza su oferta: —línea tal con no sé cuántos megas, móvil gratis, llamadas gratis, mensajes gratis, durante un mes, además de participar en un sorteo del copón—. Ya, sí y qué más: ¿el fin del hambre en el mundo, la cura del cáncer, un paraíso de huríes y la inmortalidad? No te jode.
Entonces le hablo de la Divina Comedia, de los peligros de la ducha, le comento acerca de Wembley y lo bien que estuvo aquel concierto de homenaje, aunque el Jefe no le dio permiso al señor Mercury para que bajase. Y finalizo agradeciéndole lo bien que se les da el llamar en el instante exacto. Por supuesto todo con el mejor de mis tonos: voz pausada, ronca, de bajo volumen. Una voz mil veces ensayada frente al espejo después de ver a Brando en el Padrino.
Guarda silencio: un segundo, dos, tres... piensa, supongo. O igual es la programación que tiene cargada en su disco duro. Y entonces me dice: —Lo siento, señor, le hemos pillado en mal momento, después le volvemos a llamar.
—Cuándo, cuándo. No, por favor, no llamadme más. Dejadme en paz a mí y a mis momentos, a mí y a mis locuras de dedo meñique como un tomate, de frente de berenjena y mirada de Hannibal Lecter.
Horror, ya ha colgado. No ha escuchado mi contestación. Y si lo ha hecho le da igual. Son tremendos. Están llenos de moral. No desfallecen. Son el presente, el futuro, la eternidad. Y tienen que vender su producto: a mí, a ti, a todos. Es la economía de mercado. Y somos sus ratoncitos blancos en nuestras jaulas de cristal. Quieren nuestra nómina, no les importa el cómo. La quieren ya, antes que la competencia o quitándosela a ésta. Sí, así mejor, eso les da más gusto. Gozan como los siete enanitos con Blancanieves en su casita enana, en su habitación enana, sobre la enorme cama. Gozan y se relamen de placer morboso. Retozan después echando un cigarrillo rubio de marca americana.
Y ha dicho: después, luego, en cualquier momento, puedo asegurarlo, mi oído es infalible en estos casos presa del terror. Me volverán a llamar y sonará el teléfono tantas veces como se les antoje y lo hará, seguro: mientras estoy en el baño, cuando duermo la siesta, con la pizza en el horno ya casi cocinada, en el instante que salto para coger al gato apunto de caerse por el balcón. Lo hará cuando el niño llora con una rabieta o la niña tiene el pañal sucio, cagado hasta media espalda. Son de oportunos, llamarán en cualquier momento, también en plena faena: con la parienta, o la chica de la limpieza, la vecina del quinto, o aquella testigo de Jehová que fue tu novia en el instituto, y quiere salvarte de las hordas salvajes que ya galopan tras los cuatro jinetes del apocalipsis.
Horror. Horror. Horror. !Nooooooooo¡ Malditas compañías telefónicas. No llamadme más, olvidarse de mí. No existo. No existo. No existen. No existen, las compañías telefónicas, no existen. Todo esto me repito, como un mantra. A ver si me convenzo. Y entonces me viene a la mente Escarlata y su: "A Dios pongo por testigo...". Pero me entra la risa nerviosa y no puedo decir la frase completa, modificada para la actualidad, claro. Y con las mismas, en la tele, una secuencia de una apocalíptica plaga de langosta arrasando campos enteros. 
Sí, ya, soy un poco exagerado. Pero ellos más, qué oportunismo el suyo. No es la primera vez. No será la última. Trago saliva...Agg, asco, me sabe a jabón. Voy a ver si me enjuago: con agua fría, helada si puede ser.

Ts acróbata, del blog Diario de una existencia.


lunes, 27 de julio de 2015

AMOR por Karmelo C. Iribarren.



Apenas
cuatro letras.

Y cabe tanto dentro.

Y duele tanto
cuando te dejan
fuera.


Karmelo C. Iribarren


jueves, 23 de julio de 2015

ELECTRICITY III por El Ángel.




¿Que por qué tanta electricidad?

Porque nosotros siempre hemos sido radiactivos y ellas atesoran el poder
de cien mil cabezas nucleares en sus cuerpos bomba y
en sus explosivas mentes

Detonamos espontáneamente y sembramos el universo con nuestros
pedacitos

El polvo interestelar nos resulta cómodo y conocido


El Ángel, de Los planos de la demolición (Ediciones Detursa, 1994)

miércoles, 22 de julio de 2015

1 POEMA de Luis Miguel Rabanal.



atendíamos siempre el paso de los trenes
con su temblor diario
de piedras y rostros
los nuevos paisajes
que tú distancias en silencio

después y en las noches bach alumbraba
alquimias, aromas como soledades

ah nada más secreto que verte
en mañanas heladas, conocer el intrincado
gobierno de los abrazos o voces

para al fin señalar tu sueño perdido
los erguimientos comunes, la práctica sola


Luis Miguel Rabanal


lunes, 20 de julio de 2015

1 POEMA de Diana Álvarez.



Un dios parió los días
como besos de mármol,
sobre mi pulso frío,
una muerta sentada
sobre mi propia sombra.

He sentido el tacto
de la despedida.
He sentido mi silencio violado.

Un dios lloró mil horas.

Suficientes para llenar mi boca
de piedras.


Diana Álvarez


Cover by William Blake

sábado, 18 de julio de 2015

LA TIERRA PURA en CULTURAMAS



La Tierra Pura, poemario de Silvia D. Chica,
o la fuerza telúrica de la palabra.


“La Tierra Pura” es la primera incursión en la poesía de la leonesa Silvia D. Chica, supuesta primera incursión porque hay personas que tienen la capacidad de crear poesía constantemente a través de todo aquello que tocan, sienten, a través de su mirada y este es el caso de Silvia, llámese mujer, filtro lírico, magia o don para acercarnos a nosotros mismos y cargar de valor lo obvio, lo próximo, con la indiscutible energía del Ahora. En su dedicatoria, se nos muestra cristal: “A todos los que dedican su vida al Dharma.” Y la vemos asintiendo a lo que dijo Kerouac: ¿es que quieres vivir engañado todos y cada uno de los malditos minutos de tu vida?

La Tierra Pura es un poemario orgánico, sólo sonteniéndolo entre las manos ya somos conscientes de que se trata de una pedazo de naturaleza, como raíz recién arrancada desde el fondo, un poemario que nos llega empapado de belleza, la belleza de lo cotidiano, de las cosas sencillas, de todo aquello que nos pasa rozando en el atropello del día a día. Silvia, nos ubica ante nosotros mismos y nos invita a respirar, a ocupar nuestras vidas, nuestro lugar, a pellizcarnos y sentirnos dichosos, únicos y paladear la esencia antes de que se acabe. Nos enseña a amar cada uno de nuestros delirios y cada una de nuestras calmas, con la misma intensidad, la misma curiosidad y el mismo vértigo. Es un poemario repleto de sensibilidad y emoción, una lente maravillosa, un canto a la vida, desde unos ojos que retratan poemas y escriben imágenes de un modo siempre imprescindible.


Ella: Silvia D. Chica, (León 1968), ilustradora, fotógrafa y escritora. Miembro fundador del fanzine Vinalia Trippers, profesora de yoga, alma inquieta donde las haya. Viva.

Gestiona el blog La Tierra Pura: http://silvidchica.blogspot.com.es/

Oscilaciones

En lo alto de la torre
la veleta
para los desnortados los perdidos los sin rumbo
a lo lejos
las colinas serpenteantes
para los solitarios los amantes los viajeros
por encima de las secuoyas
la puesta de sol
enorme brillante generosa
y en el medio
yo
con mis oscilaciones mis asimetrías mis delirios.

La Tierra Pura, Silvia D. Chica

Portada de Toño Benavides y prólogo de Ana Pérez Cañamares.

Zoográfico Editorial


viernes, 17 de julio de 2015

MANERAS DE ROMPERSE POR DENTRO por José Manuel Vara.




Hay muchos millones de maneras de romperse por dentro...
(josé manuel vara, en este preciso instante)

cuando la penumbra estalla
bajo vacío de palabras,
más allá del silencio,
ese que provoca daños irreversibles
a la altura del corazón,
ese daño que te destroza,
ese daño que te aniquila,
esa culpa proyectada
al epicentro de tu cordura,
que deja de serlo y muta en melancolía...
“lo dejé todo por ti”
“todo”
y ahora dices que yo soy el problema...
no es justo, no es justo

y ambos sabemos que...
Hay muchos millones de maneras
de romperse por dentro...
y tú te empeñas en exprimirme sabiendo
que soy un limón seco.

Hay muchos,
muchos millones de maneras
de romperse por dentro.
de aniquilarse,
de destrozarse,
de quebrarse,
de morir...
cuando la penumbra estalla
bajo vacío de palabras,
más alla del silencio,
ese que provoca daños irreversibles
a la altura del corazón,
el silencio que creamos porque sabemos
que...
Hay muchos millones de maneras
de romperse por dentro...
y, nosotros,
elegimos la peor.


José Manuel Vara

jueves, 16 de julio de 2015

EXTRARRADIO por Sara Zapata.




Las veo desde el coche.
Son como un borrón,
una mancha extraña que no encaja en un cuadro,
una especie de broma
que el pintor aburrido de tanta belleza
decide colocar en una esquina del lienzo.
Son unas veinte chabolas
con ruido a la M-30,
niños descalzos persiguiendo ratas
paradójicamente sonriendo,
una mujer gorda desparramándose
en un taburete
y a su lado un anciano
con los pies dentro de un barreño
intentando aplacar la furia de los termómetros
que hoy rondan los 40 grados.
La caravana avanza y van desapareciendo por el espejo retrovisor.
Esa realidad fugazmente mía
va quedando lejos,
cada vez más pequeña,
más difusa, como esa mancha del cuadro.
Mi mente vuelve al coche,
escucho de nuevo la música
y tarareo esa vieja canción.
Atrás quedan ellos
con su realidad,
mirando a la M-30,
un borrón en su único lienzo.

Sara Zapata


martes, 14 de julio de 2015

EL FÚTBOL según Jesús Julio Martín de Pablos.




El fútbol es un deporte como cualquier otro.
Te puede gustar
más, te puede gustar menos,
o no gustar.
Pero lo que es una
mierda y
enmierda todo, es el
C
A
P
I
T
A
L
I
S
M
O

Jesús Julio Martín de Pablos


lunes, 13 de julio de 2015

REGRESIONES en REVISTA QUIMERA



Tensiones no resueltas

Vicente Muñoz Álvarez regresa a los lugares comunes de su infancia, adolescencia y juventud a la búsqueda de los materiales con los que forjó su carácter y la forma personal que tiene de entender la vida. Regresiones no es una sucesión de historias o anécdotas de aquellos tiempos, es mucho más que eso. Con un estilo visceral, Vicente Muñoz Álvarez trascribe sobre el papel lo que le llega al recuerdo de lo que entonces era su vida. Y lo hace en forma de pequeñas píldoras, de dosis medidas pero llenas de intensidad. Se suceden las enumeraciones de lugares, de amigos, de garitos, de bandas, de lecturas, de momentos que le hicieron ser como es, añadiendo una nueva pieza al puzle personal que contiene en el interior: el puzle de su alma. 

El edificio siniestro que provocaba las más terribles pesadillas, las noches de sábado viendo el festival de Eurovisión, aquél juguete que le permitió saber que la imaginación no tiene límites, la crueldad de la manada frente el niño diferente, los severos correctivos en el colegio religioso, televisión española y UHF, Historias para no dormir que conseguían su perverso efecto, el poder de viajar más allá de las estrellas sin salir de la habitación, la fascinación por las rocas y los animales de acuario, la atracción por el horror, la curiosidad satisfecha con un microscopio, el poder de los nunchacos, el hogar en los salones recreativos, pijos, frikis y manguis, revistas eróticas para adultos con las páginas pegadas, los irrepetibles y libertarios años 80, las bandas y la movida de León, los héroes salvajes que no tuvieron miedo a la aguja, las noches eternas, el estallido de la cultura subterránea, la universidad que huele a humedad frente a «aquí tengo una batería y ganas de golpear», el triste encanto del perdedor y el deseo de ser maldito, la fórmula secreta bajo la lengua, el poder de la amistad, cuarenta y dos maletas llenas de zapatos de un solo pie.

Las tres primeras partes del libro (La dictaduraestigma–, La transición fiesta– y Los 80héroes–) son fogonazos de recuerdos no censurados que esconden las claves de lo que Vicente Muñoz Álvarez es hoy en día. La impresión que da el libro en una relectura es que nos dibuja con sus enumeraciones una figura interior que apenas está esbozada sobre el papel, pero que contiene todo lo necesario para identificarle. Como si fuese un iceberg, nos muestra un diez por ciento de su contenido para decirnos que abajo, detrás o dentro de él, está el noventa por ciento restante. 

La cuarte parte del libro (Días extrañostemblor–) nos sitúa en la realidad del autor leonés en el momento justo de volcar sobre el papel los recuerdos durante varios meses del año 2014. Esta es la parte que justifica lo que ha llegado a su cabeza, el porqué de la búsqueda, la necesidad de agarrarse a algo, de tener una brújula que le oriente en el ciclo del cambio que está viviendo. Pero en realidad, Vicente Muñoz Álvarez lo que busca es reafirmarse a pesar de todo y de todos, y proclamar que sus valores (soledad, fidelidad, amistad, dioses de las montañas y del bosque, tribu, proyectos, escritura, literatura, verdad) son los que le hacen vivir y son los que le sacan del abismo, y que esos valores están dentro de los tres capítulos anteriores, que aquellos años estuvieron bien, que fueron vividos con intensidad, pero que por delante hay más madera que quemar porque faltan todavía muchas hogueras. «Perseguir el ideal, el espejismo y la perla, tras la apariencia cotidiana de las cosas… también en ello / pluma en mano / continúo.»

La huída hacia adelante, el exorcismo de la escritura de este libro, le afirma en su lucha «para evadirme del otro horror, el auténtico y verdadero: esta sociedad podrida que el hombre ha creado, la hipocresía, la política y el capitalismo…»

A modo de colofón se añade una quinta parte al libro (Coda), donde los amigos de entonces narran historias en las que el autor leonés es actor principal, y que contienen los valores y los lugares comunes que Vicente Muñoz ha mencionado anteriormente, entretejiendo y reafirmando las sensaciones del autor, cerrando el círculo de forma perfecta.

Como dice Julio César Álvarez en el prólogo, Regresiones es «un canto al tiempo que no volverá. De ahí su increíble magnetismo.»

Al fin y al cabo la vida se compone de regresiones, de tensiones no resueltas.


Esteban Gutiérrez Gómez, en Revista Quimera Nº 380-381, Julio 2015.




sábado, 11 de julio de 2015

CARROÑA IN ORANGE por Meri Pas Blanquer.




Un paseo tranquilo.
El sol naranja de la tarde
inundando las calles.
Leves residuos de pisadas
en la arena de la playa.
Repentinamente agua de lluvia
sobre mi pelo.
Corro hacia una cafetería
a refugiarme.
Un olor pestilente
me socava el pecho
y todavía no sé por qué.
Con los ojos mojados
diviso a duras penas
a una pareja
mordiéndose los labios
al final del pasillo.
El hedor es ya insoportable.
Ahora distingo al hombre.
Una mujer con unas manos
que no son las mías
le agarra del pelo y
se estruja las tetas
contra él.
Contengo la respiración.
Salgo del café dando tumbos
y vomito en la acera.
Un cuervo se acerca
con grito ronco
y se relame con tanta carroña
-celebrará un gran banquete
con toda su bandada-.
El sol naranja
vuelve a asomarse
entre unas nubes tan negras
como el rímel
que resbala enajenado
por mi cara.

Meri Pas Blanquer

viernes, 10 de julio de 2015

A VER, POETA por Velpister.



Si tu poema
es muy largo
y no dice nada
porque al escribirlo
no tenías nada qué decir,
qué contar
o compartir,
o nada interesante
o no haya sido
otra cosa que
el deseo
de agradar
y de ser aplaudido
lo único que movió
tu mano,
y llenes cada página
de palabras
sumisas,
biensonantes,
y políticamente correctas;
si atiborras tus contenidos
de contemplaciones
y de concesiones
a las buenas maneras
y demás centros comerciales,
y vas,
poeta,
y lo lees
en público
mal,
demasiado rápido,
atropellando las palabras,
o demasiado lento,
muermamente,
si dura más de dos minutos,
buf,
dos minutos
escuchando
al poeta
pesado
de turno,
entonces
tienes que saber,
poeta,
que a los 30 segundos
nadie,
absolutamente nadie,
ni tu puta madre
seguirá el hilo
y
los aplausos
del final
del recital
interminable
serán tan falsos
como tus
versos.

Velpister



miércoles, 8 de julio de 2015

EL DEMONIO TE COMA LAS OREJAS por David González.




Estás hablando
con el retrato
de tu chorba.
Tienes que levantar
mucho la voz
para que ella
pueda oírte:

el Chao
acaba de abrirse las venas
con una hoja de afeitar
y está chillando
y pegando coces
en la puerta cerrada.

Tu novia cierra los ojos.

Le gustaría también
tener manos
para taparse los oídos.


David González, de El demonio te coma las orejas.


martes, 7 de julio de 2015

PASEO MATINAL por Iván Rojo.



Paseo matinal sin nada de especial

Esperando al hombrecillo verde del semáforo. Uno, dos, tres minutos viendo pasar coches, notando crecer la prisa por llegar a ningún lado o a donde todos los lunes-viernes. El sol de las nueve multiplicado hasta el infinito en capós y maleteros. Un horror. Y las gafas de sol olvidadas, absurdas e inútiles sobre el mueblecito del recibidor. Y junto a ellas el paquete de tabaco. Trágico. Las putas prisas, joder. Demasiadas faltas de puntualidad acumuladas. Miedo a un despido que lo haga todo un poco más difícil. He fallado el blanco de la vida. Se me ha quedado grabada esa frase. Una genialidad del francés esmirriado al alcance de pocos. Al menos tengo lo suficiente arriba y abajo para reconocer que si me viene a la cabeza recurrentemente es solo para tapizar de cierto lirismo otras más comunes de igual significado. Soy un perdedor, un auténtico pringado. El primero en decírmelo fue mi padre. Hace años, bastantes años, mientras cenábamos huevos fritos. Un visionario. Luego otros y otras suscribieron su opinión. Y el tiempo les ha dado la razón a todos, incluida la última y más importante.

Pero bueno, el caso es que a la orilla del paso de cebra lo que de verdad pienso es que ojalá me gustaran los coches. Modelos, cilindradas, faros inteligentes. Esa mierda. Ojalá me gustaran tantas cosas. No sé, la filatelia, pescar, los perros. Verlos ladrar, babear. Comprarme uno y sacarlo a pasear. Rascarle bajo las orejas mientras miro con orgullo cómo caga en un alcorque. Así podría permitirme el lujo de no tener que entretenerme mirando a mis semejantes. Puede ser peligroso.

Justo cuando el semáforo va a ponerse en verde aparece a mi derecha una mujer. Unos cincuenta y con un gran ramo de flores entre los brazos. El celofán resplandece al sol tanto como las flores amarillas y violetas que envuelve. Resplandece más, de hecho. Es cegador. Pero esto sí que me apetece verlo así que entorno los ojos y contemplo cómo lo deja en el suelo con sumo cuidado, saca un rollo de cinta aislante del bolso, corta un trozo con los dientes y pega el ramo y un papel a una farola. Me sobrecojo. Siempre he querido ver lo que estoy viendo. Algún artista floral de la muerte en las esquinas, de la sangre y los cristales rotos. Mucho más impresionante que descubrir una obra de ese tal Bansky o de su flamante rival Robbo. En esto sí que hay verdadero sentimiento; la mujer besa las flores antes de irse. Me gustaría ver a un grafitero haciendo lo mismo.

En un instante decido ir tras ella. Por fin ha ocurrido algo diferente cerca de mí, a dos metros escasos, algo digno de ser estudiado. Que le den al trabajo. Diré que me he puesto malo y cruzaré los dedos. Antes de empezar a seguirle los pasos a la mujer leo la nota explicativa. Tiene aproximadamente las mismas dimensiones que los cartelitos que ponen a pie de foto o cuadro en el museo de arte moderno. Tu madre, que te quiere. Sin ninguna razón objetiva atribuyo a la víctima del accidente unos veinticinco años y sexo masculino. Y me digo que debe de ser porque me gustaría saber qué pensaría mi madre si me muriera. Pero luego me doy cuenta de que lo pienso por la sencilla razón de que llevo bastantes meses fantaseando con el suicidio, y que en realidad me da exactamente igual lo que pudiera pensar nadie en caso de que lo llevara a cabo.

Sigo a la mujer guardando una distancia prudencial. No sé por qué, en realidad. Es evidente que no tengo necesidad de disimular mi presencia porque ella no tiene nada que esconder. No ha hecho nada perseguible. No huye de nada. Y seguro que no se imagina que alguien haya decidido seguirle por el simple hecho de ver cómo rendía tributo a su hij¿o?. Sin embargo me aterroriza la posibilidad de que de repente se gire y venga a pedirme explicaciones.

Solo después de observar sus movimientos durante un par de horas creo que descubro la razón de mi miedo. La he visto comprar un kilo de patatas y arreglo para el cocido en una verdulería. La he visto titubear un par de minutos ante el escaparate de una zapatería para acabar entrando y llevarse unos zapatos de tazón. La he visto encontrarse con un chaval por la calle, que de manera evidente ha intentado pasarle desapercibido. Han hablado un breve rato. Él ponía cara de circunstancias. Debía de estar al tanto del aniversario. Más probablemente, debe de haber reparado en el dato al ver a la mujer, de ahí su manifiesta incomodidad. Pero ella la ha pasado por alto y se ha despedido de él dándole dos de los besos que ya nunca podrá darle a su hij¿o?. Luego ha seguido su camino entre los peatones. Lo único que en ella podría llamar la atención en caso de prestársela es que no rectificaba su rumbo lo más mínimo entre la multitud. Eran los demás los que tenían que acabar apartándose. Al final se ha sentado en la terraza de una cafetería. Yo tenía la esperanza de que se pidiera un gin-tonic o algo por el estilo, pero un simple café con leche le ha bastado. Y ahora estoy un par de mesas a su izquierda, absolutamente empequeñecido por el sol y por lo que he visto, deseando que no le dé por fijarse en mí con motivo de mi persecución o de cualquier otra cosa. No sabría qué decirle a alguien así, tan deslumbrante.


Iván Rojo


lunes, 6 de julio de 2015

INÚTIL por Ballerina Vargas Tinajero.




Como plantar una flor en el váter 
Como barrer en el desierto
Como enseñar a una lombriz a piar
Como una muñeca hinchable sin agujeros
Como una Tizona flácida
Como un fantasma con un chaleco antibalas
Como una chistera de mago vacía
Como hacerle una paja a un muerto
Como Slash sin su guitarra
Como un arcoiris en blanco y negro
Como unos zapatos de tacón en unos muñones
Como un Alonso Quijano cuerdo
Como un pedestal desnudo
Como una barca en la orilla
Como el surrealismo barato
Como sacar un perro de cerámica de paseo
Como curar una herida infectada a besos
Como abrir agujeros en el aire
Como beber para ahogar el recuerdo
Como gritar tu nombre en el vacío de mi pecho
Como escribir esto

Ballerina Vargas Tinajero, del blog Ínfula Barataria.

viernes, 3 de julio de 2015

POEMA CURSI por Carlos Salcedo Odklas.




Despierta.

La bendición de la inconsciencia
se desvanece...

Vuelves a estar aquí.
Recoge los pedazos,
si puedes.

Me giro.

Tu lado de la cama
es un desierto
hostil
a mi lado.
Ya nada puede vivir
ahí.

Me levanto.

Me tambaleo
entre escombros.

La resaca
la paranoia
la tristeza

Golpean.

¿Qué pasó anoche?

Billetes
por el suelo
arrugados tirados despreciados
su lugar.
Bolsitas sospechosas
de agonía.

Recuerdo poco,
algún flash,
el portero del garito:
“¡No vuelvas por aquí
nunca más!”

Sustituí una amante
por otra.
La de ahora es despiadada,
te arrastra por callejones
y te besa nariz
y cerebro
mientras te empuja al abismo.

No hay destino,
solo errores.
Nunca un eco
fue tan triste.

Duelen los recuerdos,
lo que nos perdimos,
pero “no supimos hacerlo mejor,
y la vida siempre cambia.
No se puede
volver atrás.”

Me tambaleo.

Hay restos
sobre el libro de Gabi
tarjeta y turulo al lado,
prestos.
Volvemos a mirarnos de nuevo.

Tú y yo.

¡Volvemos a mirarnos de nuevo!

Me dejó:

Una herida abierta
que no desinfecta
ni el más fuerte alcohol.

Un vacío inmenso
que se va llenando
con dolor.

Un alma a la deriva
en el mar infecto
de los vicios.

Y un consejo:

Cuídate.


Carlos Salcedo Odklas, del blog La venganza de los malditos.


jueves, 2 de julio de 2015

JORGE M. MOLINERO vs ANTOINE LAMARCK



Presentación de los poemarios `Gominolas en los bolsillos´, de Jorge M. Molinero 
y `Mapas de libertad´, de Antoine Lamarck


Los poetas vallisoletanos Jorge M. Molinero (1976) y Antoine Lamarck (1980) presentarán este viernes por la noche sus poemarios `Gominolas en los bolsillos´ y `Mapas de libertad´ durante un recital que comenzará a las 21 horas de la noche en el bar El Desierto Rojo.

Ambos han sido publicados por la editorial madrileña Zoográfico, un proyecto creado en el año 2009 por el editor argentino Rodrigo Córdoba. `Gominolas en los bolsillos´ reúne un centenar de poemas inspirados en Julieta, la hija de Jorge M. Molinero, una niña de 4 años. "Incapaz de recuperar los ojos del niño, no supe sentir de nuevo la emoción de las primeras veces. Este intento fallido de poemario infantil mutó en un manojillo de poemas crudos -con el trayecto que va desde los 3 a los 4 años de mi hija- como excusa. Mostrarle demasiado temprano este mundo ingrato e injusto que le ha tocado vivir. Por suerte, los padres somos los últimos a los que los niños hacen caso. Estoy seguro, pues, que su ilusión seguirá intacta, a pesar de estos versos", escribe Molinero sobre su libro.

`Gominolas en los bolsillos´ es su quinto poemario, ya que antes ha publicado otros como `Versos en el desierto´ (Bohodón ediciones, 2009), `Amplia victoria de los traseros´ (autoeditado, 2011), `La noche que llovieron impermeables´ (Editorial Origami, 2013) y `El hombre que mató a Michael Hutchence´ (Lupercalia Ediciones, 2014). Jorge M. Molinero es co-fundador del grupo Susurros a pleno pulmón, ha colaborado en fanzines como Vinalia Trippers, La Fanzine o Groenlandia y sus poemas están en antologías como `Erosionados´ o `Palabras prestadas´.

Antoine Lamarck presentará este viernes `Mapas de libertad´, su primer poemario. Publicado por la editorial Zoográfico en un formato de libreta, este libro incluye medio centenar de poemas escritos desde el año 1997 a la actualidad. La autocrítica, la búsqueda de la libertad, la política o el orgullo obrero son algunos de los temas de su poesía, la mayor parte de la cual aparece reunida en su blog http://desdeunlugarperdido.blogspot.com.es/.

La obra de este poeta vallisoletano está prologada por Rodrigo Garrido Paniagua, quien la describe con estas palabras: "En Mapas de libertad se insta al lector a tomar partido por uno mismo sin dejarse llevar por las etiquetas o los moldes que plantea esta sociedad. Parezca que el autor nos lance un gancho de izquierda para decirnos que para cambiar las cosas, primero hay que empezar por ordenar la propia casa".

La presentación de ambos poemarios ha sido organizada entre la librería A pie de página y la editorial Zoográfico y contará con la presencia de su editor Rodrigo Córdoba.